4.3.06

Acabar con el establishment (¿pero cuál?)


Se me ocurre una manera de convertir una discusión que se ha vuelto bizantina y puramente emocional (la de quiénes controlan qué en la literatura peruana) en un debate interesante y acaso fructífero.

He notado que cuando, elegantemente, quienes critican argollas, mafias, camarillas, clubes, círculos y logias quieren hacerlo sin mencionar esas palabras, suelen acudir a una más vistosa y menos beligerante: establishment.

Lo hacen de maneras distintas, sin embargo. En ciertas oportunidades, parece que simplemente identifican unas cosas y otras: las argollas son el establishment. En otros casos, uno es el escenario o el objetivo de las otras: las argollas quieren controlar o copar el establishment.

Entiendo que ambas ideas coinciden en suponer la existencia de unas ciertas instituciones que, en su conjunto, llamamos establishment. ¿Cuáles son esas instituciones? ¿Cuál es la valencia política que se le da al concepto de establishment en cada una de las circunstancias en que se habla de él? ¿Es el establishment una entidad homogénea, de modo que puede hablarse sin problemas de un particular grupo que lo domina? ¿O es una suma conflictiva de instituciones contradictorias, opuestas, enfrentadas? E incluso: ¿es el establishment algo que siempre existe? ¿Puede ser que, quizá, en el Perú, el famoso establishment sea virtualmente inexistente, como lo son, después de todo, tantas otras instituciones en cuya existencia creemos más por una cuestión de fe que por una convicción realista? ¿Será por eso que nuestros escritores pueden pelearse por cosas tan menores como su aparición o no en un cierto diario o en una cierta revista? ¿Es el establishment (de existir) cosa de instituciones oficiales, algo ligado a políticas del Estado, el Ministerio de Educación, el INC, el Fondo Editorial del Congreso, TNP, El Peruano, la UNMSM, etc.? ¿Es el establishment (de existir) un cuerpo más heterogéneo que incluye también a grandes instituciones privadas como la Universidad Católica y el diario El Comercio (a veces, en los comentarios de cierta gente, parece que el establishment fuera única y exclusivamente El Comercio)? Y si El Comercio fuera la pieza crucial de nuestro establishment literario (de existir): ¿cómo puede serlo, si se trata de uno de los pocos diarios grandes de América Latina que ni siquiera tiene una revista de literatura y cuyo suplemento cultural le dedica más páginas fijas al vino tinto que a los libros? (Digamos que, si en verdad El Comercio fuera el eje de nuestro establishment, nuestro establishment, en efecto, sería inexistente para cualquier uso práctico).

Si ese establishment sí existe, y se compone de la suma de todos los espacios e instituciones que he mencionado antes, ¿quién controla todo eso? ¿Cuál de las argollas, mafias, camarillas, clubes, círculos o logias? ¿Los criollos limeños, que tienen presencia en algunos medios privados, o los criollos andinos, que tienen mucho más apoyo de instituciones del Estado? ¿Elian Karp o Alejandro Miró Quesada? ¿Miguel Gutiérrez o Fernando Ampuero? ¿No será que cuando se denuncia que alguien controla el establishment (de existir), en verdad se está denunciando que alguien controla esa parte del establishment que no controla el denunciante? ¿No es una simple y pura lucha por la hegemonía, que ha devenido en pleito personal debido a la debilidad extrema de nuestras instituciones?

Porque, hay que ser realistas y poner las cosas en perspectiva: ¿qué influencia tiene El Dominical (un suplemento sin sección de reseñas), sobre, por ejemplo, el mercado editorial? ¿Cuánta gente lee Identidades? ¿Quién le hace caso a los profesores de la Universidad Católica (y a cuáles de ellos)? ¿Quién lee la revista San Marcos? ¿Saben cuántos ejemplares se imprimen de Lexis, la revista de literatura de la PUC? (Respuesta: 400, y dos tercios no salen nunca del Departamento de Humanidades). ¿Cuál es la línea homogénea y hegemónica que defiende esa universidad, donde conviven el más afanoso de nuestros subalternistas, Víctor Vich, con filólogos de formación germánica como mi amigo Carlos Garatea? Si es cierto, como afirma Tulio Mora, que Lluvia y San Marcos venden ediciones enormes de autores provincianos, mucho mayores que cualquier edición de Peisa o Alfaguara, ¿cuál de esas editoriales es más importante en términos objetivos? ¿Funciona igual el establishment hacia dentro del Perú que hacia afuera? ¿Cuántos críticos peruanos han estudiado seriamente y a profundidad la obra de Cueto o Ampuero, y cuántos la de Rivera Martínez, Gutiérrez y Reynoso?

Propongo que antes de hablar sobre el establishment, hagamos un esfuerzo por entender qué es, dónde está, quienes acceden a él, y sobre todo cuáles son los diversos discursos que habitan en su interior. Todo esto, claro, si estamos seguros de que nuestro establishment realmente existe.

Imagen: Palacio en llamas (¿y si el problema estaba en otra parte?) Fotomontaje: gfp.

5 comentarios:

Gustavo Faverón Patriau dijo...

Y cuando digo que hay un problema estructural mayor que es el principal causante de la marginación de tantos, muchos quieren minimizar eso y decir que finalmente lo que yo llamo marginación estructural es algo que podría desaparecer si tres o cuatro escritores que ejercen el periodismo actuaran de una manera determinada...

Imagino que la gente que dice eso simplemente no le ha dedicado más de dos o tres segundos a pensar cuáles son esos problemas estructurales que atentan más que cualquier otro factor contra las prácticas literarias provincianas o populares. No se dan cuenta de que lo que están diciendo es que una apertura distinta de dos o tres escritores en Lima es lo que va a modificar hechos como que en la enorme mayoría de las provincias del Perú no existan ni librerías ni bibliotecas ni editoriales ni prensa local, ni llegue la prensa de la capital, ni haya universidades en general, ni, en particular, facultades de literatura, y que la pobreza conduzca a trabajos alimenticios a decenas de personas que preferirían seguir su vocación por las letras. Es más fácil decir que la culpa del poco acceso a los medios la tienen la persona X y la persona Y porque hace VARIOS AÑOS trabajaron en medios de prensa cultural, que decir lo obvio: que el problema es radical y necesita cambios radicales. Que el problema es social, político y económico. Que nadie soluciona un problema estructural modificando dos o tres detalles superficiales y dejando intocados los cimientos.

Quiero contar algo que tal vez no debería decir, porque sonará muy poco diplompatico, pero lo digo igual: luego de colocar la convocatoria de Quipu he recibido hasta la fecha al menos cincuenta mensajes de gente que me pregunta por qué tan estrictos los requisitos, por qué colocar tres requisitos obligatorios en lugar de uno solo de ellos. El caso es que la convocatoria dice claramente, y varias veces, que basta con cumplir UNO de los tres requisitos para poder enviar sus cuentos... A lo que voy es a que el Perú es un país en el que incluso muchísimas de las personas que escriben y tienen una real vocación literaria NO SABEN LEER, no son capaces de entender la frase más sencilla. Ese es el nivel de nuestro sistema educativo, y ese es uno de los grandes origenes de la marginación en el Perú...

Pero, de nuevo, es más sencillo culpar a dos personas. Y ya ves, cuando alguien hace un esfuerzo abierto por preguntarle a la gente qué piensa del problema, qué importancia le da a las muchísimas instituciones que forman nuestro establishment (en caso de que exista uno), a casi nadie le interesa discutir. Ah, pero si pongo un post diciendo que W o Z son unos mafiosos, allí todo el mundo querrá hablar. Y lo más gracioso de todo es que muchos de los que prefieren culpar a W o Z que discutir las causas estructurales se llaman a sí mismos marxistas... Marxistas del ala de Harpo, Chico y Groucho, imagino.

Daniel Samanez dijo...

Interesante lo que se plantea. Empecemos con el diccionario y veamos que sacamos en claro:
http://www.m-w.com/cgi-bin/dictionary?book=Dictionary&va=establishment

Main Entry: es•tab•lish•ment
Pronunciation: is-'ta-blish-m&nt
Function: noun
1 : something established : as a : a settled arrangement; especially : a code of laws b : ESTABLISHED CHURCH c : a permanent civil or military organization d : a place of business or residence with its furnishings and staff e : a public or private institution
2 : an established order of society: as a often capitalized : a group of social, economic, and political leaders who form a ruling class (as of a nation) b often capitalized : a controlling group "the literary establishment"
3 a : the act of establishing b : the state of being established



Saquemos entonces que estamos hablando de: 2. Un orden establecido en una sociedad. 2.a. “un grupo de lideres sociales, económicos y políticos que forman una clase dirigente (como nación)” o de 2.b “un grupo controlador”. También de: 1.c. “Una organización civil y militar permanente” 1.e. “una institución publica o privada.”

En general una serie de conceptos que alcanzan a cubrir todo el espectro largamente detallado por Gustavo Faverón. ¿Que podríamos encontrar en común entre todos los alcances que nos interesa considerar del termino? Yo creo que la idea de quien sustenta el poder.

¿Esto nos deja aun confusos? Si. Sobre todo en el Perú. Es difícil es en cualquier país donde lo apliquemos: no vamos a encontrar en ningún lado un edificio que diga arriba “Establishment”. Difícil especialmente en Perú poder determinar quienes, por ejemplo, en los últimos 50 años en el Perú siempre mantuvieron el poder o “cayeron parados” sin importar el gobierno de turno, quienes incrementaron su riqueza y poder continuamente en ese periodo. Como dije hace unos días, no nos sorprendamos de que los grupos de poder peruanos estén entre los menos ricos y menos poderosos en Latinoamérica. (Eso muestra, creo yo, que la imagen que manejan del Perú es ineficaz. No sirve.)

Pero no por eso en Perú podemos dejar de hablar de la existencia de un establishment. Tenemos líderes, tenemos clase dirigente, tenemos grupos controladores, tenemos instituciones. Débiles sin duda: no existe un grupo homogéneo y claramente definido, pero contamos con estos elementos. Tenemos un “orden establecido”. No existiría el país si no los tuviéramos.

En el campo de la economía es fácil ver quienes son. Las cifras están disponibles: los grupos Romero, Brescia, Raffo, etc. http://www.desco.org.pe/publicaciones/qh/QH/qh125fd.htm

En el ámbito culturar también existen grupos. ¿Pero quienes son? Su naturaleza hace a los grupos dinámicos y permeables y permite a los actores cruzar de un grupo a otro más fácilmente que lo que sucede con la economía o la política.

Es natural entones señalar a los lideres y que sea difícil apuntar a los grupos. Los líderes tienen espacios y ejercen su poder en los medios, en las universidades y en las instituciones culturales. Los líderes tienen las voces más fuertes. Tienen poder. Y los demás se aglutinan alrededor de ellos. Interesante que lo que algunos consideran desde lejos grupos de poder pueden ser vistos por los del grupo como simple amistad y afinidad.

Quizás podríamos empezar a encontrarlos con la encuesta anual de la revista Debate sobre el poder en el Perú.

¿Que es lo que caracteriza a un grupo de poder? El poder y una asociación de individuos.

¿Cómo medimos el poder? Podría ser en el dinero que ganan, en el numero de personas que alcanzan desde los medios en los que pueden extender su voz, la cantidad de becas que consiguen para sus allegados y participantes, etc. También podría ser en relación a los otros campos del poder en el Perú: como influyen en la política y la economía. Finalmente en lo que pueden hacer con su poder: cuanto pueden influir cuando quieren hacerlo.

Lo que creo que queda claro es que existen grupos con poder en el ambiente cultural peruano. El que sean difíciles de discernir no implica que no existan. Si existe una dinámica en el mundo cultural peruano, una manera en que las cosas están organizadas y funcionan. Esa situación dinámica seria el establishment.

Lo que habría que preguntar seria adonde nos lleva esto, que podemos sacar en limpio y como nos puede ayudar. En mi opinión no en mucho. A no ser desde una perspectiva anárquica la existencia del establishment no es un problema en si.

El problema es como actúa el establishment y cuales son las consecuencias de ese actuar, entre otras muchas:

-Que en el país exista discriminación y segregación.
-Que no logremos hacer que el país crezca al ritmo necesario para dejar atrás la pobreza.
-Que tengamos un sistema educativo desastroso que extiende el problema de generación a generación.
-Que tengamos gente en distintos lugares de poder que cree que no tiene que rendirle cuentas a nadie y gente que cree que esto esta bien.
-Etc.

En un extremo tenemos gente que se siente excluida, ninguneada y que no cree que con su esfuerzo pueda hacer una diferencia en su vida. A partir de esa perspectiva conductas “antisociales” no son solo esperables si no catárticas. En el otro extremo tenemos gente que se siente merecedora de todo engreimiento y prerrogativa como derecho inalienable de nacimiento: conductas “antisociales” en este extremo son también esperables y lógicas. En una sociedad con tales protagonistas la violencia tiene que tener protagonismo.

En el ámbito cultural o más específicamente literario, no creo que la situación actual sea culpa de dos o tres personas. De ninguna manera. Creo que ciertas personas por la posición de poder que ejercen tienen RESPOSABILIDAD respecto a la continuidad de esta situación. Y que es posible y necesario exigirles que tomen una posición al respecto y la hagan publica. Y esa responsabilidad alcanza a la izquierda y a la derecha y a los marginados y a los marginadores.

Yo creo que si se reconoce que existe marginación en nuestra literatura pueden salir buenas cosas. Como Quipu, que salio en la misma discusión en la que se reconoció el problema.

Yo vuelvo a plantear a Gustavo las preguntas que hice en esa discusión --luego de que nos dijera que en el Perú si bien hay marginación, no hay voluntad de marginación-- y que han quedado hasta hoy sin respuesta:

¿Existe la voluntad de terminar –o al menos enfrentar- esa marginación?

¿Crees que esa voluntad de terminar o enfrentar la marginación se le pueda pedir/exigir al “establishment” literario peruano?

¿Cuál crees que sería la respuesta?

Agregaría ahora que correspondería saber su opinión -desde su perspectiva de crítico cultural- respecto al concepto de establishment y su aplicabilidad en Perú.

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Respecto al asunto de la convocatoria a Quipu y lo confusa que ha resultado. Creo que se puede tomar como un ejemplo de cómo estamos siempre predispuestos a echarle la culpa al otro lado y no buscar las causas de la marginación en nosotros. Una simple “O” al final de los requisitos 1 y 2 hubiera clarificado las cosas y reducido yo creo al menos en un 70% los e-mails requiriendo aclaraciones.

Se planteo así:
Podrán publicar en Quipu todos aquellos escritores peruanos que cumplan con al menos UNO de los siguientes requisitos (no necesariamente con los tres):

a. Ser menor de 30 años.

b. Haber publicado 2 libros como máximo (es decir haber publicado 2 libros, 1 libro o ningún libro).

c. No haber publicado nunca en una editorial limeña.

Tratando de contribuir, creo que mas claro seria:

Podrán publicar en Quipu los escritores peruanos que cumplan con UNO de los siguientes requisitos (BASTA UNO):

- Ser menor de 30 años, o…

- Haber publicado 2 libros como máximo (es decir haber publicado 2 libros, 1 libro o ningún libro), o…

- No haber publicado nunca en una editorial limeña.

Mejor no poner la serie precedida por las letras consecutivas del alfabeto por que dan la impresión de que los requisitos son consecutivos y acumulativos.

Y seguro que es posible aclararlo aun mas si se le dedica un poco mas de tiempo y consideración.

Tanque de Casma dijo...

Coincido con Gustavo en que nuestros problemas de marginación van más allá de un par de nombres. Pocos se rasgan las vestiduras ante datos como los que menciona. (Uno más que me dieron en la Cámara Peruana del Libro y que todos conocemos pero no reparamos en ello: incluso en Lima no hay librerías en todas partes. San Juan de Lurigancho, el distrito más poblado de Sudamérica no tiene una, por ejemplo).
Lo interesante es plantear alternativas y no sacarse los ojos por nimiedades. Una de estas alternativas es este nuevo proyecto de Quipu, similar en intención a otras iniciativas como Ciberayllu o El Hablador.
Lo que sí se extraña es algún texto escrito por un chalaco. Vamos, Gustavo, publica a los paisanos. No me digas que entre los del Primer Puerto el único que escribe (bien) eres tú.
Un abrazo
Ernesto
PD: Samanez, ¿cuándo el Perú ha tenido clase dirigente? Será dominante, pero dirigente lo dudo.

Gustavo Faverón Patriau dijo...

Una rápida mirada a la literatura chalaca de hoy te deja varios nombres conocidos: Dante Castro es chalaco, y también lo son Fernando Ampuero y Mario Montalbetti. Estos dos últimos son de La Punta, como yo, y eso se deja sentir en sus libros: Cinco segundos de horizonte tiene referencias explícitas a La Punta, y uno de los mejores cuentos de Ampuero, "Malos modales", ocurre de hecho en una casa con forma de barco que estaba a dos cuadras de mi casa (aunque en La Punta todo está a dos cuadras de todo).

Tanque de Casma dijo...

Gustavo
Me refería a creadores nuevos que te hayan mandado algo para Quipu. No me digas que Ampuero se animó y te ha mandado un cuento inédito que vas a publicar dentro de poco.

Pero tienes razón en que muy buenos pasajes de la literatura peruana se deben al Callao o a aspectos relativos a él. El personaje de Cano-Caño en Un mundo para Julius, algunas historias de La tía Julia y el escribidor, textos de Diez Canseco, etc. Mi chalacofilia es infinita, por lo que mejor lo dejo allí.
Saludos