Funes, el memorioso, el fantasma borgiano, parece existir. En nuestros tiempos, no es argentino. Se hace llamar George Widener.
Es un norteamericano de Cincinatti, de cuarenta y cuatro años ahora, hijo de padres que nunca fueron a la escuela; pero él mismo, en cambio, fue siempre un notable estudiante, no obstante un autismo leve que más adelante disgnosticaron como Sindrome de Asperger.
George viene de cuatro generaciones de individuos con severos problemas neurológicos pero que, a la vez, mostraron talentos incomprensibles, desde una habilidad enorme y autodidacta para la música, hasta la capacidad de predecir el clima mediante la sola observación.
¿Y la habilidad especial de George? Casi la misma de Funes, el memorioso, al parecer. George recuerda todas las fechas que haya leído en su vida, y los hechos asociados con ellas, y también las fechas que él mismo haya vivido, y las cosas que sucedieron en ellas. Y es capaz de calcular los instantes hasta reducirlos a minutos y segundos.
Pero además tiene en la mente una suerte de gran calendario universal que le permite asociar instantáneamente hechos históricos con días, meses y años, de modo que si alguien le dice, por ejemplo, que "Luis Bonaparte tomó tres copas de vino al tercer día de su gobierno", George dirá: "y ese mismo día Mdme. Renault recibió a su esposo que llegaba del África, y era un viernes". Y jamás se equivoca.
Luego de que un amigo, Miguel Rivera, me contara acerca de este personaje, contacté a George Widener para preguntarle una sola cosa: "¿Ha leído usted una historia de Jorge Luis Borges llamada Funes the Memorious"? Su respuesta fue breve: "No, no la he leído, pero ahora mismo la voy a buscar, y te diré. Adoro los calendarios". Luego le hice llegar la traducción al inglés del cuento de Borges y ahora espero que pronto me diga su opinión.
Widener es hoy un dibujante que, curiosamente, usa como soporte servilletas envejecidas, de modo que sus imágenes parecen provenir de una memoria antigua. ¿Sus objetos representados? Máquinas, reales o imaginarias; paisajes casi siempre urbanos y que parecen de otro siglo, y unos calendarios que, según ha demostrado cierto célebre matemático alemán, contienen difíciles coincidencias de cifras que sumadas en cualquier dirección dan un mismo número (lo que llaman cubos mágicos), pero que, además, son cifras referidas a fechas históricas que presentan otro tipo de coincidencias.
Si quieren leer más sobre él, aquí hay artículos del New York Times y Raw Vision, entre otros, y aquí uno más de la Wisconsin Medical Society.
Imagen: Borges, el tiempo y la memoria. Fotomontaje: gfp.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
1 comentario:
En el blog Ficciones he colgado un post sobre un caso similar, pero que coincide aun más con Funes. Se trata de un hombre que tiene una memoria portentosa a raíz de un accidente que sufrió a los 10 años.
Publicar un comentario