11.10.06

Traditore

Tengo un amigo que, a pesar de vivir en Estados Unidos hace años, sigue hablando un inglés bastante malo, pero, además, tiene un español cada vez mas anglo, con giros que claramente vienen de la lengua que escucha a su alrededor.

A veces le digo en broma que da la impresión de que en algún momento va a olvidar su español sin llegar a adquirir el inglés, con lo cual quedará privado de un idioma.

Es sólo un chiste malo, claro está. Pero me viene a la mente a veces cuando yo mismo tengo que enfrentarme a esa especie de tierra de nadie que es leer un libro escrito en una lengua ajena y traducido a otra lengua que uno tiene como segunda, como lengua aprendida.

Mi caso más reciente es un buen ejemplo: estoy leyendo The Rings of Saturn, de W.G. Sebald, en la edición americana cuyo título cito, es decir, en el libro traducido al inglés por Michael Hulse.

Sebald lo escribió en Inglaterra, y el libro tiene a Inglaterra y a las literaturas británicas como referente constante. Pero lo escribió en alemán: Die Ringe des Saturn: Eine englische Wallfahrt (Los anillos de Saturno: un peregrinaje inglés).

Por otro lado, la primera vez que leí a
Sebald lo hice en inglés: fue Austerlitz en la versión de Anthea Bell, que no por nada ganó el premio más prestigioso de traducción literaria en lengua inglesa en su año (el 2001, justamente el año de la muerte del escritor).

Y ahora, de alguna manera, me ocurre que cuando leo los libros de
Sebald, su imagen se me parte en dos: las novelas traducidas por Hulse, más bien tensas y ríspidas en su lenguaje; los libros traducidos por Bell, cuyo fraseo me resulta más lírico y melancólico. ¿Cómo saber si esa diferencia está en los originales o si proviene de cada traductor?

Cuando he dado una mirada a las versiones de Sebald en español, me han parecido mucho menos sensibles, mucho más descoloridas, pero también más abiertas para mí, naturalmente; más próximas. Cuando lo leo en inglés lo leo en una lengua que no es mía ni suya, pero es la lengua en la que él vivió y en la que yo vivo ahora. Cuando lo leo en español sé que al menos uno de los dos está cómodo (yo, por cierto). No sé cuál de esas cosas es preferible.

No hay comentarios.: