Eso quiere decir que, mucho más allá de la calidad literaria del ganador, lo que se activa es un mecanismo productivo y de opinión poderosísimo, un respaldo gigantesco para sus ideas: la apertura de la prensa, un prestigio que le abre todas las puertas.
"Ganador del premio Nobel" es una de las frases con mayor poder simbólico en casi cualquier lengua del mundo que esté ligada a un mercado editorial.
Por eso, y nada más que por eso, es importante observar lo que la Academia Sueca hace con el premio: porque cada vez que entrega uno, extiende un cheque abierto para la difusión de la obra y las ideas del escritor premiado.
El Nobel reescribe cánones nacionales y, por tanto, reescribe historias nacionales. Ese es un poder que el destino ha dejado en manos de un grupo lentamente cambiante de críticos literarios suecos. Los giros políticos dentro de la Academia Sueca, sin embargo, son absolutamente desconocidos para el imaginario del lector común.
Para el lector común, si alguien es un premio Nobel de literatura, es uno en una reducidísima elite de escritores radicalmente superiores al resto. Y es brillante, extraordinario. Y su opinión debe ser especialmente iluminada. (Es posible que incluso si leen o escuchan a Fo, a Jalinek, a Cela, piensen que esas también son personas lúcidas, geniales, especialmente inteligentes o talentosas).
El lector común no sabe que hubo un momento en que la Academia se volvió autoconsciente de la importancia del premio que concedía, y que, desde entonces, cada vez que la mayoría de sus miembros fueron conservadores, la Academia premió consevadores; cada vez que la dominó la corrección política, entró en fases de "alternancia equitativa" de los premios; cada vez que primó en ella el perfil izquierdista, o progresista, premió a escritores de izquierda.
(A propósito: un blogger despistado intentó demostrar hace unos días que la Academia Sueca no es de izquierda en el año 2006 porque premió a Saint-John Perse en 1960 y a TS Eliot en 1948. ¿interesante argumento, no?).
Y bueno. Eso es bantante cháchara casi seria sobre el Nobel. Ahora pasemos a las trivialidades: quedan sólo unas horas, tal vez los lectores se animen a hacer predicciones... Iván Thays ha recogido las de nueve amigos y conocidos en su blog y sumando rápidamente éstos son los resultados de su sondeo:
Mario Vargas Llosa, con 9 votos
Philiph Roth, con 8 votos
Haruki Murakami y Antonio Tabucchi, con 3 votos
Paul Auster, Antonio Lobo Antunes y Roberto Calasso, con 2 votos
Y con un voto: Cees Noteboom, Yi Munyol, Blanca Varela, Carlos Germán Belli, Rodolfo Hinostroza, Carlos Fuentes, Margaret Atwood, Martin Amis, Tomas Tranströmer, Milan Kundera, Norman Manea, George Steiner, Cormac McCarthy, Don DeLillo, Sergio Pitol, John Banville.
4 comentarios:
Philip Roth tuvo 8 votos, por cierto.
Hecha la corrección. Y la idea de Peter está divertida: qué pasa con esos Nobel póstumos. Sebald tendría que ser el de ahora mismo, ¿no?
Este Nobel se lo dan a Mario Vargas Llosa.
G.
Este nobel se lo dieron a Orhan Pamuk.
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