Todos estamos de acuerdo, creo, en que no se puede ir por ahí censurando libros, no importa cuán despreciable nos parezca su contenido (siempre que el contenido mismo no implique la comisión de un delito: la pornografía infantil, digamos, es censurable porque el producto sólo se puede obtener mediante el abuso de unas criaturas indefensas).
En el Perú, uno puede ir a una librería cualquiera y comprar un ejemplar de Mi lucha, de Hitler. Y eso mismo pasa en casi todo el planeta. La noción de censura, al menos en Occidente, está cada vez más lejos de ser real (o directa) en el terreno de los libros. Eso, claro está, implica hacer de tripas corazón y aceptar que las cosas más insanas circulen por allí, libremente.
En Estados Unidos se está dando esta semana un caso especialmente chocante, relacionado con el asunto de hasta dónde se puede llegar con la liberalidad editorial. El ex astro del fútbol americano O. J. Simpson, increíblemente absuelto de un cargo de doble homicidio años atrás (las víctimas fueron su esposa y un amigo), está por lanzar en estos días (el 30 de noviemnbre) un libro titulado If I Did It, cuya premisa podría resumirse así: yo no cometí esos asesinatos, pero, si lo hubiera hecho, los habría cometido de este modo...
El noventa y nueve por ciento de los americanos cree que Simpson fue el culpable. La frase "el caso Simpson" provoca en casi todos los estadounidenses una misma reacción: es el ejemplo más clamoroso de error (o corrupción) judicial que la gente pueda recordar. La mismísima editora del libro dice que ella publicará el volumen porque piensa sinceramente que el texto es una confesión de Simpson.
Pero el libro se llama If I Did It, es decir, "Si yo lo hubiera hecho": "if", con lo que, textualmente, Simpson sigue manteniendo la fachada de inocencia que ha montado desde 1994. Sólo que ahora la vuelve delgadísima, casi transparente. Para el público americano, se trata de una jugarreta grotesca, bajísima, un ejemplo chocante de inmoralidad y una burla descarada.
Y, sin embargo, está claro que el libro será un éxito bochornosamente multitudinario, con lo cual el mercado dará decenas de millones de dólares al aparente criminal.
Un detalle que añade lodo al lodo en este caso es el siguiente: la estrategia de lanzamiento incluye una larga entrevista televisiva de Simpson con la editora del libro, Judith Regan (en la foto). Una impúdica maniobra de marketing de Regan Books, empresa subsidiaria de la transnacional Harper Collins. ¿Y qué canal transmitirá la entrevista? La cadena Fox. La aliada de Bush. La autoproclamada defensora de los viejos valores morales de Estados Unidos. La guardiana de la familia y la tradición.
La línea editorial de Fox considera que el matrimonio gay es una afrenta contra la familia. ¿Asesinar al cónyuge (y hacer dinero con ello) será, acaso, una manera de respetarla?
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1 comentario:
Es alucinante la fijación que tienen los peruanos con los judíos. Cualquiera juraría que hay millones de judíos peruanos controlándolo todo. La colonia judía peruana tiene 1500 personas. Es de las más pequeñas de cualquier país del mundo occidental.
"Mi lucha" está a la venta, por ejemplo, en Crisol, en pleno San Isidro; no está escondida, está encima del estante de libros históricos y biografías.
Qué lástima que para tu amigo librero la única razón considerable para no vender ese libro sea una razón económica. ¿Debe entenderse que un libro que promoviera el exterminio de todos los aymaras, por ejemplo, tu amigo sí lo vendería sin ningún escrúpulo, en vista de que los aymaras deifícilmente afectarían su mercado?
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