La reseñadora que usa su columna para solicitar libros de regalo a las editoriales limeñas (1) ha publicado hoy una especie de reseña de mi antología Toda la sangre.
En verdad, es uno de esos atajos de reseña que elaboran los comentaristas cuando no saben cómo enfrentarse a una antología y eluden tanto la posibilidad de discutir los criterios y las ideas del antologador como la posibilidad de hallar el trasfondo común o la relación entre los textos reunidos: la reseñadora comenta dos de los diecinueve textos, esquiva todos los conflictivos, repite un lugar común (con un giro original que lo hace incomprensible) y luego cita una frase del epílogo.
Y como no tiene absolutamente nada que decir en contra del libro (la reseña es positiva, ciertamente), entonces, para no perder la costumbre, aprovecha para hablar de mi "odioso tono" y mi "didactismo autoritario". No se refiere con ello a nada que tenga que ver en lo más mínimo con el libro, dicho sea de paso. Se refiere al "odioso tono" y al "didactismo autoritario" con el que le pido todas las semanas que trate de hacer bien su trabajo. ("Odioso tono" que seguramente estoy usando en este momento).
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(1) Para quienes siguen sin creer que alguien pueda hacer tales cosas, reproduzco ese célebre párrafo de Olga Rodríguez Ulloa: "Lo que me gustaría comentar es la falta de desprendimiento del grupo editorial Planeta, el más grande de habla hispana, que entrega solamente un volumen por redacción. Con las ganas que tenía de poseer mi propio ejemplar de Puta linda. Como a las putas, a los libros de Planeta hay que compartirlos".
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1 comentario:
yo la verdad no entiendo como algunos periódicos pueden estafar a sus lectores con críticos así.
porque eso es lo que es. estafa.
si el papel del crítico es orientar al lector/oyente/público de la obra, ¿estas reseñas sirven para qué? ¿para que nos enteremos de sus broncas, de sus odios?
estafa total.
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