9.6.07

Shakespeare´s Joints

La marihuana y los vecinos ilustres de Stratford-Upon-Avon

¿Alguna vez, quizá leyendo Sueño de una noche de verano, o en medio de una función de La tempestad en el Teatro Británico, se preguntaron qué se habría fumado William Shakespeare para imaginar las cosas que imaginaba? La respuesta, de acuerdo con dos científicos sudafricanos, es la que esa pregunta retórica exige: marihuana.

Los científicos --el doctor Thackeray (ni más ni menos), del Transvaal Museum de Pretoria, y el doctor Van der Merwe, de la Universidad de Cape Town-- hicieron dos cosas: analizaron más de veinte pipas del siglo diecisiete halladas en residencias de Stratford-Upon-Avon, hogar de Shakespeare, y rebuscaron febrilmente entre sus escritos tras una pista, una huella, una alusión escondida.

En las pipas, encontraron, según análisis contrastados por laboratorios policiales, restos de tabaco, cocaína y marihuana. Una de las pipas, por cierto, provenía de la residencia de una connotada vecina isabelina de Stratford-Upon-Avon: la madre de John Harvard, el hombre cuyo nombre fue dado a la más célebre universidad de América.

De los escritos, les llamó la atención a Thackeray y Van der Merwe la estrofa que contiene la célebre frase "keep invention in a noted weed", en el Soneto 76 del maestro británico.

Sin embargo, cabe notar que Thackeray y Van de Merwe, que publicaron sus hallazgos en un artículo del South African Journal of Science en el año 2001, fueron justos en reconocer que es imposible probar que las pipas fueran de uso de Shakespeare (así como, debo agregar, es difícil admitir su interpretación del soneto).

Thackeray, eso sí, aseveró a la BBC que no cabía duda de que las sustancias mencionadas fueron consumidas en el pueblo de Shakespeare y en los siglos dieciséis y diecisiete. Sobre la cocaína, una nota de National Geographic recogió en marzo del 2001 las opiniones enfrentadas de quienes creen posible la entrada de la coca a Inglaterra desde el siglo dieciséis ("after the Spanish Conquest of Peru"), e incluso adjudican el tráfico al pirata Drake, y quienes niegan por completo la hipótesis.

Un artículo de (irónicamente) Harvard Magazine reúne más declaraciones sobre el tema, entre ellas las de un muy divertido Stephen Greenblatt (tienen que leer su libro Marvelous Possessions), y además añade a la especulación una nueva exégesis del sentido de la frase "tenth muse" (décima musa) que Shakespeare usa en el Soneto 38. Según el artículo, esa décima musa no sería una mujer, sino una ramita de cannabis.

Fotomontaje gfp.

5 comentarios:

Daniel Salas dijo...

¿Cómo sería posible? La cocaína fue extraída por primera vez en el siglo XIX por Friedrich Gaedcke. Al menos eso es lo que se sabe.

Gustavo Faverón Patriau dijo...

No, no. La cocaína fue aislada en laboratorio por primera vez en el diecinueve. Eso no quiere decir que no se pueda hallar residuos de ella en una pipa donde se haya consumido coca. Es como hallar residuos de cafeína en una taza de café.

Tanque de Casma dijo...

No es por llevarte la contra, Gustavo, pero me parecen un poco sensacionalistas los científicos sudafricanos estos. Ya sé que han puesto el parche ("fueron justos en reconocer que es imposible probar que las pipas fueran de uso de Shakespeare"), pero igual se han colgado de la figura de Shakespeare.
Imagínate que sigamos su ejemplo. Hacemos una pesquisa en los ceniceros y basureros de Bowdoin. Si encontramos rastros de droga, ¿podríamos sugerir que ese es el motivo por el que quieres excluir a Clemente Palma de nuestro canon literario? No, sería un rocón tal como son las suposiciones de estos científicos. Un poco gratuitas sus afirmaciones, creo yo.
De todas formas, interesante eso que se halla estado fumando marihuana en Europa por esos años. Y que se le halla pateado con coca, más interesante aún.
Por otro lado - ya que estamos en el asunto de la coca, la literatura e Inglaterra - recuerdo que, de creerle a Conan Doyle, quien sí se aplicaba sus tiritos era Sherlock Holmes.
Bueno, estimado, un abrazo

Gustavo Faverón Patriau dijo...

Obviamente es sensacionalista, Ernesto. ¿La ilustración del post no dejó eso sufientemente claro?

Anónimo dijo...

En todo caso habria que pasar a la realidad si del tema de escritores y drogas se trata, probablemente un buen antecedente -por lo de veridico que puede tener el caso- esta en el escritor ingles Thomas De Quincy, opiomano consumado y confeso, aqui una breve sacado del wickipedia en español:


"El estilo de Thomas de Quincy es originalísimo para la época; su fantasía subvertia sistemáticamente la lógica y el buen sentido burgués británico; buscó en la experimentación con las drogas un escape al aburrimiento de una inteligencia superdotada, pero después fue víctima de ellas y le costó dejar el hábito; sus experiencias al respecto se encuentran en Confessions of an English Opium-Eater, que apareció en London Magazine (1821). Poseyó, además de una gran cultura de fundamento grecolatino, una sensibilidad artística aguda y se mostró como un hábil crítico no sólo literario, sino de la sociedad inglesa en general. Su influjo sobre Edgar Allan Poe, Charles Baudelaire y la estética del Decadentismo en general fue inmenso.