7.9.07

El hablador

El loro, la isla y la academia

Si alguien se pregunta cuál es la importancia de las academias extranjeras (la norteamericana y las europeas, sobre todo) para el estudio de temas literarios peruanos, quizá una mirada al último post de El Hablador le aclare el panorama.

El post se refiere a la novela de
Vargas Llosa de la que tanto el blog como la revista virtual El Hablador toman su nombre, y a la atención mayor o menor que la crítica le ha prestado a dicha novela. Más exactamente, el post dice lo siguiente:
"Aunque se trata de una gran novela, por mucho tiempo la crítica no le prestó tanta atención, como sí sucedió con las otras novelas 'canónicas' como La ciudad y los perros, La casa verde, Conversación en La Catedral y La guerra del fin del mundo. Podríamos decir que es recién después del año 2000 que aparecen lecturas críticas de la novela".
Me llamó la atención el comentario: yo escribí el año 2000 un ensayo sobre El hablador, que salió publicado años después en Lexis, la revista de la Universidad Católica. Eso, por supuesto, no es relevante y no contradice lo afirmado en el blog. Pero el caso es que recuerdo muy bien haber revisado mucha bibliografía crítica acerca de El hablador el año 2000 para escribir ese ensayo --incluyendo varios artículos de la revista Diacritics, entre ellos uno de Jonathan Culler, y hasta un capítulo entero de The Spectre of Comparisons (1998), el libro de Benedict Anderson (ambos profesores de Cornell).

Consultando la base de datos de la Modern Language Association, encuentro que hay al menos setenta estudios académicos sobre la novela
El hablador. La gran mayoría de ellos son ensayos críticos aparecidos en revistas prestigiosas antes del año 2000: cincuenta y nueve de los setenta, para ser precisos. Entre los autores hay críticos tan conocidos como Misha Kokotovic, Roy Boland, Doris Sommer, Raymond L. Williams, Sara Castro-Klarén y Jorge Marcone.

Es obvio que la gente de
El Hablador, que ha contribuido a la bibliografía de esa novela con la publicación de dos ensayos (uno del argentino José Andrés Rivas y otro del colombiano John J. Junieles) no dice lo que dice por ningún afán de ocultar lo evidente, sino porque no tiene noticia de esos otros setenta ensayos, que circulan por bibliotecas de Estados Unidos y Europa y que, en muchos casos, se pueden incluso leer e imprimir online. Es significativo que tampoco Rivas y Junieles citen uno sólo de esos setenta estudios, entre los que hay varios de autores peruanos, como Sara Castro-Klarén y Jorge Marcone, profesores de Johns Hopkins University y Rutgers, respectivamente.

La gente de
El Habladores, claro está, muy lectora e interesada por la producción cultural, y eso se refleja en la confección de una revista preocupada por mantener una cierta seriedad intelectual en cada número. La pregunta es: ¿cómo se puede producir interesantemente cuando se vive tan por completo aislado de la producción intelectual del resto del mundo, hasta el punto de creer que esa producción, simplemente, no existe? ¿Cómo se puede participar de un intercambio crítico de ideas si se ignora a la mayor parte de los interlocutores?

Y, por cierto, el aislamiento va en dos direcciones: en la base de datos de la MLA, que casi todos los latinoamericanistas del planeta consultan para sus investigaciones, no aparecen los artículos publicados en
El Hablador, como no aparecen, tampoco, los de casi ninguna revista peruana. Esa es una carencia que se puede evitar con un correo electrónico, un par de faxes y ningún costo.

16 comentarios:

Anónimo dijo...

Estimado Gustavo, ¿podrías ponernos el enlace de la base de datos del Modern Language Association? O hay que pagar algún costo para acceder a ella, como el caso de otros buscadores académicos tipo... Entiendo que el MLA brinda los estándares o el formato para escribir un artículo académico. Pero ignoraba que pudiera funcionar también como una suerte de Google Académico, JSTOR o PRO QUEST. En fin, siempre se aprende algo y recién me estoy familiarizando con estos menesteres

Saludos

Anónimo dijo...

los chicos de El Hablador tienen muy buenas intenciones pero eso no basta. Han hecho un grupo de amigos, discreto, y se dedican a citarse entre ellos y leerse entre ellos. Ell no tiene nada de malo, pero deberían también preocuparse por actualizarse y, por lo menos, leer lo que hay on line sobre el tema que tratan. Han tenido post anteriores con el mismo problema, no es la primera vez.

A. Ele dijo...

Hola Gustavo, desués de tiempo pasaba por acá para chequear algunos post. Peoquería hacer una observación (quizá más frívola)sobre el reloj que colocaste en tu blog. ¿Está con la hora de Maine? Ya que este blog se lee (creo) más en Perú.

Anónimo dijo...

Dicho sea de paso que Vargas Llosa se ha puesto a criticar otra vez a la crítica literaria académica cuando todo el mundo sabe que Vargas Llosa recibe dinero de las universidades inglesas, americanas y alemanas constantemente por charlas y conferencias en las que se deshace en sonrisas ante los académicos. Qué tal tío.

Vicky dijo...

Alan, sí, es la hora de Maine. Pero creo que el dueño del blog quiere decirnos o descubrir algo diferente porque es muy disforzado.
También a mi me llamó la atención (aunque debo reconocer que primero fue la naranja, después me di cuenta que se trataba de un reloj).

LuchinG dijo...

Julior: ¿pudes poner el link, por favor?

Anónimo dijo...

Y después se cargan con todo a la crítica académica. No veo cuál es el problema. La crítica académica es una actividad profesional como cualquier otra y produce conocimientos altamente especializados como, digamos, la filosofía, la física, la medicina o la bioquímica. ¿Alguien quiere reclamarle algo a un genetista, por ejemplo, o a un físico nuclear? Para eso hay divulgadores en los medios, que suelen ocuparse de temas complejos. Ahora, es cierto que ese intento a veces es fallido, más por deficiencias de quien divulga, pero esa es otra historia. Bien por este post, creo que pone muchas cosas en su lugar. A propósito, me di con la sorpresa de que en Lima se ha editado un excelente libro de L. Wendorff, una profesora de la Universidad de Carolina del Norte (Chappell Hill) sobre "La tía Julia y el escribidor", lectura que por supuesto recomiendo.

Diego Trelles Paz dijo...

Saludos Gustavo. La inclusión de una revista en el catálogo del MLA me parece que no es tan sencilla aunque, sí, es gratuita. Una de las reglas del Database es que la revista esté afiliada a un Centro de Estudios. Esto lo supe a partir de una experiencia personal. Luego de hablar con sus directores, traje de Lima todos los números de "Ajos y Zafiros" y de "Intermezzo Tropical" para intentar incorporarlas al catálogo. Las mandé por correo postal junto al último número de la revista que dirijo ("Pterodáctilo"). Luego envié un correo electrónico al encargado principal y él me respondió asegurándome que las había recibido. Si bien "Ajos y Zafiros" surgió de las aulas de San Marcos y en "Intermezzo..." hay ex estudiantes de la Universidad Católica, hasta ahora no aparecen en la lista y me temo que no aparecerán (no, al menos, si esperamos que mis gestiones prosperen). La inclusión de "El Hablador", me temo, va a seguir el mismo filtro. Por cierto, para acceder al MLA Database se debe pagar. Esto, por lo general, lo hacen las universidades por los estudiantes. No tengo idea de cómo sea en Perú pero me imagino que debe haber por lo menos una institución que paga esa cuota.

Gustavo Faverón Patriau dijo...

Hola, Diego. Estaba por responder lo del MLA. Yo he tenido una experiencia distinta de la tuya: la revista que fundé, Dissidences, ingresó al índice del MLA sin estar auspiciada por ninguna universidad (ahora lo está, pero eso fue luego). Nunca me preguntaron si lo estaba; lo único que me pidieron fue que les remitiera los artículos del primer número una vez que fuera publicado. Ellos en efecto pueden aceptar a unos y no a otros, pero eso no tiene que ver con la afiliación académica.

Lo del acceso a consultar el índice: es como dices, a través de las universidades afiliadas, que son las que pagan en lugar de que paguen los alumnos. Si la PUC no está afiliada, eso ya sería una vergüenza mayor para una universidad con muchos recursos.

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PD: Vicky: la hora de Maine es una más que la de Lima, simplemente. Y no entiendo qué tendría de raro que pusiera un reloj con la hora del lugar en el que vivo (¡ !).

Camilo Fernández Cozman dijo...

Hola, Gustavo. Creo que tener acceso a la base bibliográfica del Modern Language Association es muy importante para un investigador. Sin embargo, el aporte de este último está dado, sobre todo, por los alcances de la hipòtesis que plantea. Puede ser que un investigador maneje mucha bibliografía, pero se dedique simplemente a resumir aportes ajenos y no ofrezca una interpretación original al respecto. ¿Cuántos profesores peruanos enseñan español en universidades estadounidenses? Tal vez 1000 o más o, quizá, menos, no tengo el dato exacto. ¿Cuántos han dado verdaderamente aportes sustanciales al conocimiento de la literatura o de la lingüística, a pesar de contar con la base bibliográfica del MLA? Esa es una interrogante que siempre me formulo. Parece ser que en las Humanidades, a diferencias de las ciencias naturales y formales, no basta solo con tener la bibliografía completa (que es muy importante, por cierto), sino se necesita de una especie de sensibilidad o de sutileza (no sé cómo llamarla realmente) que hace que podamos escribir libros como "Mímesis" de Auerbach, un texto imprescindible porque traduce una agudeza verdaderamente sorprendente. He ahí el quid de la cuestión, sin duda.

Gustavo Faverón Patriau dijo...

Hola, Camilo.

Nadie ha dicho que el acceso a la bibliografía convierta al tonto en genio. Pero está claro que la falta de acceso a ella hace al tonto más mediocre y al genio menos capaz. Menos capaz, por ejemplo, de dialogar con aquellos cuyo trabajo desconoce. La crítica literaria trabaja sobre libros, nada de raro tiene que funcione mejor donde están los libros.

¿Mil profesores peruanos de literatura en la academia americana? No. Mira: la MLA (que reúne a la inmensa mayoría de los profesores universitarios de la academia americana especialistas en literatura escrita en cualquier idioma) tiene 30 mil miembros. Supongamos que 5 mil sean profesores de español (evidentemente, los dos grupos más grandes son inglés y francés). ¿Estás diciendo que uno de cada cinco profesores de español en EEUU es peruano? Absolutamente imposible. Digamos que sea uno de cada 30. Lo que es una gigantesca exageración. Estaríamos hablando de unos 170. Supongamos que la mitad de los profes peruanos de literatura en EEUU no se afilian a la MLA (cosa improbable). Entonces serían unos 340.

¿De un universo de 340 intelectuales, cuántos esperarías tú que hicieran aportes "sustanciales"? Lo ignoro, porque ignoro a qué le llamas "sustancial". Pero tengo la curiosa impresión de que son, en efecto, muchísimos más los peruanos que han hecho buenos aportes desde la academia americana que quienes los han hecho sin salir del Perú (ejemplos más obvios: Cornejo Polar, Oviedo, Ortega, Castro-Klarén, Elmore, Kristal). Y eso no tiene nada de malo, y decirlo no debería ser ofensivo, porque, simplemente, la academia peruana es minúscula y es pobre en extremo y el Perú es un país del cual la inteligencia está en fuga desde hace décadas.

Camilo Fernández Cozman dijo...

Gracias, Gustavo, por tu respuesta. Tienes razón cuando dices que hay fuga de talentos en el Perú desde hace algunas décadas. De otro lado, sería interesante hacer una encuesta sobre los críticos literarios peruanos más importantes del siglo XX. "Puente aéreo" es una tribuna muy apropiada para esa tentativa. A mí se me ocurren algunos nombres: Estuardo Núñez, Alberto Escobar, Antonio Cornejo Polar, Américo Ferrari (su libro sobre Vallejo me parece imprescindible)y José Miguel Oviedo. Sobre Ortega tengo algunas dudas. Me parece que jugara más con las palabras y, a veces, no llegara a conclusiones realmente interesantes. Sin embargo, me parece que la academia norteamericana privilegia algunos temas y enfoques: género, estudios culturales, literatura gay, indigenismo, literatura colonial, etc.; temática, sin duda, interesante, pero que de alguna manera limita un poco la libertad al investigador, pues los congresos giran, en gran parte, alrededor de esos tópicos. Ahora bien, como es lógico, no en todas las universidades estadounidenses el departamento de español tiene un peso importante. De las 1000 universidades estadounidenses, ¿en cuántas el departamento de español tiene una presencia importante? No lo sé, francamente. Imagino a un profesor peruano con un buen sueldo y una excelente biblioteca; pero perdido en una universidad norteamericana, donde el departamento de español tiene escasa presencia académica, ¿con quién discutiría sobre sus temas? Claro está, tiene los congresos, pero estos giran en torno a ciertos temas y enfoques. Tendrá que dejar de lado sus intereses iniciales y adaptarse a la "academia americana" para poder tener un espacio intelectual considerable. Tengo varios amigos míos que estudiaron y trabajaron como profesores en Estados Unidos. Algunos se quedaron (Jesús Díaz, Christian Fernández, Juan Zevallos, Mariela Dreyfus, por ejemplo); otros se regresaron (Rocío Silva-Santisteban, Carlos García-Bedoya, Santiago López Maguiña, entre otros)porque no se adaptaron a la "academia norteamericana", aunque poseían todo el caudal bibliográfico pertinente. Otra cosa importante: ¿hasta qué punto el departamento en español tiene una enorme presencia en Estados Unidos, salvo el caso de algunas universidades? Sabemos que hay otros departamentos como el de la Literatura Comparada o el de Inglés que, obviamente, tienen una mayor presencia intelectual en la academia norteamericana. ¿No sería mejor que un profesor peruano hiciera su carrera, en los Estados Unidos, en el departamento de Literatura Comparda? De otro lado, ¿en qué idioma escribiría sobre Arguedas o Vallejo el profesor peruano? Tendría que escribir paulatinamente en inglés. Eso me lo dijo Christian Fernández, quien se graduó en USA con una tesis doctoral sobre el Inca Garcilaso. Él me afirmó: "¡Mi próximo libro lo escribo en inglés!" En tal sentido, estudiamos con la mejor bibliografía en Estados Unidos, concebimos una tesis sobre Arguedas con una hipótesis muy original, pero al final escribimos el texto (la investigación) en inglés, es decir, explicamos la obra de Arguedas solo para los "anglosajones". ¿Qué curioso, no? Saludos, Camilo.

Gustavo Faverón Patriau dijo...

No, Camilo, no es curioso: es falso. Un académico no escribe en inglés para los anglosajones porque no hay que ser anglosajón para leer en inglés. Lo haces tú, supongo, lo hacen todas las personas que mencionas en tu email, y sería una buena noticia que lo pudieran hacer todos los estudiantes universitarios del Perú, ¿no te parece?

Por otra parte, los departamentos de literatura comparada no son departamentos con una plana docente propia. En todas las universidades de Estados Unidos los departamentos de literatura comparada reúnen a los profesores de los departamentos de inglés, francés, español, alemán, chino, árabe, etc., cuyo trabajo sea oportuno para un programa comparativista. ¿Profesores peruanos forman parte de esos departamentos? Obviamente. Efraín Kristal es el director de uno de los más prestigiosos, el de UCLA. ¿Que hay que escribir en inglés para ingresar en ese círculo? Si quieres lo haces y si no quieres no. Hay muchos que escriben en español y sus libros no tienen ninguna resonancia y luego le quieren echar la culpa al idioma por su mala acogida. Es una tontería. Ya tú mencionaste a Oviedo, a Cornejo Polar, a Ortega (le pones objeciones): bueno, ninguno de ellos ha escrito sus libros en inglés, y todos han sido ampliamente exitosos en la academia americana y han tenido más influencia en la peruana que casi cualquiera de los peruanos que se quedó en el país.

Por otra parte, ¿qué tiene de paradójico o inusual escribir en inglés sobre Garcilaso o sobre Vallejo? ¿Y qué podría tener eso de negativo? ¿No escribes tú en español sobre poetas de otras lenguas? ¿No es así como se transmite la información de unas sociedades y unas culturas a otras?

(No voy a discutir casos particulares, pero "no adaptarse a la academia americana" debe ser la razón más inusual por la que los extranjeros se van de aquí y vuelven a su país. Las más comunes son la no adaptación a la sociedad americana y, por supuesto, la dificultad de encontrar un buen trabajo --porque eso puede pasar en cualquier lugar del mundo).

Preguntas qué universidades americanas le dan importancia a sus departamentos de español. Obviamente, la gran mayoría, entre otras cosas porque el español es el gran tema cultural y político de Estados Unidos desde hace varios años y lo será cada vez más, y Estados Unidos está en camino a ser, mucho antes de lo que se piensa, un país bilingüe. De hecho, es muy raro ya el americano que no entiende algo de español. Académicamente, te puedo mencionar decenas de departamentos de español en este país que están muy por encima de cualquier departamento de español peruano: pero te mencionaré sólo algunas de las que además cuentan con bibliotecas que exceden los cinco millones de libros: Yale, Stanford, UCLA, Harvard, Cornell, Princeton, Berkeley, Duke, Michigan, Johns Hopkins, Austin (la mejor biblioteca latinoamericanista del planeta), Brown, NYU, Columbia, etc.

Sobre lo de los temas de interés de la academia americana, te diré, resumiendo, que tu diagnóstico es impreciso y en todo caso parece describir a la academia de los años noventas. Yo puedo decir que jam
as en siete años he tenido que escribir una sola página forzado por las modas académicas de este país. En este país si un tema te interesa no te quedas sentado a que alguien haga un congreso sobre él: lo organizas tú y ya está. Las instituciones tienen dinero para hacerlo; es un lujo académico que los que estamos aquí agradecemos.

Camilo Fernández Cozman dijo...

Gracias, Gustavo, por la amplitud y precisión de tu respuesta. Me ha sido muy ilustrativa. De más está decir que no veo mal escribir en inglés, como tampoco en francés o italiano sobre algún autor latinoamericano. Que USA esté en trance de convertirse en un país bilingüe me parece una muy buena noticia. Jamás he puesto en duda que en USA estén las mejores bibliotecas del mundo. Eso es evidente y negarlo sería una insensatez.

Gustavo Faverón Patriau dijo...

Soy yo quien aprecia que te sigas dando una vuelta por este blog de cuando en cuando y que intervengas con tus comentarios. Voy a seguir tu consejo sobre la encuesta referida a los críticos peruanos. Quizá quieras proponer nombres. Ya hice alguna vez una sobre críticos influyentes hoy en día, de modo que quizá sea interesante hacer una más general, incluyendo a personas de cualquier época, ¿no?

Camilo Fernández Cozman dijo...

Hola, Gustavo, parece que mi comentario no llegó por culpa de la Telefónica que, cada vez más, da un peor servicio de conexión a Internte en el Perú. Me pides proponer nombres para una encuesta sobre los más importantes críticos peruanos. Te doy algunos:
1)José de la Riva Agüero
2)Estuardo Núñez
3)José Carlos Mariátegui
4)Antenor Orrego (es el fundador de la crítica sobre Vallejo)
5)Luis Alberto Sánchez
6)Américo Ferrari
7)Enrique Ballón (no sé si sea un crítico, sino más bien un semiota)
8)Alberto Escobar
9)Antonio Cornejo Polar
10)Julio Ortega
11)José Miguel Oviedo
12)Carlos García-Bedoya
13)Miguel Ángel Huamán
14)Ricardo González Vigil
15)Carmela Zanelli
Saludos, Camilo