21.12.07

Parásitos

Sobre la moral del amarillismo

Todos sabemos que la prensa sensacionalista vive de los escándalos y, cuando no hay escándalos, los inventa. No siempre tiene la imaginación suficiente para inventar líos más o menos sofisticados, y no siempre quiere llegar al extremo de dar una información enteramente falsa: más fácil le resulta dar una noticia real e inventar únicamente el escándalo que ha de rodearla.

Mientras más liberal es una sociedad, y más libre de prejuicios, más difícil resulta escandalizarla. Por tanto, la prensa sensacionalista necesita formar a sus lectores o bien en el conservadurismo más radical o bien en la plena y total hipocresía: necesita que se escandalicen fácilmente, que cualquier cosa les suene atroz, terrible, enferma, desviada o maliciosa. O que estén dispuestos a actuar como si ése fuera el caso.

Les pongo dos ejemplos de la prensa peruana del sábado pasado:
La República colocó en primera plana una foto de Claudio Pizarro vestido como un emperador romano, con toga y corona de laureles. El titular dice: "Sigue la fiesta: la vida loca". La acusación implícita es que Pizarro vive una vida disipada, poco menos que reptando de orgía en orgía. ¿La verdad? Pizarro acudió a una fiesta de disfraces con la que su club, la empresa para la que trabaja, celebraba el fin de año.

Una fotonoticia abridora en la web de
Perú 21, también el sábado, se titula "Otra vez" y consigna una fotografía de Paris Hilton en brassiere. ¿Cuál es la noticia una vez que se entra al texto enlazado? Que la Hilton "aparece en lencería" en una escena de una película que será estrenada el próximo año. Uno pensaría que esas cosas dejaron de ser noticia en 1920. No es así.

Igualmente cucufatos y modosillos resultan personajes como César Hildebrandt y su gemela pelirroja, Magaly Medina, cuando "acusan" de homosexualidad a personajes de la farándula o de la política. Igualmente cucufatos y modosillos son quienes siguen diciendo que gente como Hildebrandt, no importa cuántas mentiras diga, cuantas bajezas cometa y cuantas infamias invente, es "un ejemplo de periodismo".

Y ni más ni menos que
Jaime Bayly, ex niño terrible, acaba señalando con el dedo a los juergueros de la selección, censurando sus noches disipadas. Sólo en Lima, sólo en el Perú, puede alguien ser a la vez un enfant terrible y su propia tía solterona.

Hay un vínculo indesligable entre aquellos que viven de apuntar los pecados ajenos y aquellos que inventan pecados donde no hay nada, o no mucho. Es más, todos son los mismos, y su interés no es denunciar para corregir, como quieren hacer creer, sino denunciar para medrar con la denuncia. Son parásitos: viven de los demás y de paso los enferman: son Laura Bozzo pregonando el amor mientras transa bajo la mesa; Raúl Romero cuando predicaba desde la oficina de Monteisnos; Nicolás Lúcar moralizando desde el infierno.

Hasta hace poco eran acusadores, luego fueron acusados, ya serán acusadores nuevamente: los peruanos los parecen necesitar, y parecen necesitar escándalos que los hagan olvidar los sigrnificados reales detrás de los sonrojos y los hipos extáticos. Miren el juicio a Fujimori: ¿cuánta gente lo ve como algo más que un show? ¿Cuánta gente sigue recordando que se trata de la reivindicación moral de cientos y miles de víctimas?

¿Y cuántos de los millones de peruanos que apoyaron a Fujimori a pesar de masacres y latronicios, o incluso debido a ellas, serían hoy capaces de asumir que también a ellos se les está juzgando por su propias infamias en ese mismo proceso?

31 comentarios:

Anónimo dijo...

Podría sonar a silencio arbitrario,aunque siento que no lo es,que pusieras al margen de tus acusaciones a la Chichi Valenzuela.Si hablas,Gustavo,de SHOW ante la noticia,entonces es ella la indiscutible campeona farandulera a despecho de su pretendida seriedad.Basta con ver sus programas (los que dejé de ver porque me sobresaturó.Qué injusta y maquiavélica es y cómo oculta toda noticia que vaya en contra de sus intereses,lo que no estaría del todo mal si no fuera porque solía poner a "la noticia" como algo casi sagrado en el deber periodístico.Comunícale algo en contra de Baruch Ivcher para que veas como la noticia deja de ser sagrada y no la difunde.

Anónimo dijo...

La esquizofrenia de cierto blogger:

Hoy cuenta su intecambio de regalos por navidad, y su compulsión consumista final:

“Desde hace algunos años, con unos amigos que compartimos un taller de narrativa de Alonso Cueto, solemos realizar un intercambio de regalos por navidad”

Pero hace solo unos días había despotricado de la “parafernalia” navideña:

"Sin ánimo de ser aguafiestas, una de los meses más dificl de sobrellevar es diciembre, no por la celebración de las fiestas navideñas para los católicos, sino por todo el ambiente
"sobrecargado" de la parafernalia navideña y todos sus condimentos aledaños."

Anónimo dijo...

Propongo que amplíes el caso de Hildebrandt. Durante este año Hildebrandt escribió varias veces sobre ti. Se refirió a ti en términos racistas, inventó que eras un ex miembro de la Marina, que eras puneño (qué tendría eso de malo) y por último te acusó de homosexualidad como hace Hildebrandt con todo el mundo. Mientras tanto un grupo de bloggers que te hacen la guerrita decían que Hildebrandt era lo máximo y que el chato era ejemplo para todos los periodistas. ¿Por qué no dijeron ni chus ni mus ni esta boca es mía ante todos esos atropellos?

Anónimo dijo...

De acuerdo con el anonimo de las 11.19 , no es el unico que piensa asi sobre Cecilia Valenzuela. Esta caricatura que vi en los comentarios de un post de Fantomas la pinta de cuerpo entero.

Anónimo dijo...

Chichi Valenzuela ha tenido sus excesos racistas (ya sé, ya sé, todo racismo es un exceso o peor) y también eso es parte de su manera de ver la noticia como show. Pero no creo que este blog se los haya pasado por alto. Al contrario este es uno de los pocos que los ha hecho notar.

Anónimo dijo...

qué mal escribe ese compadre palacios. por qué citarlo? qué tiene que ver con el tema del post?

Anónimo dijo...

Al amigo de 1:21PM le digo que se me había escapado eso de las cosas del chato Hildebrandt en contra de Gustavo,no las había leído.El chato es un odiador compulsivo cuyos tempranos odios familiares se han extendido en aumentación neurótica a casi todos. A destacar su misoginia, tan contraria en apariencia a su por él mismo alimentada "reputación" donjuanesca.Cabría agregar sobre la Chichi,que su ex-amante (infidencia indecente del Chato en un programa de Magalí Medina)es para ella un solapado modelo,del que piratea todo modo televisivo desvergonzadamente.Se copia todos sus tics y en el fondo se cree la actual "sucesora" de Hildebrandt.Esta es una fea historia de amor codicioso y maquiavélico.
Termino diciendo que quien crea que el chato es lo máximo es un pobre huevón que no ve la evidencia:que es solo un frustrado literario que rumia su fracaso dorado por la farándula billetera.

Anónimo dijo...

oiga usted, señor Faverón, hay que ser muy desorejado para pasar estos versos traqueteantes como poesía:

"digamos que camino a lo largo de ti pero en mi adentro
en mi peripatético pasado en mi hoy paradójico y absurdo"

Trate de leer en voz alta eso para que vea qué fea sensación. Ya entiendo por qué cierto blogger noventero no sale en ninguna antología de poesía. Jum.

Anónimo dijo...

Lamento irme por lo superficial: ¿ha leído alguien la novela de Hildebrandt, Memorias del abismo (o algo así)? Bueno, ¿qué tal?

Anónimo dijo...

latronicios?
se te guepó el dedo...

Anónimo dijo...

"El enano", de Ampuero, me parece da una buena aproximación a la figura del chato.

Anónimo dijo...

El precio más caro a pagar los países pobres para salir del subdesarrollo, es la ignorancia y corrupción. Pero no sólo se trata del atraso cultural de sus vastas mayorías, analfabetas o casi alfabetos, sino también, la incapacidad, codicia e indolencia de las clases gobernantes.

La conducta de los órganos de comunicación, no sólo la "prensa sensacionalista", sino el 95 por ciento de los medios (radio, prensa escrita y televisión) han hecho de los escándalos, reales o inventados, su modus vivendi de "realización" profesional y asqueroso trampolín para huir de la pobreza.

El ejemplo que das del diario La República y su "ojeriza" con el futbolista Claudio Pizarro, es una bicoca si lo comparamos con las bochornosas manipulaciones que ese órgano de expresión viene haciendo sistemáticamente contra quienes cuestionan lo amoral e injusto del sistema.

Para asegurar el triunfo del candidato escogido por el establishment en las pasadas elecciones presidenciales, al mejor estilo del diario de la mafia, La Razón, el periódico del jirón Camaná con su "albacea" editorial a la cabeza, Mirko Lauer, se embarcó a la sucia campaña de afirmar en forma reiterativa que cinco mil soldados del ejército bolivariano del presidente venezolano, Hugo Chávez, estaban "invadiendo" nuestro país: Primero, se dijo, por Tacna, y luego por Puno.

La infamia de Mirko Lauer, fue jugada en pared con el diario que lo cobija y promociona, fue con grandes titulares.

De inmediato se plegó a la orquesta todo ese chancro mediático que igual aplaudió a Belaúnde, al "joven" García, al "salvador" Fujimori y ahora nuevamente al "responsable" doctor García.

La manipulación orquestada por el antiguo moscovita desde las páginas de La República, tenía como objetivo asustar a los peruanos, para que no eligieran al candidato de su preferencia, sino al que el establishment había escogido y seguramente pagado para esta guerra sucia desatada.

Lo que diga César Hildebrandt, Magaly Medina, Jaime Bayly, Tongo, si lo comparamos a la sistemática campaña de corrosión contra cierto sector, o de "salvamiento" y adulonería que hace casi toda la prensa limeña, las críticas a estos mediáticos personajes, no tiene comparación

Anónimo dijo...

La novela de Hildebrandt: las partes que narran el interior de un periodico se dejan leer; las que narran las reuniones de un grupo subversivo son un involuntario cague de la risa.

Miguel Rodríguez Mondoñedo dijo...

Muy interesantes observaciones, como siempre. La costumbre no es exclusiva del Perú, sin embargo.
Aquí un ejemplo de otro escándalo creado bajo el estandarte amarillista ("too good to check"), esta vez en la BBC.

Anónimo dijo...

Tú que eres más inteligente que cualquier opinólogo de Lima, explícame una cosa: ¿por qué esa misma gente dentro de la cual se encuentra la mayoría de víctimas de atentados contra los derechos humanos apoya a su presunto principal promotor, léase Fujimori?

Anónimo dijo...

Quiera o no Sr. Faverón el chato Hildebrandt es ejemplo de periodismo: bueno o malo, lo dejo a gusto de consumidor.

Anónimo dijo...

Y ya que 'vox populi' ha sentado en la silla del peluquero a Hildebrandt y a la Chichi Valenzuela, permítanme hacer un corte con moñito y batido con rayitos al chato cascarrabia, y un peinado bien 'bombé' y recontra emputamadrado a la empleada de Baruch Ivcher, a ver, -espero- si finalmente se consigue el milagro de camuflarle medio metro de cachete a cada lado de la cara, para, en honor a la verdad, hacerla más digerible y telegénica.

Si la derecha tradicional que maneja los medios de comunicación, durante muchos años caminó agarradita de la mano de Hildebrandt ¿a qué se debió..? ¿A que de pronto se hizo masoquista y apoyó a quienes la atacaban..? ¿Por qué esperó hasta que apareciera Ollanta Humala con una victoria casi inminente en las pasadas elecciones, para recién sacarle a Hildebrandt su pasado "velasquista" que él creía "olvidado"...?

La convivencia con la derecha (Delgado Parker, Crusillat, Baruch Ivcher, etc, etc..) no fue precisamente porque el chato Hildebrandt fuese un "peligro" para el sistema como algunos entusiastas tratan de hacer creer ahora.

En su interior Hildebrandt estos últimos treinta años, rezaba para que su "error" de juventud, como él ha confesado fue su paso por la experiencia revolucionaria de los militares de entonces, no se lo enrostraran.

Con frecuencia, Hildebrandt, para demostrar ser más "demócrata" que muchos improvisados, se sumó a campañas idiotas como la de apoyar públicamente a la ultra derecha golpistas venezolana aquel 11 de abril del dos mil dos y "celebrar" en el aire la caída del "dictador".

A partir de allí, de aquel desliz, fue insalvable el caudillo venezolano a ojos de Hildebrandt. A pesar que Chávez lo ha repetido reiteradamente que a fines de los años sesenta e inicios de los setentas estuvo destacado en el Perú, y que su mentor ideológico, la "democracia participativa", fue precisamente el general peruano, Juan Velasco Alvarado, ídolo también de Hildebrandt en sus años mozos, no se entiende el abismo que se esfuerza en marcar el periodista peruano con el militar venezolano si ambos vienen de la misma cantera.

El caso de la Chichi es más sui génesis y vergonzoso: la empleada de Baruch Ivcher viene de la ultra izquierda petardista: (Patria o muerte: Venceremos..!) Enemiga de los reformistas "traidores" de clase a quienes hay que colgar porque “dilatan” el enfrentamiento definitivo de los oprimidos con lo opresores, por lo tanto es "revolucionaria" a forro... Si bien es cierto que su lenguaje precario denota la formación ideológica pobre que posee, no es nada precaria la desfachatez que ostenta para renegar sin pestañar, ni trabársele la ‘luengua’… de lo que ayer con tanto ardor y forro defendió.

Margot

Anónimo dijo...

anónimo de 4.33 pm. A qué poeta noventero te refieres, porque la mayoría de antologías son amarres y hasta financiados con billete de los propios antologados, qué acaso ignoras esto? Cuántos verdaderos poetas del noventa permanecen en la obscuridad? NN

Anónimo dijo...

"esa" Margot escribe como Beto Ortiz....

Anónimo dijo...

Considero que la televisión no es para mí de mi real incumbencia, solo un medio pecuniariamente ínfimo que me ayuda a sobrellevar mi maltratada condición de polígrafo, entiéndase un espécimen de más en más “rara avis” de la dilatada y teratológica fauna de bípedos implumes, por usar la sarcástica denominación cortazariana, que conforman la indefinible población del Perú. No obstante, no me ha sido posible sustraerme a la idea de comentar dos afirmaciones del distinguido ciudadano Gustavo Faveron. Me ha divertido sobremanera la hilarante acuidad de su citable “boutade”: Sólo en Lima, sólo en el Perú, puede alguien ser a la vez un enfant terrible y su propia tía solterona. Por otra parte, considero de una veracidad incuestionale aquello de “todos son los mismos, y su interés no es denunciar para corregir, como quieren hacer creer, sino denunciar para medrar con la denuncia”.
Soy sensible a toda agudeza perceptiva, incluso en aquellos casos en los cuales el aserto veraz pudiera verse circunvalado de una falsa apariencia de contumelia inobjetiva, dictada por la arbitrariedad de un bilioso proferidor, el mismo que en nuestro caso sería en justicia un acucioso mirador de la triste realidad que nos define. Ese es nuestro país. En la televisión peruana no son inexistentes los personajes que pretenden casarse con Dios y con el Diablo: es (más propiamente fue) el caso del señor Hildebrandt, a quien lamentablemente Dios le fue ajeno y el Diablo terminó por fornicárselo sin vaselina en su exitosa carrera de “showchatoman”.

MARCO AURELIO DENEGRI, polígrafo.

Puchuruco dijo...

¿Se puede "acusar" a alguien de ser homosexual? Se acusa a alguien de haber robado, de haber cometido algún delito. ¿Pero de Homosexual? Es como acusar a alguien de escuchar cierto estilo de musica... Es como si mañana apareciera un titular así: "a fulanito lo acusaron de ser metalero"... como si uno o lo otro fueran algo malo. ¿O es que aún somos nuestras bisabuelas?

Anónimo dijo...

Por su puesto que sí.
Si yo digo "El caballero de Tal, quien es homosexual, me dijo cierta vez", y lo digo sin ironía, entonces no estoy acusando a nadie. Si digo "¿Y Quién es el caballero de Tal, que dice estas cosas? ¡Un homosexual!", entonces si lo estoy acusando. "Homosexual" no implica nada malo, como si lo dice la palabra "ladrón", pero no es difícil darse cuenta de que la intención en el segundo caso es desacalificar al caballero de Tal.

Anónimo dijo...

¿Eres del gremio,Puchuruco? Si no lo eres,¿estás seguro de que si te sale un hijo loca no te vas a poner bravo? Te lo digo cordialmente.Sucede que conozco infinidad de "superados y sin prejuicios" que todo va bien en el mejor de los mundos si no es con ellos o sus familiares la cosa.

Anónimo dijo...

ESCRITORES CANÍBALES

Héctor Ñaupari


Los escritores no aprendemos. Los críticos, todavía menos. Parece ser ya definitivo que sólo la envidia, el rencor, el ansia de cobrar venganza o el apetito insaciable por destruir prestigios pacientemente logrados, cuando no el perverso silencio para matar a los más talentosos, es lo único que nos impulsa y moviliza.

Como si no fuera ya un grave problema que los peruanos sean en su mayoría iletrados o analfabetos funcionales; que el empresariado y el Estado vean a la cultura como un estorbo; o que ningún líder político, de todo el espectro, haga suya la bandera de hacer leer a nuestro país para cultivarlo, dotarlo de conciencia crítica y de ciudadanía, escritores y críticos estamos destruyéndonos mientras seis generaciones de peruanos analfabetos –bisabuelos a bisnietos por cuyas manos nunca ha pasado ni pasará un libro– golpean incesantemente a nuestras puertas.

El mejor y más reciente ejemplo de este canibalismo suicida es el rifirrafe que se ha suscitado en diversos blogs luego de la espléndida nota que el escritor Marco García Falcón hizo del premiado libro El inventario de las naves de Alexis Iparraguirre. Desde exigentes llamados a la moral, la ética y el compromiso, hasta acusaciones infundadas e ímprobas, siendo las más exaltadas y altisonantes aquellas amparadas por el cobarde anonimato –lo que debería descartarlas de plano– todo ese triste embrollo guarda un siniestro parecido –salvando las distancias– con los últimos estertores de la larga agonía de Bizancio, donde sus obispos, sus filósofos, sus dignatarios, se entregaban apasionadamente a discusiones sobre el sexo de los ángeles, sin prestar atención al sitio e inminente asalto del Sultán Mehmed II y los soldados otomanos que les cercaban.

La más constante de esas bizantinas preguntas se refiere a si ¿puede un critico discutir la obra de su amigo o no?; que también ha sido reformulada inquiriendo si ¿se puede pedir una crítica al amigo de un autor? Nadie se ha percatado de la futilidad de tal interrogante. Desde el principio de los tiempos, toda explicación, interpretación o crítica hacia una obra, de cualquier especie, ha estado unida a la cercanía o distancia amical –e incluso familiar– entre escritor y crítico, o entre dos escritores. ¿Qué son los Evangelios, sino ampliaciones o interpretaciones de los seguidores de Cristo? ¿Qué son los Diálogos socráticos,

sino dilucidaciones sobre el pensamiento de uno de los más importantes filósofos de todos los tiempos por su más genial discípulo? Esto, sólo por dar cuenta de las dos corrientes de ideas que más han influido en la historia de la humanidad.

Los ejemplos acerca de la vinculación entre escritor y crítico, entre el autor y quien lo cuestiona o interpreta, podrían atestar varias catedrales. Sólo en la economía –un botón de muestra proveniente de mis más recientes lecturas– fueron las notas y comentarios a la obra de Francis Hutcheson por parte de Adam Smith las que dieron origen a su Investigación sobre la Naturaleza y Causas de la Riqueza de las Naciones; lo mismo que ocurrió con Carlos Marx y su crítico más feroz, Eugen von Böhm Bawerk, como también su más dilecto amigo, Friedrich Engels. La amistad no impidió que, pese a sus grandes diferencias ideológicas, John Maynard Keynes y Friedrich Hayek sostuvieran durante varios años comentarios, ora justos y ponderados, o intensos y cuestionadores, de sus respectivas obras.

Para personas informadas y con lecturas, como deben ser –supongo– los propiciadores y participantes de estos infundios y muertes civiles contra estos dos excelentes y talentosos escritores, como son Marco García y Alexis Iparraguirre, un hecho tan evidente como éste –el de formular una pregunta tan intonsa como inútil– no puede pasar desapercibido.

Por tanto sus motivos son otros: injuriar, ofender, estorbar hasta el agotamiento. De un lado, la consigna es acabar con el prestigio de un escritor que había estado al margen de estos cretinismos, sumergirlo en la ciénaga de la acusación anónima, de las palabras que envuelven malas intenciones. Por otro, silenciar todavía más a quien, habiendo ganado un importante premio, tenía –por fin– una oportunidad para mostrar su obra, entre otras cosas a través de una crítica sincera y bienintencionada. Para los escritores y críticos caníbales, eso es inadmisible. Y lo es por una sencilla razón: los muestra como son, con sus pequeñeces y mediocridades. Afortunadamente, pese a la ceguera de sus inútiles oponentes, el talento siempre trasciende estas mezquindades. Tan sólo espero que cambiemos de camino, y que nos avoquemos, escritores y críticos, a un fin más trascendente: hacer leer a nuestros compatriotas, contribuyendo a convertirnos en una colectividad más informada, más culta y más consciente. Ésa es una tarea en la que todavía estamos a tiempo.



Santiago de Surco, 23 de diciembre de 2007

Anónimo dijo...

feliz navidad, Ñaupari!!! Jo jo jo jo jo jo jo jo jo

Anónimo dijo...

oye, no te parecen irresponsables las opiniones de Niño de Guzmán, como cuando dijo que publicar todos los años es una estupidez. Ahora dice que los blogs son depósitos de inquina y líos.

Anónimo dijo...

Todo está bien mi estimado 9:04 AM, menos ese "avoquemos". Un cordial y honesto abrazo ateo y navideño (¿quién ha dicho que hay discrepancia entre el ateísmo y el espíritu navideño?)

Anónimo dijo...

yo solo se que nada se...

Anónimo dijo...

Yo ahora sé que tú no sabes nada, Petete. Jo,jo,jo,jo,jo.

Anónimo dijo...

Se destapó fantomas

Anónimo dijo...

FELIZ NAVIDAD PARA TODOS !!!CARAJO!!!