3.3.09

Regreso a Madeinusa, 1

Sobre un artículo crítico


He releído hace un rato un artículo de la doctora Iliana Pagán-Teitelbaum, titulado “El glamour en los Andes: la representación de la mujer indígena migrante en el cine peruano”, que es un análisis de las películas Gregorio (1984), del Grupo Chaski, y Madeinusa (2006), de Claudia Llosa.


Llosa, previsiblemente, es acusada una vez más no sólo de articular un discurso racista en su cinta, sino de “utilizar” a Magaly Solier y a la comunidad andina de Canrey Chico “para dar verosimilitud a un mundo indígena monstruoso e imaginario”.


Al ver allí la palabra “imaginario” uno supondría que Pagán-Teitelbaum va a reconocer el estatus ficcional de la cinta y no va a exigirle, por la enésima vez, compromiso documental o veracidad etnográfica.


Error. De hecho, la autora empieza por declarar a Madeinusa una “etnografía perversa”, una “representación ilusoriamente etnográfica”. Al parecer, “la participación de la comunidad quechuahablante de Canrey Chico, Huaraz, y la filmación en este pueblo andino” son argumentos suficientes para concluir eso.


Cosa curiosa, ¿no? En la mirada de Pagán-Teitelbaum, al parecer, todo escenario andino y todo actor andino convierten a una película en una etnografía. Y en un razonamiento que se muerde la cola, claro, cuando la ficción no corresponda a la realidad, eso la volverá “perversa”, es decir, falsa.


Lo dice Pagán-Teitelbaum: “la falsa etnografía de Madeinusa proporciona una visión pintoresca, tergiversada, a la vez que degenerada, de las tradiciones indígenas y de la pobreza en los Andes”.


“Degenerada”, de hecho, es el término que más frecuenta Pagán-Teitelbaum para calificar a Madeinusa. Un término que, como se sabe, tiene un pasado aciago en la historia del arte.


En algún lugar acusa a la cinta de recurrir al “lugar común de la [mujer] indígena como degenerada sexual”. Lugar común que no debe de ser muy común: en treinta años de vida limeña jamás lo oí mencionar.


Pero también utiliza el término para aludir a la línea argumental referida al incesto, a la que, también sin argumentación de por medio, atribuye la intención de espantar: el incesto es “el pecado más degenerado con el cual la película de Llosa intenta consternar y chocar al espectador”.


Y lo repite al caracterizar al personaje central: “la protagonista de Madeinusa se asocia insistentemente con lo corrupto, degenerado y asqueroso. En las primeras escenas, el personaje de la joven indígena se asocia con los piojos y con las ratas muertas”.


Curiosamente, Pagán-Teitelbaum también dice: “durante la película, Madeinusa realiza repetidamente actividades culinarias o de aseo (personal y del hogar)”.


Pero la autora parece no descubrir la conexión entre sus dos observaciones: la suciedad está asociada con el personaje sólo en la medida en que la mujer trata de abolirla y desaparecerla, es decir, para decirlo en los términos de Mary Douglas, Madeinusa trata de instaurar un orden en el caos: separar lo limpio de lo sucio: la mugre no es un sucedáneo ni un rasgo del personaje, sino la cifra de aquello que ella intenta derrotar y eliminar.


El grueso de las observaciones de Pagán-Teitelbaum son de ese tipo: impresiones subjetivas sin elaboración ni racionalización. Dice, por ejemplo, que “una de las reacciones que la película Madeinusa busca provocar es el asco ante las costumbres abyectas de Madeinusa”.


Pero no se detiene a explicar cómo o por qué ha concluido que esa es la clave de la intencionalidad del discurso ficcional.


La debilidad de esa forma de argumentación —y por esto es que lo señalo— estriba en que se basa en una mera petición de principio: cualquier otro espectador, leyendo desde otro ángulo, puede asumir a Madeinusa como la heroína de la cinta, valorar su lucha individual por liberarse del poder patriarcal, por ejemplo, y, en ese esquema, la intencionalidad de provocar asco hacia el personaje resultaría, simplemente, absurda e inconducente.


El siguiente párrafo del texto de Pagán-Teitelbaum merece mucha atención:


“Como cita el sociólogo peruano Vicente Otta: “¡Qué asco, esta huevada!, dice el criollo-limeño cuando prueba el primer bocado del potaje andino que le han hecho llegar para saciar su hambre”. Para Otta, la exclamación de Salvador ‘resume la actitud del personaje frente a la comunidad en que se encuentra, y puede decirse que resume también la postura de la directora sobre el mundo indígena que ha querido presentar: distancia, incomprensión y rechazo’”.


Pagán-Teitelbaum cita el pasaje de Otta para apoyar su propia argumentación; no lo discute ni lo matiza, de modo que es justo decir que lo suscribe. Otta, a su vez, afirma, sin mediación de argumento alguno, que la mirada del personaje de Salvador es idéntica a la mirada de la directora: “asco”, “distancia, incomprensión y rechazo”.


¿Por qué identificar las dos perspectivas? ¿Qué mecanismo formal o estructural permite verlas como una? ¿Cuál sería la idea de construir un personaje desavisado y distraído, no muy brillante y moralmente dudoso (cae de inmediato en la seducción sexual de una niña), incapaz de comprender el mundo que lo rodea pero dispuesto a menospreciarlo y asquearse de él, y luego revelar: “ese inútil soy yo, ese es mi punto de vista”?


Obviamente, basta con aceptar, sólo por un segundo, que Salvador es un personaje tan objetable como cualquier otro en la cinta, para descubrir que su representación no es más idealista ni menos crítica que la de cualquier otro de los caracteres.


Acaso el pasaje más sorprendente del artículo de Pagán-Teitelbaum sea el siguiente:


“Madeinusa aparece como patricida y traidora, pues antes de migrar a Lima en busca del glamour y la belleza que le prometen sus revistas (de moda y estilo de vida) con mujeres rubias, asesina a su padre en un arranque de violencia inusitada”.


Es inconcebible juzgar a un personaje como si cada momento de su historia fuera un fragmento inconexo, sin lazo que lo una al resto. Madeinusa no es una “traidora” ni simplemente una abyecta parricida: es una adolescente que mata a un padre que la ha violado amparándose en una arbitrariedad que ella, obviamente, juzga deleznable y opresiva. Eso no es un acto “inusitado”, y ciertamente no es un acto que vaya en desmedro de su caracterización moral en la ficción.



16 comentarios:

Yani dijo...

Saludo su descargo sobre el articulo de la dra. Pagan. Los navegantes felizmente tenemos la palabra.

Yo por ejemplo sigo creyendo que Made-in-usa confirma estereotipos racistas y que la ceguera de los outsiders es evidente.

Saludos blogeros! Y.

Gustavo Faverón Patriau dijo...

No se discute una obra de arte para declarar si uno está a favor o en contra. No se trata de un acto de fe. Si no argumentas, es exactamente igual que no haber dicho nada, Yani. Por eso espero que nos pongas aquí tus argumentos, ojalá pronto.

Yani dijo...

Me encantaria tener el tiempo del cual parece usted disponer dentro de sus multiples ocupaciones. No espere mayores argumentos entonces que una opinon, ni mucho menos los exija.

Atte.
Yanina Sanchez Arimborgo

Anónimo dijo...

brodér ,recien termino de leer el caso bresciani jajajaja soy un flojo de primera. para cuando la 2da sesión del club de lecturas??? el cuento ese de REyes (o Quiroga?) "la gallina degollada" puede ser . es buenisimo . Saludos

Gustavo Faverón Patriau dijo...

Yani: Escribiste al menos tres mensajes pidiendo una respuesta al texto de Pagán. No me sobra el tiempo, pero te hice caso y respondí. Después de este comment tuyo, te puedo asegurar que no espero argumento alguno de tu parte. Un consejo para usar mejor tu tiempo: no lo pierdas aquí.

Anónimo dijo...

Madeinusa no es una “traidora” respecto a Salvador?

Fernando Velásquez dijo...

Anoche vi Madeinusa. Lo primero que puedo decir es que me pareció una buena película, que desarrolla una historia interesante de manera convincente y, a la vez, inesperada. También me pareció que demasiadas opiniones y comentarios acerca de ella no vienen de haberla visto con una mente abierta, sino de preconcepciones y prejuicios. Un ejemplo: muchos critican el incesto como una animalización de los personajes, y sin embargo es uno de los momentos más humanos de la película. El padre de Madeinusa es un personaje complejo, atravesado por emociones y conflictos que lo hacen no un monstruo, sino un ser humano desorientado que le hace daño a otros y se hace daño a sí mismo. Por otro lado, Salvador, el limeño, es el personaje qua sale peor parado en la historia, y no necesariamente por el final: desde el principio lo vi como arrogante y, también desorientado. El tan mentado racismo, que muchos señalan como un componente estructural de la película, no lo vi por ninguna parte. Se trata de una buena película, difícil, problemática y con aspectos criticables. Pero las acusaciones que ha sufrido demuestran una profunda incapacidad de interpretación, y mucha mezquindad. Que no es, como muchos afirman, un vicio exclusivamente peruano. Lo que pasa es que a veces parece que fuera lo único que tuviéramos para darnos entre nosotros.

Anónimo dijo...

¿Made in Usa es una película o es la realidad? Me parece que estamos en un debate superado hace mucho tiempo. Una pelicula, una novela, o un cuadro, NO SON LA REALIDAD. Ni los novelistas, cineastas, o pintores hacen reportajes sociales sobre la realidad. Cuando el cineasta lo pretende hace documentales. Además nunca se han hecho desde Homero a Cervantes, de Cervantes a Kafka. Y en el cine ya ni digamos. Documentales sí, una película es otra cosa. Este debate pertenece a un país tipicamente subdesarrollado. Pienso que los esfuerzos del cine peruano, de Claudia Llosa y su equipo merecen un debate de ideas más alturado. Como peruano siento vergüenza ajena.

Anónimo dijo...

Yo sigo creyendo que la pela Made-in-usa no fue racista sino que fue una pelicula de ficcion.

Que muchas personas tengan complejos de inferioridad, por como es la sociedad peruans, es muy diferente.

Cambiando de tema...

Yani, explica que quieres decir con esto : "...que la ceguera de los outsiders es evidente..."

Anónimo dijo...

"Lugar común que no debe de ser muy común: en treinta años de vida limeña jamás lo oí" Supongo que tampoco habras oido de las campañas de esterilización que se hicieron y que estaba basada en la supuesta sexualidad descontrolada de los pobres e indígenas.
Si personas andinas se sienten ofendidas por la pelicula, estan en todo su derecho de expresarlo y hacerlo saber, no entiendo por que te empeñas en demostrar que no deberían sentirse ofendidas o como dicen algunos que su malestar es por que son acomplejadas.
Supongo que los algunos judios también son unos acomplejados por que no supieron entender que la "Pasion de Cristo" era solo una ficción.
Personalmente no me gusto la pelicula pues me parece que refuerza los estereotipos que los limeños tienen sobre los serranos.

Walter Lingán dijo...

Si cada vez que vamos al cine a ver una película o si después de leer una novela vamos a ponernos a discutir sobre la realidad y la ficción que los directores o autores nos han presentado en su obra, habrá que pasarnos la vida discutiendo. Un documental o un estudio de mercado o social hablan de realidades, una novela y una película generalmente de realidades inventadas.

El ande peruano no es una región de cultura incestuosa ni de tetas asustadas (esos problemas existen como existen en cualquier otra cultura o etnia), pero los andes tienen un ficcionario, como podemos acreditarlo no sólo por las peliculas mencionadas, sino también por otras, digno de hollywood o chollywood, Claudia Llosa es una de la pioneras de este cine y por eso el cargamontón prejuicioso y malintencionado.

Asi como a nadie se le ocurriría pensar que después de ver la película MILK la gente salga pensando que USA es un país poblado sólo de homosexuales. Además nadie siquiera discute la película. Los homosexuales existen en todos los ámbitos de este planeta y cada vez están más presentes en la sociedad en la lucha por sus derechos. Asi también creo que las víctimas del incesto, de las violaciones durante las guerras, las estirilizaciones femeninas obligadas deben ser escuchadas y castigar a los responsables. Esos son los temas que deben ocuparnos, si realmente nos interesa la justicia y la solidaridad, lo demás es poesía y novela.

Madeinusa y La teta asustada son películas, son ficción, y así debemos verlas, que sean más bien los críticos especializados quienes evalúen su calidad, y también que opinen todos los que desean sobre esos parámetros que califican una pelicula de buena o mala. Madeinusa me gustó y La teta asustada seguro que me gustará.

Anónimo dijo...

Miren quién piensa más o menos como Ybarra:

"No sé qué espera el Ejecutivo en otorgarle la Orden del Sol a Claudia Llosa. No he visto aún su película ganadora de la Berlinale; pero Madeinusa me pareció un lento, pretencioso y aburrido plomazo que deja injustamente a todos los indígenas como salvajes, borrachos, cochinos, supersticiosos e incestuosos. Me desagrada ese intelectualoide morbo estúpido y políticamente correcto, tan de moda ahora, que se tiene en escarbar los años del terror. Magaly Solier me parece una andrófoba lista para el psiquiatra por el extremo rechazo a los hombres que proclama (¿será lesbiana?) y me imagino que en el jurado pesó mucho el exotismo de una película tercermundista hablada y cantada en lengua aborigen (igual como si hubieran sido tibetanos, esquimales o bosquimanos). Si bien el progresismo intelectual europeo es muy paternalista con nosotros, así como el sentido de culpa de los alemanes, pero el hecho es que Llosa ha ganado uno de los mayores laudos mundiales en las artes y sólo por ser una triunfadora de ese vuelo ya merece ese máximo reconocimiento nacional."


http://www.correoperu.com.pe/lima_columnistas.php?id=84134&ed=14

Anónimo dijo...

HOY EN CORREO, ALDO MARIATEGUI DICE: "Magaly Solier me parece una andrófoba lista para el psiquiatra por el extremo rechazo a los hombres que proclama (¿será lesbiana?)"

El desprecio de Mariátegui ante Solier tiene su cereza en el pensamiento "¿será lesbiana?" que justificaría su androfobia y su necesidad de ir al psiquiatra.

Ibarra y Aldo Mariátegui, los dos extremos que se juntan, ambos incapaces de respetar la libertad de escoger una opción de los demás.

Lástima.

Anónimo dijo...

Me parecen muy lúcidos los comentarios de Nando, Walter y el Anónimo de 3/03/09. En todo este "debate" acerca de las dos películas de Claudia Llosa hay demasiado prejuicio y termocefalia. La crítica y el debate son necesarios, pero por Dios, ¡qué autoritarios son algunos para decir quién sí y quién no puede trabajar ciertos temas. ¿Qué es esto? Si vas a tener la temeridad -y peor para ti si eres mujer blanca y privilegiada- de hacer cine o arte tienes que hacerlo de cierta manera aprobada por un comité central e inquisidor (hola Mister Ybarra y seguidores). Sí pues, ¿Claudita sobrina de Vargas Llosa...quién te has creído? Regresa a tu mall hijita y a tu cocina en Barcelona.

Si los dueños de la realidad peruana e indígena se sienten tan indignados con las películas de Claudia Llosa, pues que escriban sus propios libros y dirigan sus propias películas bien 'auténticas' (y exemptos, claro está, de esas 'cosas tan feas' como los incestos y las violaciones).
¡Qué pena que en lugar de hablar en serio de lo que significó y sigue significando tanta violencia de esta guerra interna, se estén dando estas escaramuzas!

**C.

Anónimo dijo...

Si Claudia Llosa, en lugar de hacer decir al protagonista "¡Qué asco, esta huevada!", le hubiera hecho decir "gracias señores por tan delicioso potaje" hubiera sido atacada inmisericordemente por los chatos mentales de siempre, por falsa, por haber querido dejar bien a los limeñitos.

El discurso de los marxistones siempre ha funcionado así. La cosa es que ellos nunca pierdan.

Pablo dijo...

No se trata, amigos de un debate entre ficción y realidad. Toda película se inscribe dentro de una realidad innegable en la que participamos todos: Directora, industria fílmica, elenco, público, etc.
Toda construcción ficcional depende de un discurso que, intencional o no, emerge en un film. Por ello me parece extraño que el señor Faverón piense que porque resulta ilógico que la autora implícita intente identificarse con el protagonista, esta identificación no suceda en la película. (hay abundante bibliografía al respecto, aunque imagino que usted la conoce bien).

Llosa inventa (en el mejor sentido de la palabra)un mundo ficcional en un lugar fácilmente identificable. Su compromiso con la verosimilitud es casi nulo y obtiene un éxito enorme gracias a que esta ha sido la constante en la representación indígena en todas partes del mundo.
Señor Faverón: Madeinusa no mata a un padre que la ha violado. Elimina/mata/ se deshace de una comunidad sucia, bruta (más que embrutecida), que celebra la violación y se regocija en lo abyecto.
Curiosamente no es difícil encontrar referentes que identifiquen a esa comunidad ficcional con comunidades de carne y hueso que no tienen más voz que las voces de las Ong.
Si usted celebra la película en nombre de su calidad artística, esperaba leer sobre la fotografía, planos, raccords,canales de expresión etc.
Con este acercamiento suyo es difícil comprender este texto más que como una descarga un tanto ligera sobre un tema bastante denso que, como ve, nos preocupa a todos los peruanos.