Gregorio Martínez o la sutileza
Un amigo me hace notar que la columna de Gregorio Martínez el último domingo en Perú 21 contiene el siguiente alucinante párrafo sobre la novela Conversación en La Catedral, de Mario Vargas Llosa:
"Toda la atmósfera deprimente de la novela Conversación en La Catedral se debe a la angustia de Zavalita porque sospecha que su padre, el empresario Fermín Zavala, es homosexual. Desgraciadamente ese es el punto de vista del narrador. O sea, el autor avala la homofobia".
¿Lo vieron? Gregorio Martínez sostiene, sin más argumentación que un punto seguido y un "o sea", que cualquier idea atribuible al narrador en una novela es una idea compartida por el autor de la novela.
Un lector o un crítico que piense de ese modo es básicamente incapaz de percibir una serie de fenómenos elementales en la literatura: la ironía, la parodia, el pastiche, el distanciamiento crítico, la proyección ideológica, la sátira, y recursos como los del falseamiento del relato o el narrador desconfiable. Y ni qué decir de su capacidad para entender el punto de vista o la focalización o las atribuciones oblicuas o indirectas.
Quien confunda narrador con autor deberá creer que el autor del Quijote encontró un manuscrito árabe en un mercado (escrito por otro autor del Quijote), que toda narración en primera persona es autobiográfica, que el autor de "Deutsches Réquiem" era nazi y que Jonathan Swift (izquierda) quería comerse a los niños de Irlanda.
Ese un error permisible en un lector primerizo, que caiga o resbale en un aula de tercero de secundaria y no vuelva a tener contacto con la literatura nunca más en su vida. Pero no en un ensayista, y mucho menos en uno que acaba de ser consagrado con un premio prestigioso en el género. ¿Recuerdan?
Para todos los demás, que quede siempre claro: el narrador de una ficción es su primer elemento ficcional, un recurso narrativo, una invención, una entidad textual creada como dispositivo para conducir el relato. No es el autor.
Más sobre Gregorio Martínez en Puente Aéreo: aquí, aquí y aquí.
23.11.09
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12 comentarios:
Pero en todos los casos uno puede identificar cierto grupo de ideas en la obra de un autor. ¿Cómo podemos darnos cuenta al leer la obra de Pound que él un antisemita?
"Entonces, ¿qué anatema impide que el sentimiento manifiesto, besos, caricias, infinita ternura como la que el poeta Juan Cristóbal le brindaba a su perra Zorba, pueda ahondar por la ruta sexual? ¿En qué radica la monstruosidad? Nada más pregunto si la manteca es unto. Porque Michel Foucault pensaba que se trataba de una confrontación entre la mitología griega, que acepta la zoofilia, y la mitología judeocristiana que la rechaza de plano".
Desgraciadamente ese es el punto de vista del narrador. O sea, el autor avala la zoofilia.
me he matado de risa con esa cita.ahora ¿no te parece que el punto de vista creado por el autor no es puramente ficcional,sino es justamente el punto de partida para entenderlo,o al menos para comprender la ideologia con que esta construido un relato? por ejemplo, vargas llosa no hace a ambrosio como realmente son los sirvientes,sino toma elementos que el cree necesarios para un personaje de esas caracteristicas.en otras palabras ¿no habla el autor a traves de su forma de construir personajes? ojala se haya entendido el punto.saludos.
mario
Pensé que G. Martinez ya no escribia en Perú21. Si bien no ha cometido plagio como Bryce, se nota su decadencia. Ha disminuido para ser digno de escribir en la doctora corazón, esa columna de Ojo y otros diarios chicha.
Martinez es conciente de la poca capacidad de análisis del lector nacional promedio y juega con eso, no es casualidad que existan el señor de los milagros, virgenes que lloran y pishtacos.
Haciendo una analogia, si hay gente que le gusta el box, valetodo, sumo o lo que sea, se le puede criticar que le guste la violencia, a menos que no este amañada, pero estas peleas son auténticas. Lo criticable es de quienes ven catchascan y se alegran o sufren porque creen que es de verdad. En esto El Catchascan y Martinez tienen cierta semejanza con algunos artículos de Hildebrandt, tiene su público y estos quieren creer que algunas calumnias sean verdad.
Juaneco
En la presentación del Diccionario Abracadabra, premio de ensayo de COPÉ, en la Feria del Libro (julio), uno de los inefables jurados (perdón por decirles así a estos académicos, pero creo que parte del respeto que les tenía se diluyó un poco con ese premio), dijo que Martínez estaba preparando (en realidad dijo terminando) un nuevo diccionario, en esta ocasión referido únicamente al amor. Leyendo el artículo, parece un adelanto de este nuevo libro. Pregunto: ¿esa es la forma en que está escrito, esas son las reflexiones y conclusiones a las que llega allí este autor en decadencia? Porque si es así, cuando se publique vamos a tener nuevos motivos de risa... por decir lo menos.
Algún lector tal vez recordará el Rigoberto, se dice allí que él jamás dejaría que le hundan un cilindro de carne
qué imaginación tan puntual...
Ya decía yo.
Hace unos años me relagaron el "Libro de los espejos" (Peisa, 2004). Transcribo algunos pasajes.
De la página 153:
"...aunque derechista congénito [Bioy Casares], nunca alabó abiertamente a Pinochet como sí lo hizo, rencoroso, el pretendido aristócrata sin heredad Jorge Luis Borges."
"...Adolfo Bioy Casares, al revés de Jorge Luis Borges, siempre se conservó guapo y elegante."
Y aquí una del carajo (págs. 368-9):
"...¿por qué [José Carlos] Mariátegui, él mismo más indio que europeo, miraba al indíogena como la otredad? Esa misma actitud de Mariátegui en «Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana», excluirse de la población indígena, constituye para mí su mayor debilidad. José Carlos Mariátegui tenía más de indio que yo tengo de negro. En el mismo plano de teorización, el Premio Nobel Samuel Bellow dijo una vez -aunque luego se retractó- que las sociedades preliterarias nada tenían que ver con la literatura. «¿Dónde estaba el Tosltoy de los zulúes, el Proust de los peruanos?», alegaba. Güevonazo. Yo le preguntaría a Saul Bellow, ¿dónde está el Felipe Guamán Poma de los británicos? Siendo de raíz preliteraria, Guamán Poma produjo «Nueva crónica y buen gobierno», uno de los libros más ambiciosos, locos, innovativos y complejos de la literatura universal: carta ilustrada, cortés e irreverente, de 1200 páginas."
Que se complementa de alguna retorcida manera con esta (págs. 370-1):
"Hay un socialismo real, vivo desde el siglo XVI, que el materialismo histórico siempre ignoró. Se trata de la Comunidad Cristiana de la Absoluta Igualdad que el anabaptista Thomas Münzer proclamó en 1521. (...) En las comunidades anabaptistas no existe educación secundaria, menos universitaria, porque la educación divide y discrimina. Lo que el teórico austriaco Ivan Illich comenzó a postular en los años de 1960."
En todo el contexto de la última cita (el ensayo "Abusiones y conjuros"), en ningún momento traza Martínez la eventual línea divisoria entre la descripción del anabaptismo y sus propias ideas.
Saludos.
Nada menos que Lope de Vega en su época, se quejaba ya de que la gente pensara que él debía ser como sus personajes. No me acuerdo dónde leí esto.
JOTABE POQUELIN
En el caso de Jonathan Swift,en la foto, él sí que era mala leche como sus personajes. Y quien lo dude que mire nomás su carita hipocritona de "yo no fui".
PIRULO
"...Adolfo Bioy Casares, al revés de Jorge Luis Borges, siempre se conservó guapo y elegante."
O sea, el autor avala a los metrosexuales.
Pobre Martinez, debe creer que Anthony Hopkins ES Hanibal Lecter
"1984", de Geoge Orwell, es una obra de ficción; pero ¿sabían que 1984 fue un año de verdad?
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