9.12.10

El síncope de Estocolmo

Sobre el discurso de Vargas Llosa ante la Academia Sueca

A juzgar por lo que dicen la prensa, los blogs, las redes sociales (e incluso los emails de mis amigos más infalibles), da la impresión de que, por primera vez, virtualmente todos los peruanos están de acuerdo en elogiar un texto de Mario Vargas Llosa. Me refiero, claro, al discurso con el que anteayer, en Estocolmo, aceptó el Premio Nobel de Literatura.

Reconozco que no es el mejor momento para dar la contra; puede sonar mezquino. Pero, teniendo en cuenta que, hace no muchos años, una voluminosa mayoría de sus ahora rendidos admiradores lo llamaba traidor y cobarde y celebraba a cualquier voluntario que le lanzara un insulto, y teniendo en cuenta también que yo nunca me he contado entre esas impúdicas veletas, me voy a permitir estar en desacuerdo, y si alguien quiere llamarme mezquino, adelante.

El texto que leyó Vargas Llosa ayer no sólo fue repetitivo y caótico: fue también bastante superficial y errático: parecía que alguien le hubiera impuesto la necesidad de hablar sobre mil cosas distintas a la vez sin detenerese en ninguna. Fue una versión desdentada y, a decir verdad, poco eficaz de su vieja definición de la literatura como territorio alternativo, construido por lectores y escritores como respuesta a la pobreza trágica de vivir una sola vida en un solo universo.

Pero antes, esa idea venía siempre acompañada, en Vargas Llosa, por una noción complementaria: para él, la ficción no era solo un mundo alterno, sino un espacio crítico; hoy, no parece haber ese matiz crucial: los espacios de la ficción, los define exclusivamente como bellos, brillantes, dulces; difícil reconocer en eso su propia obra.

Donde el Vargas Llosa de hoy parece definir la literatura sólo como una aventura individual, un escape, un ejercicio que nos extrae de la finitud del tiempo y el espacio al que estamos condenados, el Vargas Llosa de antes suponía que la ficción era, además, un sitio donde generar dialógicamente una mejor comprensión de nuestro mundo: no un refugio adonde escapar, sino un punto de vista para el escritor-francotirador; no un salto al costado sino una inmersión: ¿recuerdan la idea del escritor como buitre?

Ahora, en cambio, incluso cuando rinde homenaje a Camus, Malraux, Orwell y Sartre, cuatro de los dioses constantes de su parnaso, lo hace de una forma tal que, en verdad, parece estar limándoles los dientes al Camus, el Malraux, el Orwell y el Sartre que admiró en su juventud: ya no subraya en ellos, como antes, la constante disidencia del crítico, sino el deber moral de defender "las mejores opciones".

Es como si esos mentores intelectuales hubieran dejado de impulsarlo a la contradicción y la contienda, y ahora sólo aprendiera de ellos, más apaciblemente, a sostener la razón de las verdades propias. Eso se parece bastante a lo que me pareció notar en su última novela, por cierto: ideas entendidas, asumidas, expuestas y defendidas, pero no puestas en juego.

Y la escritura del discurso, por otra parte, es tan descuidada que hace decir a Vargas Llosa cosas que, está claro, él habría preferido evitar si se hubiera sentado a corregir el texto. Como aquello de enumerar, entre las cosas de las que se "enorgullece" cuando piensa en el Perú, el hecho de que "con España llegara también el África". Es decir, una pequeña celebración de la esclavitud.

Será porque no vi el discurso ni escuché una de las mil grabaciones que circulan por ahí, sino que leí el texto; será porque al hacerlo así me perdí las voces quebradas y las cálidas arbitrariedades del romanticismo. El asunto es que a mí me pareció un texto olvidable, muy por debajo de lo que habría cabido esperar del mayor novelista contemporáneo de la lengua española.

...

51 comentarios:

Anónimo dijo...

En Facebook alguien dijo que el elogio a su mujer era hiperconservador y relegaba a las mujeres al papel de escuderos. ¿Qué opinas?

Jorge Frisancho dijo...

Pues, francamente, de acuerdo contigo. Mal discurso. Y una lástima, porque el discurso del nóbel es una ocasión muy singular de intervención pública, y suele pasar a la historia. Yo aún sigo releyendo el de Coetzee, y cada vez le salen sentidos nuevos, o contrasentidos nuevos, o antisentidos nuevos. Lo de Vargas Llosa no quedará.

Rafael Dumett dijo...

Completamente de acuerdo.

Anónimo dijo...

"¿No le molestó en un inicio que no se lo dejara leer?
Créeme que no. La verdad es la primera vez que cumplo lo que él me pide. Nunca lo hago. A veces me dice: “Espérate a que corrija la novela, no la vayas a leer”, y no le hago caso. Me asomo por el escritorio y leo algunos capítulos. Es más: como él no maneja Internet solo sabe escribir en la computadora–, yo tuve que enviar el discurso a la Academia Sueca. En Nueva York no teníamos a las secretarias con nosotros. Tuve que hacerlo yo. Y aún así no lo he leído."

Misterior resuelto.

Anónimo dijo...

Hola Gustavo,
Una pregunta: ¿existe algún link en el que pueda leer acerca de "el escritor como buitre"?
Saludos

Anónimo dijo...

No seamos exigentes, el hombre se va para los 80 años, a esa edad se vive mucho de recuerdo. A mi no me gusto el que califique la democracia boliviana como de "payasa", mal que bien Bolivia tiene un presidente Aymara que fue elegido, hasta donde se, en elecciones democráticas libres y creo que de alguna manera y al menos en ese aspecto tal vez, fue algo racista, (pienso en los Kirchner de Argentina, ¿sera tbn una democracia payasa acaso?). No me gusto el discurso en ese aspecto: que esperando una reflexión literaria, aprovecho la ocasión para mostrar una veta política que es bastante discutible. Por lo demás la reacción boliviana ha sido infantil al calificar a MVLl de "político fracasado", cuando el peso político que tiene hoy MVLl se ha repotenciado mucho mas a raíz del premio, (no olvidemos su actuación con el asunto del Museo de la Memoria y de esos Decretos Ley que el ex ministro Rey intento promulgar: en ambos casos el gobierno de AGP tuvo que rectificar, !y aun no era Nobel!)

Anónimo dijo...

De acuerdo también. Y sentí que cada idea ya había sido dicha antes, cada una era una reformulación pobre de algún tópico ya tocado por Vargas Llosa.

Comenté en casa que no me había gustado mucho y todos me mandaron al diablo.

(yo también lo leí y no lo vi: parece que fue muy emocionante en vivo).

Miguel Rodríguez Mondoñedo dijo...

Bueno, es verdad que el discurso no es un manifiesto, pero nadie ha dicho que el discurso de aceptación del Nobel tendría que ser algo así. Es un discurso intimista, personal que empieza con el momento en que aprendió a leer, hablan de su mujer, de su vida familiar, de la democracia, de la libertad, del terrorismo, del fanatismo, del progreso, de su decepción del socialismo. No más de Sartre y Camus que de Berlin y Popper. Tanto de París como de Lima. ¿Qué clase de discurso para la historia dice "no me siento extranjero en ninguna parte"?

La mayor parte del discurso está dedicada a sus recuerdos, a los hitos en su vida intelectual, y personal. Hay VARIOS MINUTOS a explicar por qué pidió sanciones contra Fujimori durante la guerra con Ecuador; casi llora, se le quiebra la voz, cuando recuerda que lo llamaron traidor. Incluso explica por qué tiene un pasaporte español! De hecho, el Perú es el tema central del discurso: "el Perú, como el aleph de Borges, es, en pequeño formato, el mundo entero". Es el tema unificador, con fuga y lágrimas incluidas: "El Perú es Arequipa, es....,son mis amigos..es...,es Patricia, la primita...".

Incluso cuando dice "volvamos a la literatura" vuelve en verdad al recuerdo de su padres y su viaje a Lima. Al Perú.

El Perú está dentro y fuera de la literatura. El Perú es la literatura. Su literatura.

La audiencia de ese discurso no es la crítica literaria, ni siquiera los escritores. Le está hablando a todos los peruanos. Nos está diciendo, hey, yo seré ciudadano del mundo, pero soy uno de ustedes.

Está diciendo que escribir es su manera de ser peruano.

Quizá por eso el discurso le gusta tanto a todo el mundo. A mí también.

Anónimo dijo...

creo que en esta vez vas a tener muchos de acuerdo contigo. esperaba un discurso menos de Nobel, y más de escritor, o sea, menos obligado a decir cosas y más concentrado en reflexionar sobre el sentido de su propia obra, quizás, o de la escritura pero profundamente.
el título me dio esperanzas...
el efecto inusitado de la emoción desbordada hará de este discurso uno de los que más se recuerde, pero no uno de los más interesantes.

luis dijo...

Cómo no extranhar "La literatura es fuego", no?

Ernesto Gianoli Molla dijo...

Estoy de acuerdo. El discurso tuvo muy poco vuelo y por no querer dejar tópico sin tocar, perdió el rumbo y se hundió en la intrascendencia, ayudado además por el lastre de su habitualmente ingenuo y hasta torpe panfleto político. Rescato apenas un par de frases, la que señala el aprender a leer como lo más importante que le ocurrió en la vida, y la que anuncia que quedarían sumidos en la oscuridad si convocara a las sombras de todos los escritores a los que les debe algo.

Poca cosa si se le compara con el discurso de Saramago, por ejemplo, un texto lleno de frases citables y en el que se tejió con destreza la doble hebra de la biografía y la obra.

Pero a mí no me sorprendió que Vargas Llosa no diera la talla en este escenario, pues no es lo suyo. Hace rato que estoy convencido de que este gigante de la novela, este magnífico arquitecto de historias y vasos comunicantes, este monstruo inagotable, es un corredor de fondo. Triunfa y deslumbra después de diseñar, corregir y corregir hasta el hartazgo, esclavo y rey de su oficio, el que toma más en serio que ninguno. Es la fábula viviente del que no nació con un talento especial pero que lo logró todo con sudor y disciplina. Por eso es que en las distancia cortas destiñe. Su columna (piedra de toque) sólo brilla cuando le ha birlado un texto a un capítulo acabado de su novela en el horno. Sus crónicas de fútbol (resucitadas hace poco por El Comercio) son acartonadas, cursis, un hacinamiento de lugares comunes. Suena a paradoja y a blasfemia, pero este (muy merecido) Nobel no escribe muy bien.

Sin embargo... en su hábitat natural, la novela, ja. Nos mira desde el horizonte, sabiéndose inalcanzable, convirtiéndonos a todos, aprendices de escritor, en cigarras que cantaron demasiado.

Anónimo dijo...

Es verdad, para quienes seguimos lo que escribe MVLL, el discurso nos va a parecer tautológico, porque lo conocemos de memoria. En cuanto a los africanos y la esclavitud, el Nobel se refiere a ellos cómo a cualquier otra raza del planeta tierra y no a su mera circunstancia propia de la era colonial.

Deus Carmo dijo...

O político Vargas Llosa não é o artista que é Vargas Llosa. Infelizmente, um premio como este leva a pessoa a ser mais conservadora do que realmente ela é. Mas, se levarmos em consideração que suas posições políticas foram sempre conservadoras a gente entende porque, agora quer agradar seus premiadores. A despeito de tudo isto, ele continua sendo um grande escritor. VIVA A AMERICA LATINA - A VERDADEIRA AMERICA.

Anónimo dijo...

A mí sí me gustó que triangulara, aunque levemente, con los otros dos ángulos mayores de nuestra literatura del siglo XX, Vallejo y Arguedas.Las tres frases mayores, quizás, son de ellos tres: Hay, hermanos muchísimo que hacer, Todas las sangres, y en qué momento se había jodido el Perú.
Pero fue un discurso descontrolado, apurado, nervioso en esencia. Para la posteridad investigar cómo se gestó.

Anónimo dijo...

"Quienes dudan de que la literatura, además de sumirnos en el sueño de la belleza y la felicidad, nos alerta contra toda forma de opresión, pregúntense por qué todos los regímenes empeñados en controlar la conducta de los ciudadanos de la cuna a la tumba, la temen tanto que establecen sistemas de censura para reprimirla y vigilan con tanta suspicacia a los escritores independientes. Lo hacen porque saben el riesgo que corren dejando que la imaginación discurra por los libros, lo sediciosas que se vuelven las ficciones cuando el lector coteja la libertad que las hace posibles y que en ellas se ejerce, con el oscurantismo y el miedo que lo acechan en el mundo real. Lo quieran o no, lo sepan o no, los fabuladores, al inventar historias, propagan la insatisfacción, mostrando que el mundo está mal hecho, que la vida de la fantasía es más rica que la de la rutina cotidiana. Esa comprobación, si echa raíces en la
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sensibilidad y la conciencia, vuelve a los ciudadanos más difíciles de manipular, de aceptar las mentiras de quienes quisieran hacerles creer que, entre barrotes, inquisidores y carceleros viven más seguros y mejor."
VLL - 7/12/2010

Anónimo dijo...

"Si escarbamos un poco descubrimos que el Perú, como el aleph de Borges, es en pequeño formato el mundo entero. ¡Qué extraordinario privilegio el de un país que no tiene una identidad porque las tiene todas!".

la demografía, el clasismo/colonialismo supérstite, el mayor privilegio de lo occidental, desmienten rotundamente esta fórmula que parece hecha para folleto de viaje a Machu Picchu.

Anónimo dijo...

Ernesto Gianoli:
Apunta muy bien con tu observación sobre las fortalezas de Vargas Llosa ("corredor de fondo"). Eso nos salva de la sospecha de mezquindad que podría atribuírsenos a todos los que señalamos la inadecuación del discurso (como bien anota Gustavo). Y lo hace, como no podría ser de otra forma, desde el espacio de la madurez, que reconoce las particulares fortalezas como motivo suficente de celebración.

Sospecho que tanto MVLL como algunos de sus allegados están o estarían de acuerdo con el juicio que aquí se hace del discurso pero, aún si no fue deliberada la intención de MVLL creo que Mondoñedo puede estar interpretando agudamente la intención de Mario: usó a Estocolmo para tentar asegurar su trascendencia con respecto a su patria antes que antes que con la (universalidad) de la literatura. (Y bueno, al fin y al cabo esta última no necesitó de ningún Nobel, ¿cierto?).

No entiendo, Ernesto, que rescates la mención a la importancia del haber aprendido a leer... Pudiese haber estado justificada sí, si el entorno Vargallosiano o incluso el peruano lo hubise condenado, digamos, al analfabetismo; entonces, por la ocasión del azar o por el propio empeño de Mario en aprender a leer, la mención no destacaría como una de las frases más cursis. Lo digno de destacar, por supuesto, venía más adelante, el "sudor y la disciplina" con que la MVLL se hizo cargo de su vocación.

Gracias a Gustavo por tocar este punto.

Saludos,

Anónimo dijo...

TOTALMENTE DE ACUERDO CON MIGUEL RODRIGUEZ M.

Anónimo dijo...

Ah, pues será que escuchar un 'concierto' en vivo no es lo mismo que...? será que no todos hemos leído El sueño del celta?

Pues a mi me dejo lo mismo que me dejo leer El pez en el agua.

Ah, y sobre la esclavitud, no, pues no, creo que te equivocas. Incluso me parece que hay algo de mala onda. El tema de África (creo yo) salio para reforzar la idea de un Perú de muchas identidades y no de dar gracias a España por traer carne de cañón? no tiene sentido.

Osea te imaginas que no existiera un Perú negro? (me entiendes?) como que no seria Perú no?

Anónimo dijo...

El discurso de Mario Vargas Llosa en la ceremonia de entrega del Nobel está transido de humanidad y eso lo hace grandioso. Ensalza la literatura como la mayor y más colosal obra humana por la sencilla razón de que con ella no hay nada imposible. Y es que se trata de un don divino, nos hace imperecederos, dejando para la historia recuerdos de nuestro tiempo.

Por eso Mario anima a escribir cuentos y versos, a relatar los entuertos de personajes diversos, a glosar grandes hazañas, a contar los desafueros convirtiendo la escritura en quizá el mejor remedio para hacer todo posible con tan simples instrumentos, y es que la literatura es sin duda un gran invento. Los más inimaginables retos alcanzados por la humanidad han sido previamente glosados por alguna mente iluminada y privilegiada que supo avanzarse a su tiempo y que marcó nuevos horizontes.

El espectro que abarca el arte de escribir es inabarcable, no hay nada que se le resista porque la imaginación es infinita, llega a todas partes e interesa a todo el mundo. La historia de la literatura es la obra más grande jamás contada y Vargas Llosa ya forma parte de ella.

SERGIO SANTAMARíA

Anónimo dijo...

El discurso de Mario Vargas Llosa ante la Academia Sueca fue tal vez su mejor novela. Fue un discurso, profundo y conmovedor.
“Aprendí a leer, a los cinco años, en la clase del hermano Justiniano, en el Colegio de La Salle, en Cochabamba (Bolivia). Es la cosa más importante que me ha pasado en la vida”. Aprender a leer a los 5 años no es poca cosa, es una precocidad extraordinaria. Desgraciadamente no dice a qué edad aprendió a escribir, pero es seguro que no sería mucho después. Aunque la precocidad no siempre es signo del genio, con mucha frecuencia sí lo es. Y en Vargas Llosa se cumple al pie de la letra ese hecho cuyo máximo exponente es Mozart.
Después de referirse a las personas que lo alentaron a escribir cuando era joven, dice “que gracias a ellos y, sin duda, también a mi terquedad y algo de suerte, he podido dedicar buena parte de mi tiempo a esa pasión, vicio y maravilla que es escribir”.

Pasa luego a hablar de sus maestros, de los que aprendió a fondo el arte de la escritura, como Flaubert, Faulkner, Martorell, Cervantes, Dickens, Balzac, Tolstoi, Conrad, Thomas Mann. Aprendió “que el número y la ambición son tan importantes en una novela como la destreza estilística y la estrategia narrativa. Sartre, que las palabras son actos y que una novela, una obra de teatro, un ensayo, comprometidos con la actualidad y las mejores opciones, pueden cambiar el curso de la historia. Camus y Orwell, que una literatura desprovista de moral es inhumana. Y Malraux que el heroísmo y la épica cabían en la actualidad tanto como en el tiempo de los argonautas, la Ilíada y la Odisea”.

Paco

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo con tu análisis Gustavo. Tal vez lo más memorable fue ese momento extra-literario (o literario cabalmente) en el que Vargas Llosa se emociona cuando le dedica unas líneas a su esposa.

Anónimo dijo...

Lo que hay que celebrar del discurso es justamente lo que provoca: justamente esta entrada. Gracias, como siempre. ¿Eso serìa acaso algo asì como romanticismo con los ojos bien abiertos.

Anónimo dijo...

el discurso fue una experiencia audiovisual. Si no, es como asistir a una corrida de caballos por la radio, o ponerse a correr con la radio en la oreja. Todo tuvo su síntoma más emotivo. Ya hay otras diez mil páginas que satisfarán al ojo crítico.

Javicho dijo...

Coincido contigo, Gustavo. Esperaba más del discurso ya que exceptuando algunas referencias familiares, MVLL no dijo nada que no hubiera dicho antes en entrevistas, en sus “Piedra de Toque” y en otras obras. Y además, lo dijo de forma inconexa. Eché en falta, aunque no esperaba que lo hiciera, que rescatara la tradición narrativa peruana. Escuece leer en la prensa internacional tantos artículos de opinión y análisis en los que pareciera que la Literatura peruana empezó con Vargas Llosa. El discurso contiene frecuentes citas a escritores universales y apenas alguna referencia a Vallejo y Arguedas. Se limita a contarle al mundo que el Perú es un país antiguo obviando olímpicamente a los que lo contaron antes que él.

Jorge Frisancho dijo...

Off topic: hablando de "las tres frases mayores" que menciona uno de los anónimos, a mí se me hace otra de Vallejo: Otro poco de calma, camaradas.

En fin.

Acertado lo que dice Ernesto sobre Vargass Llosa como corredor de fondo y no de distancias cortas. Un gran novelista que escribe bastante mal. En sus mejore momentos, lo suyo es la ambiciosa concepción de una historia expansiva y poderosa, y la minuciosa construcción de la narrativa. Frase a frase, más bien flaquea.

(Hace algún tiempo leí el mismo juicio sobre Naipaul, otro nóbel con posiciones políticas polémicas. En ese caso, era una autocrítica: el juicio lo emitió el propio Naipaul: soy un mal escritor, pero me esfuerzo.)

Beltenebros dijo...

No estoy de acuerdo con algunos puntos del ideario de MVLL, pero el discurso fue emotivo e intimista, muy adecuado y bien elaborado.

No comprendo cómo el señor Faverón afirma que Vargas Llosa ha enfatizado el escapismo glorioso de la ficción literaria y ha dejado de lado su complemento, la crítica:

«...la ficción es más que un entretenimiento, más que un ejercicio intelectual que aguza la sensibilidad y despierta el espíritu crítico. Es una necesidad imprescindible para que la sociedad siga existiendo, renovándose y conservando en nosotros lo mejor de lo humano. Para que no retrocedamos a la barbarie de la incomunicación y la vida no se reduzca al pragmatismo de los especialistas que ven las cosas en profundidad pero ignoran lo que las rodea, precede y continúa. (...) Y porque un mundo sin literatura sería un mundo sin deseos ni ideales ni desacatos...»

No solamente trae a mientes ese valor de la literatura sino que lo actualiza muy elegantemente al aludir a la incomunicación básica de los usuarios de adminículos electrónicos y a la barbarie orteguiana de los especialistas orgullosos de su collar isabelino, dos problemas cruciales el día de hoy.

Como dice con todo acierto Miguel Rodríguez Mondoñedo -a cuyas palabras ya les quieren ver tres patas...-, el discurso fue escrito pensando en los peruanos en general.

¡Ah! ¿Vargas Llosa no tiene ningún talento extraordinario y todo él se debe a la tenacidad? ¡Vaya! ¡Premiemos a toda mula del camino! O, mejor, aguijoneémos a toda mula y veremos cuánta cultura de primer nivel produce el Perú.

Si MVLL dijo A, por qué no dijo B, qué barbaridad. Si dijo B, se olvidó de A, el maldito. Si dijo A y B, calló sobre C. Mencionó a los indígenas, pero se olvidó de la literatura como crítica social: imperialista (no conoce la "verdadera" América, la indígena) y adocenado, pues.

Esperen a que muera. No tardarán en aparecer quienes "demuestren" que "La guerra del fin del mundo" o "Conversación en La Catedral" son noveluchas olvidables. Y eso pasará el día (improbable, irónicamente) en que la mayoría de peruanos lean por lo menos unos cinco libros al año.

Saludos.

Gregor S. dijo...

Tranquilos, muchachos, ya podrán demostrar cómo se escribe un discurso el día que les toque recibir su respectivo Nobel.

Anónimo dijo...

Un gran escritor que escribe mal. Un gran pintor que pinta mal. Un gran jugador que juega mal. Un gran arquitecto que disena mal. Un gran medico que cura mal. Un gran maestro que ensena mal. Un gran cantante que canta mal. Reducciones simplistas, absurdas y bastante petulantes.

Miguel Rodríguez Mondoñedo dijo...

No comprendo, los comentarios realmente. Especialmente la idea de que el discurso "no quería dejar tópico sin tocar". Al contrario, ese discurso toca un y solamente un tópico: su relación con el Perú, que se presenta como la clave para entender su literatura. Lo que ocasiona la extrañeza del algunos es precisamente que EXCLUYE muchos otros tópicos esperados, las citas citables---pero ampoco veo por qué el discurso tenga que ser una colección de citas citables.

En vez de criticar eso, más bien habría que elogiar a quien, en el momento ultra cumbre de su carrera, decide recordar que su esposa, su país, etc han sido tan importantes para su literatura como sus lecturas. Y eso sí me parece citable.

Anónimo dijo...

Valoro del texto:

. El sentido de llegar, de movimiento. De sus pueblos de infancia a estocolmo en su vejez, del abc al nobel, de la niñez defensiva a una madurez que defiende un número pequeño de principios, de los compromisos juveniles con una izquierda que acabó siendo criminal a sus compromisos con el liberalismo, que él estima, es los mejor que se puede tener hoy.

. Reiterar sus ideas sobre el lugar de la libertad y los derechos humanos en la sociedad hoy. Reiterar, sí, que no tiene porque ser malo, que es seguir dándole centralidad en el discurso a lo que la realidad diariamente denigra.

. Lo esencial de su rescate: sus pueblos, su patria, su familia, su pareja. Quitada la brizna de las grandes ideas, mitos y proezas, puede que muchos actores del siglo XX escojan al final esos cimientos que no se destruyeron.

. Es cierto que quizá un poco más que antes, mostró a la literatura como un mundo paralelo. Pero no dejó de señalar que en sí misma, por ser (no por declarar), cuestiona la sociedad injusta e imperfecta.

. Arguedas es su problema irresuelto, su negación, su piedra de toque. Al final de su vida y en lo más alto de su reconocimiento, JMA lo volvió a invadir. Nadie lo obligó, imagino, a mencionarlo.

Muchas de las ideas de MVLL no son las mías, el trasfondo civilizatorio de sus mensajes me parecen que lo debilitan, pero el texto, modesto en su pretensión frente a otros nóbeles más nóbeles (con mayor intención magistral y mayor interés por escribir páginas memorables) tiene el mérito de haber conversado de modo personal con el resto. Me gusta así.

JC Agüero

Anónimo dijo...

fuera de foco, si quieren:
que muchos aprendices de español usen el falso cognado de tópico para referirse a tema, vaya y pase. pero que lo haga un linguista como Rodríguez da para comentar. este blog también debe servir para educar

Oveja Suicida dijo...

no voy a hablar de MVLL sino de el creador de este blog en realidad lo conocí por un diario peruano creo que la república y pues creo que desde ya me convertí en su seguidor... muy buenas criticas

Anónimo dijo...

No entiendo el post. O mejor dicho lo entiendo, pero no sé a qué viene. No encuentro mezquindad en él, pero sí ruido, ganas de estar a huevo en medio del asunto para demostrar tal vez que el autor no es un incondicional de Vargas Llosa.

Al ruido se suman los sobones de siempre, los que repiten hasta el cansancio "estoy de acuerdo contigo", "gracias por el post", etc. Pura porquería.

El momento es para estar callados y celebrar junto a un escritor que es parte importante de nuestras vidas la concesión de un premio con el que todo escritor, en el fondo, sueña. Un premio muy merecido, por cierto.

Ribeyro les hubiera enseñado que hay momentos en que hay que cerrar la boca.

Anónimo dijo...

Que el discurso reitero algunas ideas fijas de MVLL, pues claro, que querian? Lo mas destacable, sin embargo, no fue eso. Desde mi punto de vista, el discurso revelo otras zonas menos conocidas del escritor, como su lado sentimental y afectivo, que lo mostro tan de carne y hueso como cualquier otro mortal. Y me parece altamente significativo que lo hiciera en esta ocasion. Ademas, tengamos en cuenta que no hay receta para discursos de Nobel, eso los haria predecibles, provocaria su acartonamiento y les quitaria la emotividad que tanto impacto tuvo en el caso VLL.

Anónimo dijo...

Algunos factores que pudieran considerarse en el discurso de MVLL?
- A qué público se dirige? No creo que sea a los críticos. Está dirigido a un público más general.
- En qué fase se encuentra MVLL? Algunos aquí han opinado sobre su edad. Otros personajes han virado a estados más "simples" llegada una etapa de su vida. Recuerdo un suceso similar. Cuando Herbie Hancock estuvo en el Perú, muchos esperábamos, con alta expectativa, escuchar un estado mayor dentro de una evolución de su lenguaje musical. No fue así. Escuchamos un retorno a los orígenes del blues, gospel, etc. Estaba en otra onda.
- Ligado a lo anterior, creo que MVLL ha querido reconciliarse. Reconciliarse con su "patria", con los peruanos. Es cierto que existen temas que no va a negociar como el de las dictaduras o la libertad.

Anónimo dijo...

Me parece que algunos comentaristas están convirtiéndose en auténticos cacasenos.

Anónimo dijo...

¿Hay que ver a alguien emocionado al punto de flaquear para darse cuenta de que "es de carne y hueso"?

¿Era necesario lo dicho en el discurso para tener claro que los vínculos de Vargas Llosa con el Perú son profundísimos?

¿Es descabellado esperar ideas medianamenta novedosas u originales de un premio Nobel de Literatura de la talla de Vargas Llosa en su discurso de aceptación?

¿Estar de acuerdo con el post de Gustavo Faverón, desde el anonimato, es ser "sobón"?

Anónimo dijo...

"Un compañero de pupitre (carpeta, dicen en Perú) de la adolescencia de Mario Vargas Llosa en Lima, el escritor José-Miguel Oviedo, nos dijo: “Es el discurso. Le he escuchado hablar de política, de literatura, de la vida, y jamás le había escuchado una pieza tan perfecta. Y tan emocionante. Yo también he llorado, cómo no”."
(Juan Cruz del diario El País)

Mi opinión es que un discurso Nobel no es susceptible de critica, ni tampoco es una obligación para el premiado "dar cátedra" a través de su discurso. En ese sentido MVLl cumplió.

Anónimo dijo...

Lo que ha hecho Vargas Llosa es lo mismo que Kina o Sofía hicieron cuando ganaron el título mundial: levantar la bandera del Perú llorando. Puro agradecimiento y amor por el Perú.

Anónimo dijo...

¿En qué sentido "cumplió"? ¿Qué quiere decir que "no es susceptible de crítica"? ¿Quién nos va a "dar catédra" a los peruanos, entonces, si no nuestro único Premio Nobel en una tribuna mundial?

Si se trataba solo de emocionar, estoy seguro de que un narrador de la talla de Vargas Llosa hubiera hecho vericuetos más complejos que ponerse a llorar y citar las frases más famosas de Arguedas y Vallejo. Es el Nobel de literatura, no el pecoso Ramirez. La emoción lo desbordó, más bien. Es comprensible, completamente.

Por supuesto que el galardonado puede decir lo que quiera, como quiera. Pero eso no lleva a que el discurso me tenga que parecer bueno más allá de haberme puesto la piel de gallina por treinta segundos, de ninguna manera. Tanto la historia de estos discursos como la capacidad de Vargas Llosa llevaban a esperar más.

Anónimo dijo...

"Que el discurso reitero algunas ideas fijas de MVLL, pues claro, que querian? "

inspiración, que hemos encontrado en otros discursos del mismo mvll

Anónimo dijo...

Penultimo anonimo: Si quiere catedra, anda comprate los libros del maestro y lee. O querias que hicieran el trabajo por ti?

Unknown dijo...

Bueno..."Qué verdes están las uvas dijo la zorra..." El Nóbel para Gustavo Faverón y sesuda cohorte de analistas está a la vuelta de la esquina.

Renato Sandoval dijo...

Con perplejidad y desconcierto, leo el cuento-brindis de MVLL en la cena ofrecida a los Nobel. La breve historia que ahí refiere es de una ingenuidad, de un convencionalismo y de una cursilería sin atenuantes que no cabría en un notable inventor de historias poderosas como lo es él. No es porque tenía que ser breve (¿qué maravilla nos habrían contado en pocas palabras Kafka o Monterroso?), no porque estaba exhausto y abrumado de tanto merecido homenaje. Tal vez porque ahora que había ganado el Premio podía ya permitirse cualquier cosa, hasta dejar de ser MVLL.

Renato Sandoval (ncuervos@yahoo.com) dijo...

Con perplejidad y desconcierto, leo el cuento-brindis de MVLL en la cena ofrecida a los Nobel. La breve historia que ahí refiere es de una ingenuidad, de un convencionalismo y de una cursilería sin atenuantes que no cabría en un notable inventor de historias poderosas como lo es él. No es porque tenía que ser breve (¿qué maravilla nos habrían contado en pocas palabras Kafka o Monterroso?), no porque estaba exhausto y abrumado de tanto merecido homenaje. Tal vez porque ahora que había ganado el Premio podía ya permitirse cualquier cosa, hasta dejar de ser MVLL.

Julio Heredia dijo...

Alguna vez, recién vuelto al Perú, confundí tu identidad. Lo lamento. Completamente de acuerdo contigo en relación al fallido discurso. Embarazoso para mí que comentaba en el panel de TVPERÚ las incidencias de la ceremonia. Y luego también durante mis emisiones de radio. El Perú no admite (y ni siquiera sus élites)la franqueza y cualquier crítica razonable pasa por afrenta o es tomada como la pequeña mezquindad de algún envidioso. Yo debo decir también que fui de los pocos de mi generación en admitir admiración por MVLL a inicios de los 80, cuando incluso asistí a la presentación de "La guerra del fin del mundo", en el Bolívar, mientras mis compañeros sanmarquinos y futuros "kloaka" destrozaban en protesta libros del ahora Nobel a la puerta del otrora lujoso hotel. Yo ya le había reprochado en París, en público, el olvido del "aguafiestas del poder" que propugnaba a fines de los 60. Pero es verdad, fue el discurso de un escritor declinante, o, cuando menos, reiterativo o desmemoriado.

Anónimo dijo...

Hay quienes están insatisfechos con esta premiación como el argentino Alan Pauls, un escritor a quien miro con respeto. Thays, Iwasaki, Roncagliolo, Fuguet, Paz Soldan, etc, muestran entusiasmo pero la opinion de Pauls me deja pensando.

Anónimo dijo...

¿Y qué tal un post para que comentemos el cuento Canto de las Sirenas del autodenominado borgeano Mario Arregui(1917-1985)?

Anónimo dijo...

Sandoval: SI Vargas Llosa te hubiera conocido antes, tal vez le habrias podido sugerir algunas cosas brillantes y a tu medida para su discurso. Que petulante resulta tu comentario... Tu que has ganado?

Daniel Hurtado Brenner dijo...

Ya estaba echando en falta aquellos peruanos que reniegan de todo lo que es peruano o significa un trunfo para alguno de nosotros. ¿Que leche tomaron? ¿De qué teta se alimentaron? Siempre me han intrigado los móviles de estos peruanos que solo saben criticar incluso lo mejor que nos ha pasado. Estos señores, estoy casi seguro, comerían mierda y se sentirían satisfechos, con solo saber que no es peruana. El discurso fue el que MVlL quiso decir: un discurso para sus amigos, un discurso para el Perú. Y punto.