9.6.06

Selección de América Latina

Al parecer es cierto: uno es el que asume la responsabilidad de hacer la convocatoria y luego todos se creen directores técnicos. Iván Thays ha convocado a una selección germánica que no le ganaría a la mía ni en una novela de ciencia ficción.

Reconozco que dejar a
Sebald fuera de mi alineación fue un error mayúsculo. Pero el D.T. Thays, que comete el craso error de confiar su portería a un poeta, no lo hace mejor que yo.

Los poetas deben ir al medio campo, como el gran
Cueto (César, no Alonso, que no es menos blanquiazul pero, seamos realistas, le falta cintura). Como el gran César Cueto, digo entonces, el poeta de la zurda, o como mi amigo Daniel Salas, el poeta de la absurda (quienes lo hayan visto jugar, sabrán por qué lo digo: el gordo es un jugador incomprensible, aunque tiene convocatoria: él solito llena cualquier estadio).

Veamos qué oponen mis adversarios a esta
Selección Latinoamericana del Siglo XX:

Arquero:
Jorge Luis Borges, no porque sea el fundamento sobre el cual casi todo lo demás se levanta, sino porque prefiero darle ese puesto a un ciego ya fallecido y enemigo del deporte antes que dárselo a un poeta lírico. Como he dicho, juntar el arco y la lira es un error que sólo se le ocurre cometer a Iván Thays y, claro, al egomaniaco de Octavio Paz, que por eso no ha sido convocado.

Defensas: al centro debe ir la sabia combinación de un duro y un ligero que le cubra las espaldas. Mi elección: Ricardo Piglia, el duro, y Pablo Neruda, el ligero. Es importante que sus enormes diferencias los hacen complementarios y que no se distraerán porque probablemente no tendrán nada de qué conversar el uno con el otro. Por los costados, en esta dúctil línea de cuatro, dos versátiles, capaces de cambiar de velocidad a su antojo: Julio Cortázar y Jorge Amado.

Mediocampistas: hace falta un sólo hombre que ponga el orden y la estructura, y ese es obviamente
Mario Vargas Llosa. Con él a sus espaldas, imaginen la libertad que tendrá para la filigrana este trío de constructores: Alejo Carpentier, Gabriel García Márquez, José Lezama Lima, un mismo vocabulario futbolístico, como dicen.

Delanteros: un dúo mortal, en tantos sentidos:
Juan Rulfo y César Vallejo. El primero porque sabe que la cosa, en situaciones difíciles, es anotar dos y asegurar. El segundo, porque, aceptémoslo, el gol en América Latina suele ser un pan que en la puerta del horno se nos quema.



Imágenes: futbol en el siglo XVIII, el grabado, cuya fuente exacta
no he podido identificar, parece ser portugués y podría ser
perfectamente falso. Abajo: fan de Jorge Amado en trance futbolero.

9 comentarios:

Miguel Rodríguez Mondoñedo dijo...

Incomparable selección, por supuesto. Pero yo pondría a Mujica Laínez, por ejemplo, antes que a Jorge Amado, a menos que estés forzando la presencia de un brasileño (o evitando la de otro argentino).

Tanque de Casma dijo...

Estimado Gustavo
Tú debes ser el único que a una selección indoamericana sólo convoca a un brasileño. Sin embargo, con Jorge Amado se tiene de sobra la cuota de Jogo Bonito.
Yo hubiera incluido a un jugador que con las justas, por unos añitos, puede ser llamado: Rubén Darío (a veces se me da hacerme el canónico, qué le voy a hacer). Como Goethe, el autor de Azul tal vez la pueda hacer de DT.
También hubiera aumentado la cuota gaucha. Arlt y Mujica Laínez. Si se puede alinearía hasta Marechal y Sábato. Todos ellos en la defensa, por eso del característico juego limpio rioplatense.
Me parece que, junto a Vargas Llosa, la cuota peruana se podría ampliar con Diez Canseco. Un jale sorpresa podría ser Gastón Fernández. Pocos lo han visto jugar, pero quienes sí lo han hecho le revientan cuetes como si fuera Valeriano López y Kukín Flores juntos. (De paso, con ese fichaje malogro el dream team de Iván).
Pero hay dos clases de jugadores que no hemos convocado ni tú ni yo. Primero, plumas femeninas. Y segundo, escritores costarricenses.
Si no hay ningún prejuicio contra el fútbol femenino quisiera llamar a Alejandra Pizarnik.
Saludos
ECG

Gustavo Faverón Patriau dijo...

A ver, Ernesto: dime cuáles son los OCHO nombres que sacarías de mi lista para incluir a los que mencionas tú...

Gustavo Faverón Patriau dijo...

¿Mujica Láinez mejor que Jorge Amado? No, pues. No hay posible comparación. Para el caso, antes preferiría llamar a Vicente Huidobro, a Ernesto Sabato, a Juan José Saer, a Pablo Palacio, etc.

Pilzarnik no necesita entrar en esta lista porque estoy preparando una Selección Femenina de América Latina.

Anónimo dijo...

Huidobro? No pues, si es un ariete ofensivo pero trajinado y previsible. El jugador poeta con mejor futuro es Martín Adán, ya verán, confianza total en este 10 sutil.
Y qué pasa con mi pupilo Bolaño, ah? El hombre crecerá partido a partido y le quedan varios mundiales por delante, ya verán.

cesar dijo...

¿Huidobro trajinado y previsible? Pasu, qué tal piedra.



Montañendo oraranía
Arorasía ululacente
Semperiva
ivarisa tarirá
Camponudio lalalí
Auricento auronida
Lalalí
Io ia
i i i o

Ai a i ai a i i i i o ia.

Anónimo dijo...

qué, y esa es tu idea de originalidad? Si tienes oído puedes hacer diez de esos diarios; si no lo tienes, te dejarás encandilar por tales ejercicios.
El valor de Huidobro -lo tiene- está por otro lado, César.

cesar dijo...

Perdón, ¿cuándo he dicho yo que esa era mi idea de originalidad?

Por otro lado (siempre en ánimo de aprender) ¿podría ilustrarme usted sobre dónde se encuentra el valor de Huidobro, maestro?

Yo no tengo oído, debe ser por eso que me gusta el último canto de Altazor. Usted, que evidentemente lo tiene, podría obsequiarnos al menos un par de estos "ejercicios", ¿no?

Saludos,
César

Félix Reátegui dijo...

Intervengo con retardo: qué bueno que Faveron corrija anteriores apostasías y coloque a Alejo Carpentier en lugar de Cabrera Infante.