11.10.06

Hagan sus apuestas

No es en absoluto superficial el dato de quién recibe un premio Nobel de literatura: desde hace al menos tres décadas, y salvo rarísimas excepciones, el Nobel asegura una ventas millonarias a los libros más representativos de su autor, un volumen de traducciones insospechado y, por supuesto, una enorme visibilidad.

Eso quiere decir que, mucho más allá de la calidad literaria del ganador, lo que se activa es un mecanismo productivo y de opinión poderosísimo, un respaldo gigantesco para sus ideas: la apertura de la prensa, un prestigio que le abre todas las puertas.

"Ganador del premio Nobel" es una de las frases con mayor poder simbólico en casi cualquier lengua del mundo que esté ligada a un mercado editorial.

Por eso, y nada más que por eso, es importante observar lo que la Academia Sueca hace con el premio: porque cada vez que entrega uno, extiende un cheque abierto para la difusión de la obra y las ideas del escritor premiado.

El Nobel reescribe cánones nacionales y, por tanto, reescribe historias nacionales. Ese es un poder que el destino ha dejado en manos de un grupo lentamente cambiante de críticos literarios suecos. Los giros políticos dentro de la Academia Sueca, sin embargo, son absolutamente desconocidos para el imaginario del lector común.

Para el lector común, si alguien es un premio Nobel de literatura, es uno en una reducidísima elite de escritores radicalmente superiores al resto. Y es brillante, extraordinario. Y su opinión debe ser especialmente iluminada. (Es posible que incluso si leen o escuchan a Fo, a Jalinek, a Cela, piensen que esas también son personas lúcidas, geniales, especialmente inteligentes o talentosas).

El lector común no sabe que hubo un momento en que la Academia se volvió autoconsciente de la importancia del premio que concedía, y que, desde entonces, cada vez que la mayoría de sus miembros fueron conservadores, la Academia premió consevadores; cada vez que la dominó la corrección política, entró en fases de "alternancia equitativa" de los premios; cada vez que primó en ella el perfil izquierdista, o progresista, premió a escritores de izquierda.

(A propósito: un blogger despistado intentó demostrar hace unos días que la Academia Sueca no es de izquierda en el año 2006 porque premió a Saint-John Perse en 1960 y a TS Eliot en 1948. ¿interesante argumento, no?).

Y bueno. Eso es bantante cháchara casi seria sobre el Nobel. Ahora pasemos a las trivialidades: quedan sólo unas horas, tal vez los lectores se animen a hacer predicciones... Iván Thays ha recogido las de nueve amigos y conocidos en su blog y sumando rápidamente éstos son los resultados de su sondeo:

Mario Vargas Llosa, con 9 votos
Philiph Roth, con 8 votos
Haruki Murakami y Antonio Tabucchi, con 3 votos
Paul Auster, Antonio Lobo Antunes y Roberto Calasso, con 2 votos

Y con un voto: Cees Noteboom, Yi Munyol, Blanca Varela, Carlos Germán Belli, Rodolfo Hinostroza, Carlos Fuentes, Margaret Atwood, Martin Amis, Tomas Tranströmer, Milan Kundera, Norman Manea, George Steiner, Cormac McCarthy, Don DeLillo, Sergio Pitol, John Banville.

Quiero anotar un detalle: fuera de los dos grandes candidatos de fuerza, casi eternos, que son Vargas Llosa y Roth, los otros tres nombres que suenan alto en estos días están ausentes de la lista anterior: Amos Oz (en la foto), Pamuk, Adonis, Kapuscinski, que en efecto no son grandes favoritos de la lectoría limeña (Kapuscinski es un preferido de las facultades de periodismo, eso sí). Eso quiere decir que si uno de éstos cuatro gana, las importadoras peruanas van a estar agitadas en las próximas semanas, y si los libros de ese ganador inundan nuestras librerías rápidamente habrá quedado otra vez en evidencia el poder de la Academia Sueca. Pero la lista de voceados es mucho más larga. La pueden ver rápidamente en esta nota de Perú 21.

4 comentarios:

Ivan Thays dijo...

Philip Roth tuvo 8 votos, por cierto.

Gustavo Faverón Patriau dijo...

Hecha la corrección. Y la idea de Peter está divertida: qué pasa con esos Nobel póstumos. Sebald tendría que ser el de ahora mismo, ¿no?

Gabriel Ruiz-Ortega dijo...

Este Nobel se lo dan a Mario Vargas Llosa.
G.

Octavio Vinces dijo...

Este nobel se lo dieron a Orhan Pamuk.