5.2.07

¿Babel incomprensible?

Parece que Babel, la cinta norteamericana del mexicano Alejandro González Iñárritu, tras llevarse el Golden Globe, se va por el Oscar a la mejor peícula del año.

Sería una metida de pata más de la Academia, pero no una tan significativa como el reciente premio a
Crash: Babel, con una triple línea narrativa de la que sólo dos historias se salvan (y es la historia mexicana, curiosamente, la que se hunde estrepitosamente) es una cinta fallida, pero no poco interesante.

Lo que resulta inaceptable es que algunos críticos, como
Alonso Izaguirre en Perú 21, desprecien a Babel por sus "enseñanzas y buenas conciencias". En efecto: entre la crítica más superficial, la exhibición de lo que algunos irónicamente llaman "buenos sentimientos", la creación de "mensajes" morales, la "afectación tan pedante como inútil" de señalar lo que es artista percibe como los grandes problemas humanos, suelen recibirse como si fueran idioteces o signos de megalomanía, o ambas cosas a la vez.

Así como se puede acusar a
Hollywood de comprarse con mucha facilidad el rollo de cintas de espíritu feliz, inocentemente positivas o políticamente correctas, así también se puede acusar a críticos como Izaguirre de haber perdido de vista que el arte no tiene la obligación de no tener el corazón ligero, ni la obligación de no ser optimista, ni la obligación de habitar siempre entre brumas morales.

¿Qué haría
Izaguirre con las tres cuartas partes de la filmografía de Chaplin? (Le diría que hay demasiado buen corazón en sus cintas, que no sirven para nada). ¿Qué haría con El paraíso perdido de Milton? (Le diría que es una pedantería eso de contar la historia de la creación de la humanidad y la pérdida del reino y, de paso, vendernos una moral, una ética y hasta una metafísica).

Por cierto:
Babel no es una película que tenga como intención principal dar a entender (ni siquiera "subliminalmente", como, supongo que de broma, dice Izaguirre) la idea de que "en el mundo todos somos iguales".

Babel
plantea, a través de una dramatización de la idea, una noción mucho más interesante: la posibilidad de que, en términos prácticos, todos los seres humanos, moralmente iguales en el plano individual, sean ya irrecuperablemente diferentes en el plano social: ésa es la historia bíblica del colapso de la construcción de la torre de Babel, el momento trágico en que Dios decidió que todos los idénticos seres humanos fueran, desde sus propios puntos de vista, para siempre diferentes; es decir, distintos ante la mirada ajena.

Allí es donde el tropo del lenguaje se vuelve pieza importante de la narración: ¿qué consecuencias reales tiene la igualdad de todos los espíritus si esa igualdad es un rasgo incomunicable, si los espíritus mismos son incomunicables?

Los muchos esfuerzos inútiles de traducción que la película ofrece son a su vez un sólo gran esfuerzo por traducir la alegoría de la torre de Babel, recordándonos siempre que esa historia bíblica no es una repoducción de la historia de la pérdida del paraíso, sino un relato acerca de cómo el ser humano perdió los instrumentos para regresar a él.

Izaguirre, sin entender ni intentar entender esa posible lectura de la cinta, extrae la conclusión más obvia (el único mensaje de la película es que "todos somos iguales") y luego le enrostra su sencillez y su pedantería al director. Y concluye con esta frase: "siempre se puede ser más sutil y humilde en la tarea". En efecto, siempre se puede: consejo válido para los críticos cinematográficos.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Para mí el mensaje obvio era "no podemos comunicar, estamos cada uno de nostros por nuestra cuenta" y para eso no tienes que cruzar la frontera con México para ir a a boda de tu hija con los hijos de los señores de la casa que te enyucaron a los niños porque se fueron a Marruecos para que les dispare el hijo del pastor de cabras que compró la escopeta del papá de la japonesa sorda que quiere estar de novia con el hombre de palo; para eso sólo tienes que tratar de hablar con alguien de tu propia ciudad, tu propio idioma, tu propia generación, tu propio sexo, que trabaje a tu lado 12 horas diarias. Le faltó sutileza y le sobró presupuesto.

Gustavo Faverón Patriau dijo...

Bueno, evidentemente uno de los objetivos de la película es lidiar con el tema de la globalización.

Anónimo dijo...

Más unificadas me parecieron las tres historias de perros o las tres de muerte. O mejor dicho, con menos casualidades. Supongo que habrá querido dar la sensación de que cuando uno se mete en un lío, se pone en funcionamiento un efecto dominó que termina afectando a quien menos se espera. Pero justo el dia en que la señora tiene que ir a la boda de su hija, abalean a la gringa con la escopeta que justo le regalo a un marrroquí el papá de la muda. No veo causa-efecto, sino casualidad. Gracias al cielo no llovieron sapos. Además, los niños gringos que entienden castellano y se ven metidos en una realidad que no es la suya, tiene que ver con globalización; los niños marroquíes con un juguete que distorsiona su realidad, no tanto, habría tenido que ver con globalización si hubiera caído en sus manos por tráfico de armas o algo parecido en vez de ser el regalo de un turista que igualito podría haber pasado por allí hace cincuenta años; y la historia de la chica japonesa, aun menos.

Prismatico dijo...

bueno,bueno a mi me parece que un director mexicano por ende latinoamericano, haya logrado que se hable de este tema o por lo menos de su pelicula en lugar de algunos bodrios que hay miles en Hollywood como decir que es una pelicula norteamericana si hay locaciones y actores internacionales, ademas de diferentes idiomas, ya se tiene dinero americano pero por que etiquetar?, en Cannes recibio 14 minutos de aplausos ademas de premios como podran todos ellos y mucha gente mas equivocada? y en lugar de criticar con mano dura debemos de prestar atencion a lo que nos pueda dar una enseñanza al final de cuentas el lema de la pelicula, es si quieres ser oido ,escucha!!

Anónimo dijo...

Deberías escribir más de literatura y no flaquear resumiendo las noticias del cine que lo hacen aburrido a tu blog, me gustó el cuento de tu amigo, ese que repite Atari y bien por todo lo relacionado con las letras. Lo del cine y cosas ajenas, no sé, lo hacen magazine a tu blog. Un saludo

Anónimo dijo...

Prismático: Tienes razón en que es mucho mejor ver una película como esta que ver el úlitmo taquillazo de Brce Willis, pero de ahí a applaudirla 14 minutos... Lo único que yo aplaudiría durante 14 minutos sería un pastelazo a Paulo COello.

SiempreGerardo dijo...

Mensaje de Babel: Los que hablan tu mismo idioma, te traicionan. Piénselo!

Anónimo dijo...

Me gustaria que el senor Faveron justificara por que considera que la pelicula es fallida en lugar de afirmarlo categoricamente, como suele hacer las cosas; ha demostrado ya su incapacidad para poder criticar poetas distintas a la literaria en otras ocasiones, por lo que dicho juicio vacio e insensato no es sorprendente, pero no le haria mal bajar por momentos al espacio discursivo de los simples mortales en lugar de emitir decretos desde su posicion de critico todopoderoso.