Hace unas pocas semanas, cuando empezaba el semestre, coloqué en Puente Aéreo un pedido a los lectores que quisieran enviar colaboraciones: fotografías, videos, cuentos, poemas, etc.
La cantidad de cosas recibidas ha desbordado un poco mi capacidad de procesarlas y publicarlas. Les puse como avance, hace días, un cuento de Michael Wilson Reginato. Ahora he decidido no confundir esas colaboraciones con el cuerpo habitual de Puente Aéreo, y publicarlas, más bien, en el espacio que ya tengo habilitado desde hace tiempo: el del blog Quipu (que, por cierto, cumple un año de vida y ha publicado a más de cuarenta autores peruanos jóvenes, mayoritariamente del interior del país).
Pido disculpas por anticipado a quienes han enviado videos (el maestro Roberto Forns, por ejemplo): no encuentro aún una manera de ponerlos en el blog sin recargar mucho la página. Y quienes han mandado textos muy largos tendrán que esperarme un poco hasta que tenga tiempo de revisarlos...
Pero, de todas maneras, abro hoy ese nuevo periodo de Quipu con cuatro cosas distintas: una muy nutrida colección de microcuentos de Marco Tulio Capica; un relato breve de José de la Vega; una variación borgeana de Jack Farfán; y una primera selección de fotografías de José Antonio Galloso (luego vendrá una segunda), que es parte de su colección Personajes de San Francisco. (De allí procede la fotografía de arriba).
Todo ello lo encontrarán aquí.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
6 comentarios:
Excelente. Es una iniciativa que ningún otro blogger ha tenido y que basta para sentar las diferencias entre Puente Aéreo y los blogs carroñeros y chismosos de los figuretis. A ver qué viene después.
Carlitos Marx
La promoción está bien, pero no todas las cosas que salen en Quipu son buenas. ¿Es mejor que sigan saliendo tantas cosas o sería mejor publicar sólo lo que tenga gran nivel?
¿Por qué siempre habla como si tuviera montones de cosas enviadas a Quipu? ¿Si tiene tanto por qué no pone más?
Aunque parezca aguafiestas debo decir que coincido con lo señalado en comentarios que anteceden a éste en que a veces se nos quiere hacer pasar gato por liebre con los cuentos publicados en Quipu. De los cuentos de la primera etapa del proyecto recuerdo pocos, como el de Castañeda y dos o tres más, pese a haber leído casi todos. De la última tanda acaso el único rescatable sea El monstruo, por lo bien narrado por partes, en forma concreta, fluida, pese a que se desvía en temas que no son muy funcionales al relato, como el del divorcio. En cambio, El golem y Deseo infame son de un lenguaje pretencioso, plagado de adjetivos rebuscados, lo que es propio de escritores principiantes. El encuentro también tiene ese problema, además de inconsistencias como hablar de finísimas gotas de garúa e inclemente lluvia limeña, por no seguir... Y el cuento llamado Un cuento deja mucho que desear, ni siquiera se sostiene el tono, a ratos el narrador es culto o formal en exceso como para hablar de malhechores, policías o guardias, y luego es capaz de decir tombos. El ritmo del cuento tampoco es propio de un asalto o lo que sea. Creo pues que un buen filtro en la selección o algo más de rigor y menos condescendencia con los lectores que envían sus textos le haría mucho bien a Quipu, un proyecto que no deja de ser interesante si mantiene la calidad que se espera de éste.
Quien hace una crítica sincera y clara de un texto literario no es un aguafiestas, o tal vez lo es, pero tiene derecho a serlo.
Pero una cosa hay que tener clara: Quipu ES un blog de difusión y promoción y una de sus expectativas (aunque ya no sea la única) es, precisamente, publicar a autores jóvenes y principiantes junto a otros con más experiencia.
Visto de ese modo, resulta un poquito redundante leer la obra de un principiante y decirle: "se nota que eres un principiante".
Igual creo que es bueno para los autores leer las críticas de todo tipo, así que gracias por el comentario y por prestarle atención al blog.
creo q el hacer un crítica de parte de los lectores es positiva aunque esta sea dura. el aprendizaje de hacer buenos cuentos es ardua, y los lectores tienen la palabra en este asunto que no debe afectar a los autores, salvo en ver aquellas fallas técnicas que cometen en la elaboración de sus cuentos. así esto puede a su vez convertirse en un taller de aprendizaje.
Publicar un comentario