Hay una pequeña polémica entre Jorge Bruce y Martín Tanaka en torno al tema del racismo peruano. Ya que el origen de la discusión está en una columna vieja de Tanaka en Perú 21, respondida por Bruce en un libro reciente, los invito a ver la columna de Tanaka antes de seguir leyendo mi post.
Estoy plenamente de acuerdo con Tanaka en su párrafo final, pero no en la especulación que lo lleva a él. Digamos que concuerdo con la prescripción pero no con el diagnóstico. No comprendo muy claramente la noción de que, si la gran mayoría de quienes han sido víctimas cruciales del racismo peruano reaccionan contra él y lo carcomen, o actúan de manera beligerante y convencida en su contra, ese racismo debe declararse ya inexistente, muerto o siquiera agónico.
Es más, me parece que eso de declarar el racismo peruano muerto y enterrado, y decir que sus manifestaciones contemporáneas no son parte crucial de nuestra sociedad hoy, sino sorprendentes vestigios del pasado --que nos sorprenden como nos sorprendería ver a un dinosaurio corriendo por la Vía Expresa-- no es sino una forma de miopía que promueve la eliminación del problema del racismo en el discurso como si con ello se eliminara el problema en la vida real.
Es parte de esa sociología feliz que algunos estudiosos ejercen, en la que las formas de resistencia son festejadas como triunfantes por el solo hecho de existir, como si las formas de resistencia no estuvieran definidas en función de la existencia de una fuerza contraria.
Recuerdo, hace años, cuando un científico social, en una charla de la Universidad Cayetano Heredia, decía que los pueblos jóvenes limeños se creaban en los cerros que rodeaban a la capital porque esa era la manera en que los migrantes celebraban la reinstauración de su vida previa en las montañas de los Andes. Eso es lo que llamo sociología feliz (o antropología feliz, en ese caso).
Martín Tanaka dice que las migraciones internas de la segunda mitad del siglo pasado, que convirtieron al Perú en país urbano y ya no predominantemente rural, fueron la manera indirecta y triunfante en que los provincianos protestaron contra el racismo y la segregación. Eso --lo digo sin ánimo agresor, solo descriptivo-- me parece sociologia feliz. Una versión un tanto menos feliz diría que las migraciones fueron una reacción bastante más relacionada con la miseria que con el racismo, y bastante menos premunida de un sentido discursivo. Crearle una fábula esperanzada a las arbitrariedades de la desgracia popular es el rasgo clave de la sociología feliz.
El racismo es, por supuesto, una compleja superposición de paradigmas culturales, no solo una ideología borrosa o un programa social que un sector de la población ejerce en contra de otro. En el paradigma del racismo suelen estar inmersos victimas y victimarios (pero no siempre es así). Blancos y cholos, cholos e indios, indios y negros. Pero suponer que si los cholos y los indios y los negros, algunos de ellos o todos ellos, reaccionan contra el paradgima, entonces el paradigma ya desapareció, es una manera ingenua de olvidar que el racismo también es lo otro: también es un instrumento de dominación sostenido en un discurso (aunque sea un discurso silencioso) y no en una suerte de impulso por inercia, como parece plantear Tanaka cuando habla de las inequidades del Perú como problemas que han sobrevivido por inercia al racismo del pasado.
Y es además una manera ingenua de pasar por alto algo evidente: que el hecho de que los dominados señalen la impropiedad del paradigma y hagan algo, o mucho, por subvertirlo, no implica que quienes lo usaron como herramienta y arma durante siglos hayan dejado de usarlo ya, mágicamente, así de pronto, o que la herramienta se haya vuelto inocua o secundaria.
El reconocimiento y la reación de la víctima es por supuesto el primer paso para la activación del cambio, pero no implica su consumación. El mundo está atravesado de ejemplos de racismo y otras formas de segregación en las que las víctimas nunca aceptaron el paradigma de la inferioridad racial o étnica o cultural, y lo atacaron activamente en todas las maneras que tuvieron a la mano, y, sin embargo, no solo no lograron con ello que el paradigma se diluyera, sino que sucumbieron víctimas de él.
El racismo europeo contra los judíos no se diluyó en el aire simplemente porque los judíos hubieran demostrado considerarse iguales a cualquiera, y se hubieran integrado perfectamente --no por décadas, sino por siglos-- a la estructura productiva y financiera de las sociedades en las que habitaban. También, medio milenio antes, los judíos de Córdoba habían sido piezas bienvenidas de la estructura cultural, social, política y económica de los reinos surhispanos, y sin embargo acabaron expulsados por un discurso segregador (racial, religioso, etc) que se pensaba desaparecido, cuando apenas había quedado soterrado.
Cuando Jorge Bruce dice que no es bueno confundir los "discursos oficiales y legales, por un lado" y, por otro, "las prácticas de la vida diaria de los peruanos", está diciendo una verdad meridiana, que describe por completo el error de Tanaka. Quizá el ejemplo más sistemático esté en los estudios de Roberto Schwarz acerca de la discrepancia de décadas entre la hegemonización del discurso antiesclavista liberal en Brasil, su virtual universalización en cierto momento, su conversión en sentido común de la época, y el instante, muy posterior, en que empezó (sólo empezó) a generar frutos reales, cotidianos y visibles en la vida diaria brasileña.
El movimiento de los derechos civiles en Estados Unidos surgió porque existía un reconocimiento masivo de parte de las víctimas --notoriamente, la población negra--, y muchos de sus habituales beneficiarios, de que el paradigma de la discriminación era injusto; actuaron contra él, protestaron, abrieron mil rutas para superarlo. En su lucha, ganaron un terreno gigantesco en la trama social norteamericana. Pero cuando, en las primarias demócratas de Mississippi, la semana pasada, Barack Obama gana el 91% del voto negro y Hillary Clinton logra el 75% del voto blanco (a lo que hay que añadir el hecho de que la mayoría de la población blanca sea republicana), uno entiende que el racismo norteamericano y su forma de ver el mundo no han muerto, y que sus manifestaciones --el olvido de las víctimas de Katrina, por ejemplo-- no nos sorprenden por ser anacrónicas ni por ser un resabio del pasado, sino por su silenciosa vigencia, porque existen pese a que los discursos públicos las nieguen con increíble insistencia. El paradigma racista domina la mente de millones en Estados Unidos aunque durante medio siglo haya estado limitado al balbuceo y la media voz.
Hay una última cosa que quiero mencionar. En una respuesta posterior a Bruce, Tanaka ha observado lo siguiente:
"La sociología del conocimiento nos dice que todo saber está socialmente situado: es decir, miramos el mundo desde un punto, y este, necesariamente, implica algún sesgo. Creo que Bruce mira el mundo fundamentalmente desde ciertos espacios de clases altas, "blancas", desde la cúspide de la pirámide de la discriminación.Y mi objeción es que, si Tanaka quiere ser justo con su propio principio, tiene que reconocer que la sociología del conocimiento no se aplica solo a Bruce, sino también a él. La noción de que todo saber está socialmente situado no quiere decir que unos estén condicionados por su situación social en la construcción de sus discursos y otros, en cambio, puedan producir su saber desde situaciones que no ocupan. ¿Cómo es que Tanaka asume que el saber de Bruce está situado en las "clases altas", "blancas", que forman "la cúspide de la pirámide de discriminación"? ¿Y por qué sostiene, en cambio, qué su punto de vista es "el punto de vista de la inmensa mayoría de los peruanos"?
"Para estos sectores, en efecto, "la gente" ya no "se ubica", no respeta, se ha "igualado". La ideología de mercado, la derrota de la izquierda, de Sendero Luminoso, el crecimiento económico, les da a estos sectores más confianza para darse "licencias" discriminadoras que no se daban antes. Visto el Perú desde aquí, efectivamente, la persistencia del racismo es lo más llamativo.
"Pero, si asumimos el punto de vista de la inmensa mayoría de los peruanos, creo que podemos tener una mirada que entiende mejor lo que ha ocurrido en el país, y nos permite tener una mirada más optimista".
De hecho, la noción de que el choleo no es crucial y que el racismo antiindígena peruano ya prácticamente no existe, parece bastante más típicamente el discurso de las clases medias liemeñas que el discurso de alguien que haya pasado las décadas anteriores sufriéndolos. (Salvo, claro, que quiera decirse que nunca han existido)...
Pero bueno, en resumen: ¿cómo es que Bruce solo puede hablar con las anteojeras de las "clases altas" y Tanaka, en cambio, puede asumir la voz de todos y la mirada del pueblo? ¿No se supone que lo que quiere la sociología del conocimiento es, antes que cualquier otra cosa, en su raíz hermenéutica, advertirle a los sociólogos que su mirada no está libre de su situación social? ¿Cómo es que llega Tanaka a la conclusión de que él sí puede proyectar su mirada desde los ojos de los demás y abstraerse de las circunstancias reales de su situación social para asumir la ajena?
Imagen: mi versión del afiche del festival de cine PUCP.
17 comentarios:
si pues, Tanaka tambien pertenecía a una familia de dinero pues fue a una universidad particular (PUCP) asi que no creo que su punto de vista represente el de TODOS LOS PERUANOS, lo cual ya es muy dificil.
Esta bien reconocer el racismo pero esa no es la solucion a este, el dia de ayer pude ver algunas partes de la entrevista que le hacia Marco Aurelio Denegri a Bruce, y en un momento Bruce le dice que sus hijos comentaban, "el mas oscuro", "el es marron", a pesar de que ni él ni su esposa son racistas, raro no?. Yo creo que el racismo está en nuestro inconsciente, es algo tan cotidiano que ni nos damos cuenta de su presencia.
"Soy mestizo pero no me lastimaría al pertenecer a la raza blanca"
Date un paseo por la PUCP,7:07 PM y verás que la mayor proporción actual de estudiantes es de cholos,los cuales al salir egresados no podrás aplicarles sin error lo que le replicas a Tanaka.El sí tiene derecho a situarse en el lado "opuesto" al del saturante Bruce (lo ves hasta en la sopa,es como si una camarilla de cómplices figurettis en la caviarada limeña estuviera funcionando) porque tiene que haber sufrido en carne propia,de algún modo y a despecho de su gran inteligencia,la discriminación racial imperante en nuestro país.Nunca hay más distancia entre lo dicho y el hecho que cuando un "blanco" (¿quién coño se está refiriendo al color de la epidermis?)dice en el Perú que él no es racista.
Alguien a quien encuentro muy útil para repensar este asunto es David Theo Goldberg (Racial state), es un sudafricano que chambea en California, y que plantea las estructuras racialistas que se alojan en los proyectos de estado moderno en occidente, y ante las cuales visiones tan "optimistas" como las de Tanaka se pondrían en cuestionamiento radical.
En la entrevista de Marco Aurelio Denegri a Bruce, el primero menciona algo muy importante, y es que al final de cuentas, lo humano es justamente ser racistas. Si Tanaka piensa que ello no es importante en la sociedad peruana actual, creo que debería escuchar los insultos en la calle. Como dijo Bruce en la referida entrevista, más duele ser choleado a que le menten la madre. El racismo existe tanto de los "cholos" a los "blancos" como de los "blancos" a los "cholos". Nadie en el Perú puede negarlo.
Bruce mismo reconoce que tiene que hacer un esfuerzo mental para evitar ser ofensivo con apreciaciones racistas a la hora del tránsito.
Todos tenemos en algún punto algo de racistas, no podemos excluirnos, así de simple - claro algunos ya llegan a niveles de enfermdad, y eso es lo que creo debe combatirse. Al final lo que debe primar es la tolerancia, porque no todos somos iguales y no todos podemos querer lo que es diferente a nosotros, pero sí debemos respetarlo.
Si no he entendido mal, para que el modelo de Tanaka funcione, tenemos que comprobar que en el sector mayoritario de la población peruana, la raza ha dejado de ser un elemento de ascenso social y un factor que obstaculice el mejoramiento económico. En otras palabras, el avance del capitalismo peruano es correlativo a un retroceso de las ideologías raciales. Me entusiasma la idea, pero desconozco de qué manera esto se puede medir con precisión. Intuitivamente, concuerdo con Martín: yo veo que las cosas han cambiado notoriamente respecto de hace 20 años y que hay una burguesía mestiza en crecimiento. No me parece que esto sea "sociología feliz". El arqueólogo al que aludes, Gustavo, tenía una postura más bien estructuralista, partidaria de describir un "pensamiento andino" que reproducía sus categorías incluso cuando un contexto nuevo. Según él, la gente no vivía en los cerros porque era pobre sino porque deseaba reproducir el espacio de los andes. No fue una conferencia, sino una reunión de trabajo en la que el mismo arqueólogo acusaba a la izquierda de haber tergiversado a Arguedas, personaje de quien él sí estaba autorizado a hablar porque "lo había conocido". Son casos distintos.
Martín sí reconoce que su perspectiva se ubica desde el punto de vista de un sector social en crecimiento. Otro aspecto de las ideas de Martín con el que estoy de acuerdo es su intención de despatologizar el racismo. En efecto, ni el racismo ni el machismo son enfermedades sociales; no pueden considerarse elecciones erradas ya que poseen una racionalidad.
El día de ayer viernes 14 de marzo, decenas de policías y un grupo de boinas rojas irrumpieron en el jirón Quilca, buscando a poetas y artistas a los que requisaron DNIs con el fin de identificar a "alguien" en especial. Según informan varios poetas los documentos fueron devueltos luego de que fueron refrendados y empadronados en una lista que los policías tienen en su poder. Según me escriben otros parroquianos, hay varios artistas que estarían siendo buscados intensamente por solidarizarse con Melissa Patiño.
Ésta es la política del oligofrénico detectiloco Alva Castro, al parecer la "cacería de brujas" ha comenzado. Estemos alerta.
Publicado en el blog de Ybarra.
Giuliano Vecco F.
(a propòsito de racismos, por qué esos sucios policías no fueron también a los bares de Miraflores?)
Interesante lo que dices, Daniel, pero sería más interesante si definieras qué quieres decir con "correlativo". ¿Estás diciendo que el crecimiento del capitalismo en el Perú causa la decadencia del paradigma racista, que ese crecimiento es propiciado por esa caída, que hay una simple coincidencia de los dos procesos. o que son procesos que se retroalimentan? Y en cualquiera de esos casos, ¿cómo lo explicas?
Hablando de Racismo o discriminación que para mí es lo mismo, te creía un buen tío Faverón, te he mandado dos mensajes a tu correo con respecto a quipu y ni caso, otro en un post, y no has tenido ni siquiera como caballero de decirme nada, pero en fin tampoco voy a hacer un drama, ya había oído malos comentarios hacia tu persona, incluso insultos, pero aún así yo creo en las personas y tu blog me pareció muy interesante, así que no dude en crear un enlace en el mío, algo qué después de un par de meses estoy a punto de borrar.
Si me dices que no quieres que yo paricipe, no pasa nada, tan amigos, la sinceridad no parece una virtud tuya y al final voy a tener que creerme los insultos que te han dicho con total naturalidad.
saludos.
Pues, la verdad, Javier, no tengo idea de quién eres, nunca he visto tu nombre ni tu cara y no entiendo de dónde sacas que yo podría no "quererte en mi blog". Pero sí me permito darte un consejo: la próxima vez que te presentes frente a un extraño, trata de no hacerlo con desplantes gratuitos. Adiós.
Estuve buscando sobre el tema y encontre este blog de un Colectivo contra el racismo que esta organizando la "Semana de Lucha contra el racismo" en Lima la ultima semana de Marzo. El pronunciamiento que hacen me parecio interesante y completo.
http://colectivoncontraleracismo.blogpot.com
Hola Gustavo,
Muy acertadas las interrogantes que propones al final del post, pues fueron las mismas que me formulé al leer el post de Martín.
Estoy leyendo el libro de Jorge Bruce porque me interesa la entrada sicoanalítica al tema del racismo en el Perú. Hasta ahora me parecen razonables los argumentos que va esgrimiendo Bruce desde su especialidad (aunque debo reconocer que me cuesta entender algunas definiciones de la especialidad).
Espero tener completo el panorama cuando termine de leer el libro y volver sobre esta polémica entre Martín y Jorge Bruce a ver qué conclusión me queda.
Saludos,
Giovanna
Coincido con Gustavo en la definición de sociología feliz. Pienso que es un error, por parte de Tanaka, minimizar o disminuir la vitalidad del racismo en la actualidad. Este entusiasmo con que se trata de ver el surgimiento de una clase media o burguesía media venida de sectores no blancos, no necesariamente es una superación del racismo o la discriminación.
De otro lado, no conozco a profundidad las proposiciones de Bruce, pero considero que debajo de las manifestaciones del racismo, como de otras formas de discriminación, porque que duda cabe que las hay en otras formas, está el problema de la gran "baja autoestima" en el peruano.
Es una postulación que trato de desarrollar en mi Bblog. http://luciosuarez.blogspot.com/
Una baja autoestima, esa cierta proverbial inseguridad entre nosotros, nos pone siempre en la posición de autoafirmarnos a costa de otros. El cholo pisa al indio. El mestizo claro, cholea con gran efusión. El blanco se zurra con los mestizos y todos los que vayan por debajo. Pero, el blanco, incluso los de mayores posiciones socioeconómicas, siempre tendrán un complejo de inferioridad con los chilenos, los argentinos y demás.
El pituco ninguneador de aquí, siempre, o casi siempre, aparecerá como un poca cosa al lado de extranjeros de su equivalente posición social.
Pero, identificar la baja autoestima como una probable causa de algunos de nuestros mayores lastres culturales, no obliga a definir el análisis como una patologización de los problemas socioculturales.
Seguimos, saludos.
Ivan dijo...
Me equivoque la direccion es :
http://colectivocontraelracismo.blogspot.com
Estoy leyendo el libro de Bruce y su posición no me parece muy definida...
Estuve buscando sobre el tema y encontre este blog de un Colectivo contra el racismo que esta organizando la "Semana de Lucha contra el racismo" en Lima la ultima semana de Marzo. El pronunciamiento que hacen me parecio interesante y completo.
Mi estimado:
en la última entrada de mi blog comento algo sobre tus objeciones. Saludos,
Martín
http://martintanaka.blogspot.com/2008/03/blog-post.html
Interseantes el post y alguno de los comentarios, queria anadir que el racismo de alguna manera es esquizoide; he viso infinidad d veces en Lima a "cholos" con billete "cholear" a "cholos" misios. Como si el esatus o nivel economico te vuelve blanco y permite discriminar "a la inversa".
Saludos
Buenos días, Gustavo.
Creo que estarías de acuerdo conmigo en que un auténtico (inmaculado) deseo por saber (aprehender una realidad) es difícil de gestar en uno si a la vez se desea optimistamente algo.
Como si todo aquel que viera con legítima expectativa o apasionado desprecio la permanencia o el cambio de algún orden existente, estuviera de fábrica condenado a tener limitada su visión de las cosas.
Como si fuera en estos suejtos, una necesidad más que un deseo el creer que es posible un mundo mejor; de manera que, a la hora de examinar su entorno fueran ciegos a todo lo que no encaje en como ellos "desearían" (en su cabeza se formula como "desean") fuese la realidad, y todo su campo de visión se circunscribiera a lo que su expectativa les dice como deberían ser las cosas.
Cuando una madre de familia dice alterada que "un hijo no trata así a su madre" niega que efectivamente existen hijos que tratan así a su madre y en ese trance ignora que quizás lo que hubiese querido expresar (de haber tenido un auténtico deseo por poner en palabras su idea) es "yo pienso que un hijo no debería tratar así a su madre". Este fenómeno en psicoanálisis es bastante conocido. El loco yerra pero no miente. Y el cínico está distanciado saludablemente del mundo, si entedemos por tener salud tener mayor chance de acceder a una visión de las cosas desprovista de "prejuicios".
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