Sobre moralina culturosa caviar políticamente correcta
Ya no parece caber duda. Luego de décadas esforzándonos por el embrutecimiento de los peruanos, con el ejemplo diario que brindan políticos rateros y exitosos, profesores de escuela apenas letrados pero siempre recontratados, jueces corruptos premiados una y otra vez, periodistas vendidos pero vivazos, y futbolistas que no entrenan pero sí cobran, luego de décadas de todo eso, digo, hay ya varias generaciones de peruanos para las cuales la sola idea de tener una cierta moral, hacerse de unos ciertos conocimientos, respetar unos ciertos derechos, alcanzar cierta comprensión de los otros, y guardarles cierto respeto a los demás, no es sino una bola de estupideces sin valor alguno.
Esto queda claro en el lenguaje de esos peruanos de hoy y de mañana: para ellos no existe la moral, sino la despreciable moralina; para ellos no hay gente culta, sino intragables culturosos; no hay defensores de los derechos humanos, sino comunistas derechohumanistas; no hay gente con dinero y, a la vez, consciencia social, sino esa raza de insoportables ambidiestros a los que llaman rojos caviares; no hay personas que sientan la necesidad sincera de respetar a los otros, sino hipócritas enfermos de corrección política.
Con sólo seguirle la pista a esas etiquetas podemos hacernos una idea de ese peruano predominante, que asoma en columnas de diarios, en blogs y, para tristeza de quienes aún se asombran, en dos de cada tres sobremesas: el sujeto en cuestión combate la moralina y le opone una cosa (a la que nunca la llamará moral, porque la palabra moral no es bacán) que es un compuesto arbitrario de "lo que me da la gana" con la ley de la selva. Así, cualquiera desde Terry Eagleton hasta Gustavo Gutiérrez corre el riesgo de ser enterrado bajo la lápida de la moralina, pero, de hecho, cualquiera que defienda una moral (casi cualquier moral) y no sea ni un Eagleton ni un Gutiérrez será enterrado bajo esa lápida sí o sí.
A este sujeto no le gusta reconocer que alguien es culto, o más culto que él, y su reacción no es nunca tapar los huecos de su propio desconocimiento (estúpida reacción que otros tenemos: leer sobre esos temas en los que otros opinan con más autoridad): su reacción es, más bien, acusar al otro de culturoso, que significa exactamente lo mismo que culto pero con la carga negativa de snob, como si, en efecto, sólo se pudiera ser culto por esnobismo, o como si la educación misma y el interés por ciertos temas fuera inevitablemente estúpido o digno de antipatía. Así, todo libro difícil será culturoso (si Borges hubiera sido peruano, no habría sido un genio, sino un culturoso).
(Por extensión, cualquiera que demuestre cierta capacidad de elaboración por encima del promedio del ambiente en que se mueve, podrá ser menospreciado por ello mismo: en el fútbol, por ejemplo, Company, Oblitas y hasta Julio César Uribe: para el lenguaje usado con afán de pulcritud, también existe una etiqueta despectiva: es floro... Y sobre la manera en que funciona este procedimiento para el caso del desprecio contra el derechohumanismo, la izquierda caviar y la corrección política, ya he escrito antes, más de una vez).
Así, el peruano predominante (predominante en las clases medias y altas, claro está) ya no necesita hacerse problemas morales, porque toda moral es moralina; no necesita educarse o interesarse por su vida intelectual porque hacerlo lo colocaría en la tierra de los culturosos; no defiende los derechos humanos porque ese es problema de rojos y lo cool es ser apolítico; ataca a los ricos por el hecho de ser ricos, o quizá no lo hace, pero los ataca indudablemente si demuestran preocupación alguna por los demás, porque ese es un signo inequívoco de hipocresía caviar; y por esa misma razón se reserva el derecho al racismo, que lo exime del intento de cambiar para bien: ¿acaso no es peruanazo contar un buen chiste de cholos y negros? ¿Y acaso tenemos derecho a ser otra cosa que peruanazos?
Fotomontaje gfp.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
28 comentarios:
Creo que te pasas de sofista, Gustavo, con tus reflexiones. ¿Crees que Valentín Paniagua fue un gran hombre y no un suertudo? ¿Tú crees que Diego García S. se desvive por los derechos de la gente pobre del Perú? ¿Qué calificativo le das al hecho de meter a su pareja de gorra en el avión presidencial en viaje oficial a la China? ¿Y qué de hacerse el loco ante las malhechoradas y vilezas de Toledo? ¿Por qué se desvela más Susana Villarán: por los pobrecitos de Puno o por su ensoñación de ser Presidenta? Y en cuanto a culto y culturoso, estás descaminado. Ninguna persona verdaderamente culta ha sido calificada de culturosa y su condición de ser uno o lo otro, es claramente percibida por cualquier ser medianamente perspicaz. El ambiente teatral limeño, y el de los periodistas, por ejemplo, está saturado de obvios culturosos y de unas muy escasas rara avis cultas. Y esta última figura se extiende a otros ambientes. El culturoso busca de explotar un bagaje cultural, en general mal cimentado y para lo cual la apariencia y el fingimiento, ergo la impostura, mandan. El hombre culto ama la cultura por sí misma.
Hola Gustavo,
Estoy muy de acuerdo con lo que señalas, aunque sí hay gente que no es auténtica en lo que hace. Es un tema de generalización. Porque alguna gente muy visible tenga actitudes cuestionables no se puede descalificar a ciertos principios, como la defensa de los derechos humanos, por ejemplo. Si se critica la inautenticidad de algunos, se debería proponer algo mejor. Sin embargo, en el país se ha establecido ya el "todo vale", uno de los daños creados por el fujimorismo y que curiosamente no quieren verlo muchos/as que lo condenan. Como país nos toca (re)descubrir otra vez el pacto social y el respeto a ciertos principio de convivencia.
Por cierto, está gracioso el Tumi achore. Te apuesto a que dentro de poco lo vemos plagiado (y editado) por ahí...Como para corroborar tu punto...
¿Cómo se puede saber quién ama la cultura por si misma y quién no? ¿Cómo se puede distinguir entre el escritor auténtico y el posero o figuretti? Es que los escritores caviar son poseros y los del lomo saltado no lo son? No basta la perspicacia medianamente ejercida para percibir estas situaciones. Es más, creo que es el asunto es tan complejo que es imposible establecer dicotomías tajantes, y a partir de prejuicios o complejos de inferoridad o superioridad, o de confianza en el instinto, juzgar y condenar apresuradamente a las personas.
Como diría el poeta Juan Gonzalo Rosé, para comerse un hombre en el Perú hay que sacarle antes las espinas, las vísceras heridas, los residuos de llanto y tabaco. Purificarlo a fuego lento. Cortarlo en pedacitos y servirlo a la mesa con los ojos cerrados…
Entonces, cómo hablar de psicoanálisis…
No hay problema si miramos hacia adentro, o mejor aún, apelando a nuestra naturaleza latinoamericana, si miramos al espejo que nos resulta más gratificante, el del vecino. Allí seremos testigos “casi” inocentes de nuestro propio y antropológico reflejo.
Preguntar, quién es quién en el Perú, resulta una inquietud demasiado usual, que de seguro la Reniec no podrá resolver. “Uno es lo que es”, responde un desempleado anónimo, que no tiene por el momento más afecto conyugal que el de su botella de ron.
Entonces, empecemos por Biología Básica, y preguntándonos, de qué nos alimentamos, de qué se alimenta un peruano promedio sumergido en la vorágine. Pues, para empezar, de carátulas, de portadas, de titulares al paso. Los kioscos son una especie de biblioteca suculenta y tribal que alimenta la córnea de nuestros ojos, a ese filtro crítico e ilustrado con el que calificamos casi todos los hechos de nuestra vida.
La prensa -y entiéndase cualquier tipo de prensa- ha terminado convirtiéndose casi en un tercer padre, o segundo maestro de nuestras posturas ideológico – políticas, incapacitándonos, en la mayoría de circunstancias, de sacar nuestras propias conclusiones, o de jugar con nuestras propias cartas. Pero no hemos de preocuparnos por ello, porque la solución estará a un clic de distancia. Estará siempre la televisión para hipnotizar y adormecer cualquier dolor; o, en todo caso, y como diría el gran filósofo contemporáneo, Homero Simpson: -estará el Internet para criar a nuestros hijos por nosotros-.
Por otro lado, un peruano es fuerte o débil según le convenga. La astucia es una herramienta de los que se la merecen; y en el Perú se dice que hay demasiados incautos que ameritan un timador, o al menos así se justifican los culpables, esos criollos que no se sonrojan en el espejo cuando peinan su cuartada.
El otro peruano, ése, el de la vereda de enfrente, trabajará más de ocho horas diarias, obviamente sin ganar horas extras. Cargará más de lo que aguante su espinazo, y todo por sacar adelante a una familia que apenas le sentirá el aliento de cansancio al anochecer. Difícilmente ese hombre podrá hablarle a sus hijos de las extravagancias del Luis Buñuel, o de los laberintos enigmáticos de Vargas Vila. Ese hombre habrá de enseñar, sin decir una palabra, que el sudor es una forma de vida, y un probable o único escape a la miseria.
El peruano también ama al fútbol en proporción inversa a los resultados que éste le pueda dar. Hace décadas seguimos haciendo memoria de los setenta, y homenajeando a quienes estarán cansados de cargar alguna medalla memorable más. El cuello se les luxará, tarde o temprano, de tanto recordatorio.
El peruano es un ser desprendido y servicial “por naturaleza”, algo caritativo, amable, claro, siempre y cuando su equipo haya ganado, y por goleada; pero será todo lo contrario si pierde, un carnicero malhumorado que ha apostado parte de su sueldo al equipo de sus amores. En esencia un Dr. Jekyll and Mr. Hyde. Hemos de ser optimistas en asuntos deportivos, y pesimistas en cuestiones de sacrificio para el progreso. Un profesor decía que todo cambio real se sustenta en las columnas del esfuerzo común y la tradición. ¿Será por eso que nuestro cambio es tan utópico? Habría que preguntarse cuáles son o fueron nuestras bases. Está quien levantará la mano y responderá que somos descendientes del imperio más grande de América, el imperio Inka (inka con “k”, Luis Valcárcel). Si jactarnos de dicha herencia nos hubiese llevado a algún lugar ya seríamos una potencia en egolatría, pero la verdad estamos lejos de concedernos tal reconocimiento.
En breve y taxidermista resumen nos ubicaremos como peruanos entre los latinos, entre los héroes de periódico y pícaros de novela, entre julbolistas de esquina (sic) y forjadores de empresa, entre cóndores y gallinazos sin plumas; entre los irremediables clichés de la alegría costeña, el misticismo andino y la festividad selvática; entre la demagógica y ambigua jerga de un político, y la dulce claridad de un Vallejo.
Por todo lo dicho, seremos protagonistas casi inocentes, casi culpables, casi satisfechos de ser peruanos. Y seguiremos así nuestras vidas, en este país, con la macondiana certeza de que Dios es peruano, pero el diablo, también. Perdonen la tristeza.
Querido Gustavo, me reiría de lo que escribes si no lo hubiera sufrido ya demasiadas veces. Esa actitud empieza demasiado pronto en la vida de muchos. Cuando fui profesor de secundaria, no tienes idea de toda la saliva que gasté tratando de demostrarle a muchos de mis alumnos--todos inteligentes, y además de recursos--que tratar el lenguaje con respeto y cuidado es fundamental para poder vivir en una sociedad donde nos respetemos unos a otros. "Floro" me decían. Lo que valía era "lo práctico", las matemáticas o saberes aplicados como la administración de empresas (en el colegio!). Y esa actitud provenía de chicos de colegio, de quienes solemos pensar que todavía están formándose opiniones sobre el mundo. En la mayoría de los casos, las opiniones ya estaban formadas, e iban básicamente en esa dirección: una visión mercenaria del lenguaje. Y eso no es demasiado distinto de cuando yo era alumno en el colegio. Solo quería señalar con esto que mucha gente viene con demasiados prejuicios desde casa, y arrastran este tipo de ideas sin escuchar razonamientos alternativos porque simplemente no le dan valor a las palabras. ¿Cómo se puede conversar así? Pues simplemente no se puede.
Repito el comentario que dejé antes porque el anterior tenía errores
Estimado Gustavo
Ya que aludes al racismo (y lo tan «peruanazos» que algunos se sienten ejerciéndolo), comparto en este foro un ensayo sobre este tema, el que para abordarlo me ha resultado muy útil la categoría psicoanalítica del fantasma
Claro que analizo desde esta perspectiva algunos casos de xenofobia en el extranjero, pero muchos criterios son extrapolables al caso peruano
Advierto que el ensayo es un poco largo (es un trabajo de la maestría), pero aspiro a que compense el tiempo de los lectores
Saludos cordiales
¿Cómo se puede distinguir entre el escritor auténtico y el posero o figuretti? dice un anónimo. No es posible porque muchos escritores auténticos son unos pavos reales de poseros y figuretis. A ellos no te queda otra que perdonarles su actitud aunque se te chocolateen de envidia impotente los testículos. Del posero y figureti que no es escritor auténtico, te das cuenta si te autoestafas y compras sus obras y encima las lees (se sabe bien que lo uno no implica necesariamente lo otro, en todo caso para mí que tengo como 15 o 20 novelas compradas que no he leído y creo que no leeré).
Para detectar imposturas te propongo un truquito: di por ejemplo que Artaud sostuvo que sin Dios el café es más rico, lo cual, of course, no es cierto. A los seis meses ya verás cómo un periodista de CORREO, citará con la mayor naturalidad de conocedor de Artaud la frasecita de marras. Un placer ayudarte.
ojtopik: ¿Alguien sabe donde puedo comprar "Técnicas de cuento" de Willard Díaz?
El anónimo de las 10:59 es el típico demagogo. Cree que el deseo legítimo de aspirar a un cargo desmerece la posición de compromiso con los grupos más vulnerables, una visión tan chata como la de aquellos que dicen: mira esa persona, dice que defiende a los pobres y está almorzando en restaurante de miraflores (¿?).
en fin, si no les da para más, ni modo
Gustavo, definitivamente gente que piensa asi existe y existira, el asunto es como abrir camino desde aquella vision parcial de nuestra sociedad, para ir hacia adelante; ese es el gran reto de todos, desde una posicion intelectual, política, profesional o ciudadana en general; como concluir ese mirar al otro como enemigo al que hay que cerrarle el camino para que no avance, en la dinamica del transito en nuestro Perú encontramos el sintoma y la enfermedad, no somos una sociedad colaboradora sino obstruccionista, aun si el que cierra el paso tambien se perjudica. Pienso que una manera de lograrlo, es cuando los intelectuales asuman una accion y un compromiso real para con la sociedad, se que suena a refrito y que teoricamente parece facil y no estoy en capacidad para dar una formula acabada para ello ahora, pero creo que la actitud personal seria un avance, proponiendo ideas fuerza y buscando consensos, desterrando de nuestra reflexion la palabra descalificadora, no digo que nos pongamos una venda en los ojos, sino que ante un hecho o actitud "incorrecta", encontremos un tema que lo supere intelectualmente y que por su fuerza moral o teorica, trascienda los efectos de lo negativo. Hay gente brillante en este pais, ayudemoslos a avanzar mas y desterremos la desconfianza; yo me quedo impresionado por la capacidad de mucha gente que comenta en este foro y en otros y me digo, joder, porque andamos tan disminuidos como sociedad si nos sobran talentos que tienen mucho para aportar, falta organizacion y antes, buena actitud, para que funcionemos; con nuestra geografia, recursos naturales y una efectiva movilizacion de las capacidades de artistas, intelectuales y profesionales, no nos para nadie como pais.
Qué lástima que el tipo que describes no se restringe a un solo país. Los denunciantes de lo políticamente correcto no sólo son “peruanazos” y están en todos lados. Ya estamos llegando a ese punto de ebullición en que todos son irreverentes, todos son escépticos, todos son irónicos, nadie necesita aprender nada nuevo y dentro de poco esa va a ser la postura políticamente correcta. De todas formas, creo que esta actitud infantil que también puedes ver en un sinfín de personajes televisivos, locutores radiales, comentaristas políticos, etc. ya está perdiendo su valor de shock y la credibilidad de sus juicios es cada vez menor. En definitiva es cuestión de tiempo para que ellos sean los que se vuelven objeto de burla y sus posturas sean vistas como moralina.
Gustavo
Tienes razón en que hay cierta mezquindad cuando alguien puede manejar su discurso mejor que el promedio del ambiente donde se maneja. Sin embargo, no he notado eso con Oblitas. Más bien me parece que hay cierta condescendencia con él.
Caso contrario es el de Uribe, a quien no le perdonan una. Su salida de la selección, por ejemplo, por hacer experimentos igual de excéntricos que Chemo o por un escandalete armado sin pies ni cabeza. En la tirria que le tienen muchos a Uribe creo que hay algo de racismo además de lo que tú apuntas.
Otra cosa. El ejemplo que pones del futbolista que no entrena pero no cobra no es exacto para el caso peruano. Sería dirigentes que contratan futbolistas por un sueldo que saben que no van a pagar y que encima exigen resultados, que es lo más usual. Acuérdate de ese dirigente de la u que reclamaba indignado a sus jugadores impagos mayor amor a la camiseta.
Un abrazo
Ernesto
Posición parcial, los cultos, los de aquí y los de allá etc. etc. Siempre dividiendo y no convocando. Incluso el post divide. ¿Alguna intensión persuasiva aparte de lucir la prosa polémica?
En buena medida llevas razón, pero en cierto modo ¿no crees que generalizas un poco? Pareces decir que siempre está mal que empleen esos términos, pero en ciertos casos quizá algunos sí merezcan ser llamados caviares o que tienen una moralina.
Hola 2:40 PM, soy a la vez 10:59 AM y 1:49 PM; mucho gusto. No está mal ir a restaurantes (caros) de Miraflores, ni tampoco a La Tour d’Argent o Maxim’s en París. Pero pagando con la suya pues, hermano, y no con la plata que viene de afuera para defender los derechos humanos. Tampoco está mal viajar en primera en los aviones, pero con la suya pues, hermanito. Tiene que dar rabia que pasen señoriales y a todo confort con la plata de uno mientras uno tiene que joderse en la incomodidad subsahariana de segunda con su comida de quinta. Pero seamos tolerantes y comprendamos las debilidades humanas y pase pues, okey. Pero si el comelón de Miraflores, al entrar se siente PERUANAZAMENTE (¡epa, Gustavo!) todo un personaje de la farándula de sus amores, y trata al mozo que le sirve y cuya plata se está gastando, tal como trataría un señor feudal al campesino a quien le desfloró la mujer por derecho de pernada, entonces perdona tú compadre que yo no te acompaño.
Peru, Peru, hasta cuando! Algun dia maduraras??
anónimo 7:28 PM dijo...
"Pero si el comelón de Miraflores, al entrar se siente PERUANAZAMENTE (¡epa, Gustavo!) todo un personaje de la farándula de sus amores, y trata al mozo que le sirve y cuya plata se está gastando, tal como trataría un señor feudal al campesino a quien le desfloró la mujer por derecho de pernada, entonces perdona tú compadre que yo no te acompaño".
De quién rayos estás hablando estimado anónimo? estás hablando de un caso concreto o estas imaginando cosas?
Claro que nadie tolera un trato así, ni aquí ni en ningún lugar, pero estas hablando de supuestos, cosas tuyas.
Yo no respaldaría un acto así ocurra en la realidad o en tu cabeza solamente.
Tal vez equivocadamente, me parecía claro que hablaba en metafórico para describir una actitud distante, en nada compasiva (en el sentido gringo del término) con el concreto mozo de carne y hueso aludido, algo que no es imaginación sino muy fácilmente comprobable acto de “peruanazidad”, en el que tanto tú como yo debemos haber incurrido alguna vez. Cuestión de diferencias, you know, de clases, de peruanazísimos señores “tan en su sitio”, mierda mental PERUANAZA que nos viene de las jerarquías católicas y virreinales. En ningún momento he hablado en sentido propio de siervos y señores feudales, pero eso sí: he querido expresar mi seguridad de que esos señores (subsumidas las damas) en el gobierno, tendrían más placer en tratar con el rey de España (nada en contra de él aquí, valga la aclaración) que con los pobres diablos que los eligieron.
De mi época de colegio puedo describir la ESTRATEGIA DEL MEDIOCRE, Cuando un escolar se esforzaba por aprender o hacer buenos trabajos era menospreciado como „sobón o chancón“ por una mayoria que pretende pasar piola tratando de evitar el contraste con una minoria aplicada.
Richard Webb escribió un artículo (EL POTRO SALVAJE Y LA HORMIGA
www.caretas.com.pe/2004/1847/columnas/webb.html ) basandose en un encuesta de 1962. Donde explica que gran parte de esta cultura de la mediocridad se debe a que los privilegiados socialmente no tenian que esforzarse para tener asegurado un cierto nivel de vida. Lo que pone en evidencia una de las razones de los fracasos la clase dirigente nacional que ha arrastrado a todo el pais.
En otro articulo posterior quiere dar a entender que algunas brechas sociales se han acortado, dando mas importancia al exito económico. Resalta el esfuerzo y la superación de empresarios que fueron muy modestos o informales (TIGRES PERUANOS Caretas).
Aunque de alguna manera la educación llega a una mayor proporción de peruanos, esta ha disminuido sustancialmente en calidad. Un Sr. Que fue escolar en la época de la encuesta explicaba que las Grandes Unidades Escolares construidas en la época de Odria tenia mejores maestros que las escuelas privadas.
Ahora hay mayor acceso a la educación pero de otra parte existe un escepticismo respecto a si terminar la universidad da posibilidades de conseguir un empleo en lo que se estudió. O un empleo sin mucha calificación puede dar mejores ingresos. Esta pregunta tambien se la plantean jóvenes en Alemania, donde las brechas sociales mas bien se hacen cada vez mas grandes.
Esa „estrategia del mediocre“ tambien podria explicar el comportamiento de lo que criticas en el actual post. Es decir un Macartismo criollo, limenho, costenho y hasta gamonal. Para justificar y perennizar el status quo social y de valores. Aunque no existe ningun canon de conducta o estrategia empresarial, economica, politica y moral. El solo hecho de actuar como si existiera y pretender estar del lado de la argolla pituca funciona en cierto modo.
el gamonalismo es serrano, no vengan a alterar la geografía y contrabandear
Siempre se existió el fenómeno del rico iletrado, gracias a los medios de comunicación este hecho se extiende como una mancha por amplios sectores de la sociedad, es así que la educación es una carga pesada y culturizarse parece inútil, el éxito se valora por la cantidad de dinero que ganas, o donde vives, o que marca es tu ropa...
Asi que el problema es de resentimientos, ¿no será de los "chancones" resentidos con delirios de grandeza? El autoexamen primero. Antes que intelectual se es ciudadano. OJO con esa observación
No.
Gustavo, te encanta decir izquierda caviar. Una reveranda huachafada, un tacle a los ojos del lector. Ouch.
A ti no te entran balas 7:15 PM. Tienes una coraza impenetrable de a prioris y prejuicios. Mientras no los cuestiones, todo está bien…..para ti. Congratulations man.
Me gusta esta frase:
"gran parte de esta cultura de la mediocridad se debe a que los privilegiados socialmente no tenian que esforzarse para tener asegurado un cierto nivel de vida."
Me gusta porque es una manera de leer el cuento "Paco Yunque" sin quedarse en la mera cultura del resentimiento. En todo caso, en el Perú no solamente los que están abajo sino también los que están arriba muestran mucho resentimiento. Si no me creen, vean el caso de Aldo Mariátegui.
¿Qué te pasa,Daniel, con mi amigo Aldito? El defiende sus viáticos y demás gajes viajeros y placenteros de su chamba.¿Acaso no tiene derecho a la high life? ¿Tú crees que sólo Dieguito García tiene derecho
precisamente la palabra GAMONAL sirve para incluir a los ninhos ricos de Cusco, Huancayo, Cajamarca, los hijos de madereros de Pucallpa. Que en gran parte han aprendido las poses de los limenhitos en sus estadias en la capital.
Publicar un comentario