Por qué nunca está de más leer antes de escribir
Quienes le hayan echado una mirada a mi post anterior habrán querido identificar al teórico de la conspiración al que me refiero. Para ser justo, diré que es un compuesto de varios personajes.
Pero tampoco hay que ser hipócrita: evidentemente la piedrita basal del personaje, su grano de arena fundamental, es César Hildebrandt, y el gatillo reactor fue su artículo de hoy en el diario La Primera, titulado Por qué odio los Oscar.
Pues bien, si los odios y los amores fueran asuntos racionales, dado que casi todos los datos que ofrece Hildebrandt en su artículo para explicar su odio son errados, el susodicho baixinho tendría que empezar a amar los óscares en este preciso instante. Y a rabiar.
¿Cuales son los datos? Pasemos a verlos, en la voz del mismo Hildebrandt:
"La llamada Academia... –un club endogámico donde los actores se premian entre ellos, las actrices se van rotando en el trono de mimbre y el lobby judío ejerce una influencia enorme– jamás premió a Hitchcock o a Kurosawa, a Bergmann o a Fellini".
Primero, un dato para el cinéfilo y ortógrafo Hildebrandt: Bergman se escribe con una sola "n". Segundo: tres películas de Bergman ganaron el premio a Mejor Película Extranjera, y Bergman fue nominado además otras nueve veces en categorías distintas y recibió un premio honorario especial de la Academia.
También una cinta de Kurosawa recibió un premio a Mejor Película Extranjera. Y Kurosawa mismo mereció un premio honorario por su carrera completa. Y Fellini... Bueno. Ningún otro cineasta en el mundo ha dirigido tantas películas ganadoras del Oscar a Mejor Cinta Extranjera como Fellini: cuatro en total.
"Nunca premiaron a Richard Burton porque les caía gordo que fuera tan borracho, tan talentoso y tan exitoso con sus mujeres (y que, además, recitara con voz de guarapero mundial a ese otro borracho glorioso llamado Dylan Thomas)".
Notable: los miembros de la Academia, nos informa el mejor periodista del Perú, nunca premiaron a Richard Burton porque recitaba poemas de Dylan Thomas (particularmente notable si uno descubre que Dylan Thomas era miembro de la Academia, como también Richard Burton, obviamente). Lo que olvida mencionar Hildebrandt es que la Academia nominó a Burton siete veces. ¿Lo hizo porque a sus miembros "les caía gordo que fuera borracho, tan talentoso y tan exitoso con sus mujeres"? Extraña forma de aborrecerlo, sin duda.
"No premiaron a Orson Welles por Ciudadano Kane, pero le dieron once de esas cosas doradas a Titanic, un naufragio de película".
Desbarrada. Orson Welles compartió con su socio Mankiewicz el Oscar al mejor guión original por Ciudadano Kane, y la película recibió ni más ni menos que nueve nominaciones. Todos los amantes del cine, y todos los fans de Welles, han leído alguna vez la historia (que Hildebrandt pudo haber encontrado en Wikipedia, ahora que se ha vuelto un cyberpunk): muchas salas comerciales rechazaron Ciudadano Kane porque el público no entendía qué era y abandonaba la cinta a la mitad; y debido a ello el estudio descuidó y postergó su distribución nacional, de modo que muchos miembros de la Academia no tuvieron siquiera la oportunidad de verla antes de la votación de aquel año.
"Le dieron once de esas cosas doradas a Titanic, un naufragio de película. Y encima convirtieron en non plus ultra como actriz a Kate Winslet, de quien nadie hablará dentro de cinco años".
Kate Winslet nunca ha ganado un Oscar. Fue nominada por Titanic, y por otras cuatro cintas, pero jamás ha ganado. (¿Será que recita a Dylan Thomas?). Y, por cierto, Titanic fue hecha hace once años. Si todavía le quedan cinco años más de fama a Winslet, no estará nada mal: más de quince años en total, en lugar de los quince minutos que calculaba Warhol. Y por cierto, es una estupenda actriz.
"Y en un año en el que había que premiar a actores negros porque así lo exigía lo políticamente correcto, entonces le dieron su Oscar a Forest Whitaker, uno de los peores actores que he visto en varias décadas de cinéfilo. Pero, claro, se lo dieron porque hizo el papel de Idi Amín y, en ese caso, la presión del lobby judío –el rescate de Entebbe: negro caníbal versus inteligencia israelí– hizo lo suyo. Como hizo lo suyo a la hora de premiar al insoportable Roberto Benigni por “La vida es bella”, una huachafada insultante para quienes de verdad sufrieron los horrores de los campos de exterminio nazis".
La primera frase de ese párrafo es lo más antojadizo del mundo: ¿por qué en el 2007 era políticamente correcto premiar a un actor negro y en el 2008 no ha sido políticamente correcto siquiera nominar a uno? Tonterías. Y decir que Forest Whitaker es un mal actor... Cualquiera que haya visto al menos Ghost Dog y The Crying Game sabe que decir eso es, por decir lo menos, un disparate.
Pero la otra parte del párrafo es la increíble. Préstenle atención: Hildebrandt dice que a la película sobre Idi Amín se le dieron reconocimientos porque el "lobby judío" entró a tallar para que se la premiara, esto debido a que la cinta discriminaba a los negros y destacaba la inteligencia heroica de los israelíes. Dejemos de lado la idea delirante de que se le dé un premio a un negro por una cuestión de corrección política debido a su actuación en una película que retrata a los negros como caníbales. Eso sólo lo entiende Hildebrandt. Aun más alucinante es lo otro: la idea de que el mismo "lobby judío" haya ejercido presiones para que se premiase a una cinta "insultante" contra las víctimas del Holocausto... ¿En qué cabeza cabe? Ustedes dirán.
"Y a El hombre elefante, ni el cobre".
No tanto. El hombre elefante fue nominada a ocho óscares. Y su director, David Lynch, que por supuesto ya debería haber ganado más de una vez, ha sido nominado él mismo cuatro veces como mejor director o mejor guionista. Por cierto: Lynch hace activa campaña para los óscares cada vez que una película suya está en competencia.
"No nominaron a Jodie Foster por Pequeño Tate,una película brillante, pero sí a Sofía Coppola por Lost in Translation, un aborto pentamesino de película".
¿Little Man Tate? Esto debe ser broma. Little Man Tate es una película cualquiera, una película para ver por la tarde del domingo si y sólo si el control remoto está demasiado lejos del sofá. Hildebrandt es inmensamente más conservador y tiene peor gusto que la Academia. Él critica "la elección sistemática de lo banal y lo externo" que ve en la premiación de la Academia. Si Little Man Tate hubiera recibido un Oscar a Mejor Película, sería sin duda el caso más bochornoso e inexplicable de toda la historia de los óscares.
"Lo que a mí me parece premiable no lo es para la mafia de Los Ángeles y lo que es maravilloso para la mafia a mí me parece, casi siempre, un fiasco".
Quizás eso demuestre que la Academia no siempre se equivoca. Como podrán comprobar, por ejemplo, quienes hayan visto a Javier Bardem a Daniel Day Lewis y a Marion Cotillard (foto) en las películas por las que fueron premiados ayer.
(Valdrá seguirla)