27.1.06

La última de Saramago



En un país ignoto, que podría ser cualquiera, o acaso una ciudad, poblada, quién sabe, por hombres y mujeres sin nombre de pila ni apellido, un día los Premios Nobel de Literatura extravían por completo la capacidad de imaginar fábulas propias, y deciden hurtar las ajenas. Las consecuencias de esa fantástica premisa abren un tour de force de maravillas y sorpresas en el que no otra cosa se cuestiona que la condición humana. Toda, todititita la condición humana.

No se trata del plan de argumento para una próxima novela de José Saramago. Es, más bien, la sospecha que se esconde tras la acusación de una escritora chilena que dice haber sido plagiada por el narrador portugués.

La historia es más llamativa que controversial.
Pueden ver los pormenores del caso, en el blog de Jorge Gómez Jiménez, editor de Letralia.com.

Cuando mucho, se podrá coincidir en que los argumentos de las novelas recientes de Saramago, formulaicos y predecibles, los puede imaginar cualquiera, o casi cualquiera, o, al menos, mucha gente. ¿Que la muerte deja de matar? Esa idea, según recuerda alguien en el blog de Gómez, aparece en un capítulo de La dimensión desconocida, y un episodio de Los Simpson. Y, si la memoria no me falla, también en una telenovela brasileña llamada O Bem Amado).

Así, es difícil acusar a Saramago de apropiarse de una idea ajena. Sus ideas son, casi casi, de dominio público. (Lo que, por supuesto, no es para nada lo más criticable de su obra; pero de eso hemos hablado en un post anterior).

Imagen: Saramago irrumpe en un Vermeer (fotomontaje: gfp).

1 comentario:

Martín Palma Melena dijo...

Al menos el artículo 8 de la Ley peruana sobre el Derecho de Autor (Decreto Legislativo 822) señala: «Está protegida exclusivamente la forma de expresión mediante la cual las ideas del autor son descritas, explicadas, ilustradas o incorporadas a las obras».

Y el inciso «a» del artículo 9 de la misma ley señala que no son objeto de protección por el Derecho de autor «las ideas contenidas en las obras literarias o artísticas».

Pero más allá de cuestiones legales, creo que es de sentido común afirmar que lo que protegen los Derechos de Autor no son las ideas sino las formas como éstas se expresan. Nadie puede atribuirse la autoría de ideas universales como la Paz o el Amor, sino sólo la manera de presentarlas. Esto podrá parecer obvio pero no está demás recordarlo para dilucidar controversias como las de Saramago y esta autora chilena.

Saludos