Hace ya casi una semana Abelardo Sánchez León publicó un interesante y breve artículo en El Comercio, un texto en el que, entre otras cosas, establecía una analogía entre la llamada polémica de criollos y andinos y la polarización de nuestro espectro político en los bandos enfrentados en torno a la figura de Ollanta Humala. El punto crucial de la comparación decía lo siguiente:
"¿Que quiénes son los andinos? Son quienes viven en aquellas regiones que no han tenido recompensas en el proceso de globalización, que se han incorporado mal, si lo han hecho, a los mercados externos y están lejos del famoso 'goteo' neoliberal. ¿Que quiénes son los criollos? Los que viven en la costa, herederos del mundo hispano, que ejercen el poder de la Ciudad Letrada, descrita por Ángel Rama, y coquetean con las ideas del progreso y el bienestar".
Es fácil darse cuenta del sentido de las palabras de Balo: en contra de la idea comúnmente aceptada del mestizaje como proceso unificador de la sociedad peruana, lo que existe en realidad es una duplicidad de sociedades, una de matriz andina e históricamente marginada de los procesos de incorporación culturales y económicos que conducen a la globalización, y otra, de matriz hispana, incluida en esos procesos. Balo ve a los primeros como proclives, en la coyuntura, a entregar su voto a Humala, y a los segundos, claramente, no.
Lo que me sigue resultando oscuro, y por ello me animo a escribir este texto, es la mención, que parece casi un acto reflejo y mecánico, a la ciudad letrada de Ángel Rama. ¿Es que Balo cree que todos quienes no tienen a Humala en el radar de sus preferencias, o los limeños en general, o, más extrañamente aun, todos quienes "coquetean con las ideas del progreso y el bienestar" en verdad "ejercen el poder de la Ciudad Letrada"?
Me resulta evidente que la noción de Rama implica, antes que una estratificación del poder dentro de una sociedad toda, una jerarquización del poder dentro de la llamada ciudad letrada (los famosos "anillos concéntricos") de modo que nunca bastaría con estar en ella para ejercer su poder. Es claro, también, que si Rama distingue entre la ciudad real y la teórica ciudad letrada, eso se debe a su necesidad de hacer ver que ningún lugar real de ninguna sociedad es solo asiento del poder, lugar de la ley o sitio de la hegemonía. En otras palabras, regresando a nuestro caso pero dentro de los parámetros de la teoría de Rama: vivir en la capital del Perú, y ser "heredero del mundo hispano", no coloca a nadie de por sí en una posición de poder, precisamente porque, dentro de la ciudad real, sólo tienen poder los que entran en la lógica del universo letrado (ésa es la etérea ciudad letrada), y tal cosa, está claro, ha quedado históricamente reservada a unos cuantos.
Pero aún faltaría aclarar algo más importante: quedaría por decir si el poder en el Perú se ejerce desde un lugar que guarde alguna relación con la ciudad letrada de Rama. Y más todavía: se tendría que explicar por qué los ideales de "progreso y bienestar" de la mayoría de los limeños tienen, según se entiende en el artículo, su origen o su justificación en la ciudad letrada. Yo, a priori y sin ningún estudio que justifique mi observación, me atrevería a decir que no es así, que en los sectores de la sociedad peruana donde la idea de progreso es más visible, lo que reina es una inclinación capitalista y una lógica de la ganancia material inmediata, y que eso se suele dar en un marco en el que cualquier forma tradicional de cultura, incluyendo todas aquellas que fueron durante siglos, según Rama, la savia circulante de la ciudad letrada, tienen poca o ninguna importancia.
Y no es que no existiera una lógica de la ganancia y una utilización inmediata del poder dentro del marco de lo que Rama llamó la ciudad letrada; es que ahora, al parecer, esos impulsos no necesitan un discurso articulado que los justifique: quienes ejercen el poder pueden hacerlo desde la más iletrada de las desarticulaciones; la letra, la ley, han dejado de ser sus instrumentos primordiales. Y en la forma en que parecen aceptar ese escenario, los "dos perúes" coinciden admirablemente.
Imagen: Balo y la ciudad. Fotomontaje: gfp.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
7 comentarios:
¿Pero lo ejercen "los limeños"?
¿El poder, en el Perú, no se ejerce desde Lima y algunos balnearios?
Pero esa no es la pregunta, Ernesto. ¿O acaso estás diciendo que ese 75 por ciento de los limeños que no han votado por Humala son "los poderosos"?
Lima siempre ha tenido una postura más conservadora que el resto del Perú. Creo que eso se debe a una mayor cercanía al poder. El centralismo no sólo beneficia a las capas altas, también a los estratos de menores recursos que viven en la capital (mayores programas sociales, mejores servicios, etc). Con esto no digo que el 75 por ciento que no votó por Humala votó por los poderosos, ni que el 25 que sí lo hizo votó contra lo establecido, por si acaso.
Me parece, volviendo a tu pregunta, que en el Perú, para ejercer el poder, se ha necesitado establecerse en la capital (al menos durante el siglo XX hasta nuestros días). Si tu pregunta a Castañeda se refiere a si todos los limeños ejercen el poder, es obvio que la respuesta es no. Pero a mí, sin un estudio previo y basado en mi experiencia, me parece también obvio que para acercarse al poder debes ser limeño o acoplarte a la sociedad limeña. No sé si sirva de ejemplo pero un dato que se me viene a mente es que los ex presidentes que hemos tenido de provincia son personas que han hecho su carrera profesional en Lima. Y en ese saco también entraría el cuco actual si es que gana la segunda vuelta, pues su carrera la habrá hecho en provincias y el exterior pero su casa familiar está en Lima y no en Ayacucho.
Lo que sí creo que coincido contigo es que llamar ciudad letrada a los poderosos del Perú es excesivo. A los que sabemos no nos llaman, Gustavo.
Sebastián
Al decir que Lima es más conservadora que las provincias me refería que, por tradición, Lima vota más a la derecha que el resto. Eso se puede comprobar en todas las elecciones, al menos de las que tengo noticias. La razón es, creo yo, lo que tú propones al final de tu post:
"Por otro lado, si por "conservadora" te refieres a que Lima trata de conservar el poder centralizado que la caracteriza, bueno, eso es evidente."
Por otro lado, me parece que una etiqueta como provincianismo denota un gran prejuicio centralista.
Pero se te habrá pasado, en su momento, la noticia sobre las elecciones municipales limeñas ganadas por Alfonso Barrantes y Jorge del Castillo por sobre candidatos de Acción Popular y el PPC.
Bueno, más la de Barrantes, ¿no? Pues Del Castillo era candidato del oficialismo en ese momento. Pero, ya que lo mencionas, la elección de Barrantes es un caso singular pues debe ser la única vez (o una de las pocas veces) que ganó la izquierda en Lima.
Publicar un comentario