Zoe Valdés, la escritora cubana residente en Francia, invitada esta semana a la Feria del Libro de República Dominicana, en cuyo marco estaba prevista su conferencia Cuba: ficción y realidad, debió soportar que su presentación se volviera escenario para enfrentamientos entre fidelistas y antifidelistas, tanto cubanos como dominicanos, que acabaron por transformar la charla en un caos de gritos y vociferaciones.
Valdés no dejó de decir lo que quería decir sobre Castro: el suyo, afirmó, "es un régimen de una crueldad tremenda; es un hombre que sencillamente ha utilizado al pueblo de Cuba para hacerlo su finca, en la más cochina tradición de su padre latifundista".
Desde días antes, según dice el cable de AP, se había advertido de presiones del gobierno cubano para evitar la realización del evento, y el mismo día de la conferencia circularon folletos impresos con mensajes en contra de la narradora cubana.
¿No era que los dinosaurios iban a desaparecer? Parece que no. Los castristas aún piensan que hay intelectuales con derecho a hablar e intelectuales con la obligación de guardar silencio, y las reacciones matonescas siguen a la orden del día entre ellos. No es una realidad que nos vaya a extrañar a los peruanos, obviamente: durante el próximo mes vamos a tener la oportunidad de presenciar el show de búfalos y nacionalistas topando cuernos en todos los rincones del país.
Imagen: Zoe embanderada: un balconazo frustrado. Fotomontaje: gfp.
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