22.6.07

Quemalibros, matagente

Salman Rushdie en peligro & los sabios de Pakistán

Parece parte de una saga novelesca: en 1977, Muhammad Zia Ul-Haq condujo un golpe de estado en Pakistán, derrocando con ello al primer ministro Zulfiqar Ali Bhutto. Treinta años más tarde, el hijo de Ul-Haq es ministro de Asuntos Religiosos de su país y su mayor enemigo es otra ex primera ministra pakistaní: Benazir Bhutto, la hija de Zulfiqar.

Ayer,
Bhutto ha hecho público un comunicado criticando a Ul-Haq a raíz de que este último endosara su apoyo --públicamente, en el parlamento pakistaní-- a cualquier musulmán fiel que quiera llevar a cabo el asesinato del escritor Salman Rushdie, todo esto debido a que Rushdie recibiera la semana pasada un título honorífico de la corona británica.

Hay otro personaje en la trama:
Allama Tahir Ashafri, el presidente del Concejo de Ulemas de Pakistán, quien ha hecho pública la decisión de los miembros de dicho organismo de otorgar a Osama Bin Laden el título de saifullah: "espada de Dios", en respuesta al honor concedido a Rushdie.

Por supuesto, se sabe que esta no es ni por asomo la etapa más riesgosa en la vida de
Rushdie, quien ya soportó durante años una fatwa en su contra, ya vivió mucho tiempo enterrado en refugios, perseguido por guardaespaldas y resguardado por agentes de inteligencia, ya vio arder piras de libros suyos en todos los países del mundo árabe, además de las ciudades de Bolton y Bradford, en el Reino Unido, y ya atestiguó el incendio, en 1988, de dos librerías de Berkeley, California, que se atrevieron a vender sus libros en contra de las amenazas de los fanáticos.

Poco de lo que cuento es noticia a estas alturas. Sólo quiero hacer notar un detalle tan chocante que acaba por resultar absurdo: el Concejo de Ulemas de Pakistán ha decidido que
Salman Rushdie y Osama Bin Laden sean puestos en los platos de la misma balanza: el escritor de fábulas y el asesino en masa, el autor de libros y el terrorista.

Resulta difícil entender la ética de esa reacción, pero también resulta difícil comprender el mensaje que ella implica: ¿es que los ulemas pakistaníes están tratando de decir que
Rushdie es un campeón de cierta causa, así como, creen ellos, Osama Bin Laden lo es de la causa de los musulmanes radicales? (Algo parece no cuadrar en esa idea). Claro, no cabe suponer que el mensaje de los ulemas sea que Rushdie no es menos asesino ni menos criminal que Osama, de modo que, al parecer, toda la paridad se reduce a eso: para los ulemas, el escritor crítico es la quintaescencia del mundo corrupto que ellos quieren combatir, y el fanático saudita representa lo mejor del mundo que defienden.

Ulema significa "sabio". ¿En qué momento se volvió cosa de sabios mandar a matar escritores y premiar asesinos? Ciertamente, no es un fenómeno reciente. Y también los cristianos han mandado libros a la hoguera, más de una vez en compañía de sus autores. Los judíos, incluso los ortodoxos, han sido infinitamente menos violentos en ese aspecto, pero también entre ellos ha habido casos de beligenrancia ante la difusión de libros que consideraran despreciables.

Parece que ninguna cultura es lo suficientemente bibliocéntrica como para asumir que los libros y su multiplicación pueden ser buenos de por sí. Hay, lamentablemente, varias "religiones del libro", pero ninguna "religión de los libros".

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo participaria de la guerra santa contra los libros de autoayuda y gozoso los quemaría.

LuchinG dijo...

Secundo la moción, pero me pregunto: ¿cómo?

Anónimo dijo...

En el Perú yo sé que hubo una quema de libros de Vargas Llosa en el Leoncio Prado pero no he escuchado sobre otras. ¿Alguien sabe?

Anónimo dijo...

En mi modesta opinión, el problema que en realidad está tratando el señor Gustavo Faverón es el conflicto entre la visión postmoderna y moderna por un lado y la visión tradicional por el otro. Si uno es postmoderno y moderno verá a los tradicionales como los culpables de los conflictos actuales en el mundo y si uno es tradicional verá a los postmodernos y modernos como los responsables Obviamente, la explicación no puede reducirse a esta tosca generalización. Así que hare algunas puntualizaciones: En algunos países árabes todavía la visión tradicional tiene bastante poder (nadie niega por otra parte que todos los países del mundo hayan recibido en mayor o menor grado los vientos de la modernización, pero es el mundo árabe el último bastión de la visión tradicional), pero debido a los siglos de lucha contra la modernidad y ahora la postmodernidad esta visión tradicional ha degenerado en una parte de ella, aunque no en la totalidad de los árabes tradicionales, en tradicionalismo, es decir, en fundamentalismo, que se diferencia de la tradición en el hecho de que los tradicionalistas quieren volver al pasado a sangre y a fuego (la época de oro de los califatos), mientras la visión tradicional acepta los cambios positivos y rechaza los negativos que le ofrece la modernidad, y mantiene lo positivo del pasado, es decir, los principios en que se basa su civilización. Osama Ben Laden es un caso evidente de tradicionalismo y en Occidente lo fue Francisco Franco (cerrar las fronteras de España tanto a la contaminación de Occidente como al peligro comunista, dos fuerzas modernizadoras) y en Latinoamérica de cierta manera lo fue Pinochet en sus primeros años de dictadura (como en el caso de Franco se declaró defensor de la religión católica contra el comunismo, pero el apoyo de Estados Unidos y la modernización económica lo llevaron más prontamente que Franco a cambiarle la faz a Chile). Para mí es evidente que cuando el mundo tradicional está en decadencia se convierte masivamente en tradicionalismo, en una versión degenerada, tergiversada y horrenda de la tradición (Esa es la diferencia que un escritor moderno y postmoderno como Vargas Llosa no ha sido capaz de percibir cuando endilga a diestra y siniestra los términos barbarie, oscurantismo, salvajismo, atraso, etc.). Y también es evidente que el tradicionalismo es un peligro constante para la tradición en cualquier época histórica: la religion de amor y paz de Cristo desembocó en las hogueras de la Inquisición. Sin embargo, creo que desgraciadamente los modernos y postmodernos en muchos casos equivocadamente confunden sin el menor examen tradición con tradicionalismo. A pesar de los muchos atropellos e infamias del pasado, nadie puede negar que si comparamos la época de oro de los califatos y lo que representa hoy en día Osama Ben Laden notamos de inmediato la diferencia, los árabes en ese entonces eran la sociedad más adelantada y completamente tradicionales (nadie va a negar las guerras santas de esa época, pero hay que recordar que la modernidad por su parte está plagada de genocidios perpetrados por los occidentales y muchos de ellos con el objetivo expreso de destruir sociedades tradicionales y convertirlas en modernas).

Ahora bien, cómo entienden los ulemas, los sabios del mundo musulmán esta situación. Desafortunadamente, los líderes religiosos tradicionales (no me refiero a los tradicionalistas, que son feroces) del mundo musulmán en su mayoría ven en la modernidad, que para ellos está representada por los Estados Unidos y Europa Occidental, a la encarnación del mal. Un amigo mío estadounidense que estuvo por un tiempo en Pakistán me mostraba con un razonamiento que a algunos les sorprenderá lo ciegos que están los mulás y ulemas: ¿Cuál es el país que más Biblias produce y consume? Pues los Estados Unidos. Lo que quería decirme mi amigo es cuán estúpido es creer que los Estados Unidos y Occidente son una encarnación de una modernidad secular antirreligiosa y sin valores, pero a esa conclusión estereotipada han llegado los "sabios" del mundo musulmán.

¿Pero cuáles son nuestros esteretipos como individuos modernos y postmodernos? Para comprender la visión del mundo tradicional hay que recordar que en la Edad Media europea las biblias escritas en latín estaban encadenadas al altar mayor, con el objetivo de impedir que caigan en manos de alguna persona o personas que pudieran malinterpretarla, trastocar el mensaje bíblico y expander el error. Los modernos y postmodernos pensamos que la verdadera razón detrás de esto fue que las autoridades religiosas deseaban mantener el monopolio de la interpretación y por ende del poder que tenían en la sociedad. Pero pongamonos solo un momento en los pies de una vision tradicional para la cual este texto era uno de caracter sagrado, lo más importante para el ser humano y la sociedad. Aceptemos que esto es posible por un momento incluso si en el fondo consideramos que lo que acabo de escribir es una mentira que inventó la iglesia católica en su propio beneficio y que cada uno de nosotros está en el derecho de interpretar cualquier texto como le dé la gana. En este sentido, podemos entender lo grave que fue para los musulmanes tradicionales la ofensa que supuso el libro Los versos satánicos de Salman Rushdie. Por supuesto que esto NO justifica NI explica la condena a muerte del escritor británico, ya que esto no es producto de una vision tradicional sana, sino de su degeneración en tradicionalismo, que era evidente en las enseñanzas del Ayatollah Jomeini (en el artículo del señor Faverón en ningún momento se designa que los ulemas hayan pedido la cabeza de Rushdie, la fatwa provino de Jomeini). Y que por supuesto esto no va en consonancia con una religión del amor como es la musulmana (por lo que el ministro de asuntos religiosos de Paquistán está completamente fuera de foco, traicionando lo que dice defender), como las hogueras de la Inquisición no estuvieron en consonancia con los Evangelios, pero hay que recordar que quienes dirigen las organizaciones religiosas son seres humanos capaces de lo más sublime como de lo más abyecto. Y recordemos que esto pasa en todo orden de cosas, no solo las religiosas, porque el ser humano puede fanatizarse con cualquier ideología política, social, etc.y convertir el mensaje más loable en la justificación de los peores crímenes.

Por último, quisiera referirme al siguiente párrafo del señor Faverón: “el presidente del Concejo de Ulemas de Pakistán, quien ha hecho pública la decisión de los miembros de dicho organismo de otorgar a Osama Bin Laden el título de saifullah: "espada de Dios", en respuesta al honor concedido a Rushdie.” Yo creo que los ulemas en este caso están devolviéndole la cachetada a Occidente, en otras palabras, le están diciendo a los occidentales: si ustedes premian a alguien como Salman Rushdie que ha ofendido nuestras creencias más profundas, pues nosotros premiamos a alguien como Osama Ben Laden, que es el personaje más odiado por Occidente. No creo que con esto estén diciendo que consideran a Ben Laden “lo mejor del mundo que defienden”. Sin embargo, concuerdo con el señor Faverón en que poner en la misma balanza a Salman Rushdie (excelente escritor por cierto, quien se ha convertido al Islam hace años, después de publicar Los versos satánicos y a pesar de la condena a muerte lanzada por el Ayatollah) es algo peor que un despropósito, es una insigne estupidez, que los deja muy mal parados y lo que es más grave los desliza peligrosamente al lado del fundamentalismo de un personaje que no es nada más que un sanguinario asesino.

Me he extendido demasiado, queda un tema muy importante mencionado en el artículo en cuestión: ¿es superior la visión occidental por la libertad que le otorga al individuo para escribrir o hablar sobre lo que le dé la gana y de la manera que quiera o es superior la visión tradicional (NO el tradicionalismo) que defiende lo sagrado como lo más importante para la vida humana? ¿Pueden ser compatibles la modernidad y la postmodernidad por un lado y la tradición por el otro? ¿O están condenados a luchar hasta que uno destruya al otro?

Anónimo dijo...

En el primer gobierno de Belaunde el lechuzón Alva Orlandino organizó quemas de libros cuando era ministro del Interior. Una auténtica bestia.

Anónimo dijo...

Sobre quema de libros:
http://members.fortunecity.es/casadelpoeta/vale-set.htm

LuchinG dijo...

El anónimo de las 7:45 ha hecho que me pierda en algunos pasajes pero creo que logra poner sobre el tapete una cuestión para la que yo no tengo respuesta. Propongo cambiar de flanco con un tema sobre el que casi todos tienen una posición: el aborto.

(Simplifico las cosas para no extenderme demasiado... ¡ejem!)

Una buena parte de los creyentes dicen que es una inmoralidad, porque el alma se crea en la concepción, y en consecuencia el aborto es un asesinato.

El grupo contrario (entre los que me cuento) dice que el ser humano es algo más que un montón de celulas juntas. Exactamente en qué momento se convierten en un ser humano es algo que podría discutirse, pero hay un gran margen de seguridad.

Ni lo creyentes pueden presentar pruebas de la existencia del alma, ni los no-creyentes pueden probar lo contrario a los creyentes.

¿Quién tiene la razón?

Anónimo dijo...

luching que tiene que ver el aborto con todo este asunto????

Anónimo dijo...

Sugerente reflexión la del anónimo de las 7:45:00 PM, opinión extensa y para nada modesta. tricundo la moción de Luching para meter mano en la quemadelibros. pero todavía estoy asimilando algunos datos opinables asssssssssique mas tarde traeré a colación algunos pareceres.
mientras te recuerdo Faverón que en el Perú hay cada Franco y cada Pinocho, digo Pinochet, que fiuuuu de hacerse los locos pasan a hacerse los revolucionarios como quien no quiere dar vuelta al parque
jaaaaaaaaaaaaaaaaa
Esos tarde o temprano terminan sin pena ni gloria en la mismisima hoguera

¿cómo y cuándo?

tiempo al tiempo

LuchinG dijo...

Un blasfemo, alguien que socava el mensaje de un dios ante los ojos de los fieles, alguien que relativiza lo absoluto y lo hace mundano, alguien que le roba el espacio a la palabra de dios, torciéndola, alguien cuya mente ha sido contaminada por el demonio, un infiel que sin lugar a dudas está condenado al infierno, al parecer (para algunos) no tiene más derecho a la vida que un montón de celulas que todavía no es un ser humano (para algunos otros; entre ellos, yo).

Yo me estaba yendo más por el lado matagente que el quemalibros.

Anónimo dijo...

Disculpen que use este blog para terapia personal, pero me tengoquie sacar esto de la cabeza.

Acaba de pasar esto: Un pata de mi piso está hablando son otra persona sobre cómo maneja el estado sus planillas:

Intervengo:

- Pero eso del SUTEP es un problema del sindicato, no del estado.

- La culpa es de la cúpula, esos son los que no dejan que haya reforma educativa.

- Ok, pero el gobierno no puede hacer mucho porque si los toca se arma un lío de la patada, tiene que hacerlo de a pocos.

- No, acá lo que deberíamos hacer es un pinochetazo, los quemas a todos y listo, se acabó el problema.

- Mira, entiendo que ganas no te falten, pero por principio - digo sonriendo, como para aclarar que no trato de ser ofensivo- no se puede.

- Pero si con Pinochet...

- Mira, mira -lo interrumpo, siempre tratando de no perder el buen humor- con Pinochet a uno lo agarraban porque aparecía en la agenda de otra persona; yo de todas maneras caigo porque tengo amigos de izquierda, pero si de eso se trata, yo ahorita te anoto en la mía con tres estrellitas al lado de tu nombre.

Él se empieza a reir y dice: "bueno, pero eso es al final, primero la pasamos bien unos veinte años"

Y regresamos a trabajar.

Y después me preguntan porque prefiero la blogósfera a la vida real.

Anónimo dijo...

Desde Almendralejo.invento a ds. a visitar mi 2º BLOG, su dirección es: gomato.blogspot.com
Gracias.-