21.10.07

Femifobia

Bloom, Reich-Ranicki y el Premio Nobel

"La ociosidad es la madre de todos los vicios. Y la ignorancia es soberbia (y estúpida)". Así comienza su última columna en La República mi siempre estimada Rocío Silva Santisteban.

¿A qué alude? A la irritante pobreza con que buena parte de la prensa peruana ha informado sobre el Premio Nobel concedido a la narradora británica Doris Lessing, y a cómo en la mayoría de los casos el lament
able trabajo de los redactores culturales se ha reducido a voltear malamante un mismo cable que recogía declaraciones adversas a la elección de Lessing, vertidas por el teórico norteamericano Harold Bloom y el crítico alemán (polaco de nacimiento) Marcel Reich-Ranicki.

Comparto el espíritu de la crítica de Rocío, pero no los detalles: Rocío concluye ese primer párrafo sugiriendo que la desidia de cierta prensa para cubrir la noticia se debería al hecho de que la ganadora del Nobel haya sido una mujer. En verdad, hace más que sólo sugerirlo: "¡Qué casualidad, justo cuando se trata de una mujer!", escribe.

Creo que Rocío está siendo benevolente. Con la mano en el corazón, habrá que preguntarn
os: ¿cuántas personas en la prensa cultural peruana, en general, son capaces de hacer otra cosa que voltear artículos y acatar cables? ¿Cuántas hacen más? Y, entre quienes tienen el interés y la voluntad de hacerlo, ¿quiénes tienen los conocimientos? ¿Cuántos de nuestros periodistas culturales han puesto alguna vez las manos sobre la carátula de un libro de Lessing? ¿Cuántos han escuchado alguna vez el nombre de los veinte o veinticinco candidatos voceados para el Nobel este año?

Si el premio se lo hubiera llevado, digamos, William Gass, o Cees Nooteboom o JMG Le Clezio, ¿entonces los redactores de culturales, en celebración de su inteligencia machista, habrían compuesto informadísimos elogios de esos autores? Lo dudo mucho.

(Por último: puedo pensar al menos en cuatro o cinco medios de prensa limeños cuy
as secciones culturales cuentan con mujeres francamente insospechables de misoginia; lo que pasa es que muchas de ellas no son tan insospechables de vagancia crónica y desconocimiento, como tantos otros de sus colegas varones).

Una cosa más: me parece impreciso que Rocío meta en el mismo costal a Harold Bloom y Marcel Reich-Ranicki. Y no lo digo porque uno de ellos me caiga mejor que el otro, o porque quiera defender a alguno, sino porque son muy diferentes (una rara coincidencia entre ambos, que menciono sólo como curiosidad: los dos comparten el rasgo de haber hablado yidish en la infancia como lengua materna).

Bloom es un teórico que ha viajado de la crítica postestructuralista a una suerte de teología lírica y heterodoxa, no poco marcada por la tradición hermenéutica hebrea, y que se ha movido por lo común a la derecha del resto de la academia americana. Reich-Ranicki es un ex miembro del Partido Comunista (un judío encerrado en el ghetto de Varsovia y rescatado del Holocausto por la intervención del Ejército Rojo) que nunca se ha llegado a derechizar hasta los extremos de su colega norteamericano.

Rocío se refiere a Reich-Ranicki como un "epígono" de Bloom (en verdad, el artículo dice "epónimo", pero entiendo que eso es una errata) y alude a Der Kanon, el monumental proyecto de Reich-Ranicki, como una simple copia de The Western Canon, el influyente y arbitrario libro de Bloom.

Eso no es exacto, al menos no de la manera que parece implicada: Der Kanon no es precisamente un libro del cual Reich-Ranicki sea "autor", sino una biblioteca de clásicos germánicos editada por el crítico. Yo sólo he visto (y de ninguna manera leído, claro, porque no sé alemán), los volúmenes dedicados al drama, y son nueve tomos de varios cientos de páginas cada uno. Los volúmenes de novela son veinte, los de cuentos son once, los de ensayo son seis. Y hay decenas más por venir, con autores que van desde Marx hasta Rosa Luxemburgo y desde Goethe hasta Max Frisch, Thomas Bernhard o Gunter Grass (muchas veces rival de Reich-Ranicki).

Por supuesto, aún se puede alegar que el espíritu es el mismo, que Bloom con su ensayo y Reich-Ranicki con su biblioteca, están asumiendo el rol de árbitros canónicos, dictaminando qué vale y qué no vale la pena en las tradiciones a las que se refieren esos proyectos (el de Bloom, a todo Occidente; el de Reich-Ranicki a la lengua alemana).

De hecho, Bloom defiende en The Western Canon la idea de que los autores que él elige son el cimiento mismo de la tradición occidental, y las columnas y las vigas que sostienen el edificio de nuestras costumbres y nuestra moral: que esos libros definen nuestros valores y nos definen a nosotros mismos, en lo que somos y en lo que debemos ser.

Reich Ranicki ni por asomo considera su trabajo de la misma índole: quizá esta cita suya --extraída de una entrevista de Julian Schütt en la que éste le pregunta a Reich-Ranicki cuáles son los grandes valores germánicos que quiere rescatar en su proyecto-- ayude un poco a despejar esa confusión:
"No hay valores eternos aquí. Sólo edité Der Kanon porque una colección como ésta es algo que yo hubiera querido tener en mi juventud. Yo quería saber qué cosas merecía la pena leer. Pero Der Kanon no es ni una directiva ni un decreto. No es nada más que una recomendación para los lectores".
Ahora bien, por otro lado, Rocío llama a Bloom "femifóbico" y, como parece considerar al alemán el vivo retrato del otro, supongo que lo ve de igual manera. Aquí la cosa es más compleja: en la misma entrevista Reich-Ranicki dice alguna de esas cosas que le han hecho la fama de misógino. Por ejemplo: que no hay autoras teatrales alemanas que siquiera arañen las cumbres que el teatro escrito por hombres ha alcanzado en esa lengua.

Me gustaría refutarlo; supongo que eso se podrá hacer recurriendo a nombres como el de Elfriede Jelinek, y que hacerlo será fácil para un entendido. Pero yo, ni siquiera en mis años de pasión por Dürrenmatt, Weiss, Brecht, etc., me di con teatro escrito por mujeres en alemán, así que pido disculpas por mi incapacidad de respuesta concreta.

(Eso sí: entre los más o menos mil quinientos textos que Reich-Ranicki recogerá en los volúmenes dedicados a la poesía en Der Kanon, las autoras mujeres ocupan un espacio muchísimo más visible, y lo mismo sucede en los otros géneros).

Pasemos a Bloom: Rocío, como dije, lo llama "femifóbico" y también "anglocéntrico". The Western Canon, qué duda cabe, es anglocéntrico: de los veinticuatro autores que considera centrales en la historia literaria de Occidente, trece, más de la mitad, son angloparlantes. Y de los once que no son angloparlantes, ninguno es una mujer. Ahora bien, de los trece angloparlantes, cuatro son mujeres: Jane Austen, George Eliot, Emily Dickinson y Virginia Woolf. Tal parece que a Bloom se le puede acusar de anglocéntrico y de femifóbico, pero no de ambas cosas a la vez. De hecho, The Western Canon parece implicar la idea de que la piedra angular de la historia de la novela inglesa es eminentemente femenina.

Más interesante aun para el caso es el espíritu de otro libro de Bloom: The Book of J, un libro discutible y difícil de confiar, pero también una vigorosa especulación y uno de los más interesantes ejercicios de deconstructivismo que quepa imaginar: Bloom lee el llamado "Libro de J" (una suerte de ur-libro bíblico, que sería el origen de tres distintas partes del Pentateuco y cuyos restos se encuentran esparc
idos en esos otros libros), como producto de la escritura de una mujer, una mujer de enorme talento, intelectualmente sofisticada y de cierta notoriedad en la élite postsalomónica.

Lo importante (teniendo en mente esa acusación de femifobia) es el objetivo de Bloom en The Book of J: probar que los libros de la Biblia podrían leerse de modo tal que toda justificación del patriarcado y del poder del hombre sobre la mujer quedara desactivada, desacreditada e injustificada desde el punto de vista de la tradición religiosa: es un intento de desmontaje de una de las estructuras culturales más activas en la segregación contra la mujer.

Bloom no me parece, sinceramente, alguien a quien quepa atacar por misoginia o por un rechazo particular contra la obra de las mujeres y su importancia en la tradición literaria. Bloom sí ha sostenido, en cambio, una larga batalla contra cierto tipo de feminismo: el de quienes dicen que hablar de rasgos típicamente femeninos en cierta escritura es una reducción esencialista. Bloom sí cree en la existencia de tales rasgos. Lo curioso es que también creen en eso, por necesidad a veces y a veces por simplificación, los críticos y las críticas que ven el mundo dividido en, por ejemplo, "poesía escrita por mujeres" y "poesía escrita por hombres".

Más de una feminista peruana, por ejemplo (y ya no estoy hablando de Rocío, aunque sí me encantaría escuchar sus comentarios al respecto con mayor holgura) es bloomsiana de corazón, aunque prefiera no darse por enterada.

PD: Entre los comentarios a este post hay uno enviado por Rocío Silva Santisteban, les pido a los interesados que lo lean con atención.

Retrato de Bloom por John Abbott. Tomado de aquí. En las otras imágenes: Reich-Ranicki, George Eliot y Emily Dickinson. Bloom considera Mddlemarch, la novela de la primera, la piedra basal de la moderna novela inglesa; un lugar similar otorga a la obra de Dickinson en poesía.

32 comentarios:

Anónimo dijo...

jajaja... qué tal escueleada!
Mi breve reacción no va por lo literario sino sobre la "femifobia". No es ya fastidioso tener que escuchar siempre esas reacciones exageradas acusando al resto de misoginia solo porque a fulana de tal (en general, cualquier mujer) no se le dio tal cobertura o se le criticó mucho?
Me molesta tanto como cuando la gente asume de entrada que quien critica a Toledo es por una cuestión de racismo. Como si por ser mujer o cholo, o gay, o todas esas categorias creadas por "acción afirmativa" uno no pudiese tener algun tipo de objeción.
Insoportable.

Gustavo Faverón Patriau dijo...

Les recuerdo a los comentaristas que las observaciones de carácter personal no se publican salvo que vengan firmadas.

Anónimo dijo...

Uno podría ver las caras de todos los boxeadores del mundo y decir que es demasiada coincidencia que la gran mayoría sean negros, y por supuesto que es demasiada coincidencia; pero eso sólo indica que las razones por las que esas personas llegaron a esa profesión es racista, no indica que dentro del box haya racismo a favor de los negros. (Hecho, en el 2006 me parece que de los cinco cincurones importantes, 4 campeones de peso pesado eran blancos de repúblicas ex-soviéticas y uno era árabe.) En literatura, podríamos decir que la razón por la que las mujeres no llegan a la profesión literaria tiene algo que ver con el machismo, porque es demasiada coincidencia que en una población en la que los hombres y las mujeres tienen una proporción de 50/50, las mujeres que entran en la profesión son muy pocas; pero no significa que dentro de la profesión literaria haya machismo.

De que lo hay, lo hay, porque la gente no crece en los árboles y esta sociedad es bastante machista, pero lo mejor que se puede hacer para combatirlo es denunciar casos específicos.

Vicky dijo...

Muy interesante. Y a propósito, ¿cuándo vas a publicar algo acerca de la premio Nóbel? No sé si me perdí algún post tuyo, pero la verdad es que no recuerdo haber leído nada acerca de su premiación en tu blog. ¿A qué se debe? ¿A que eres machista, o simplemente no te gusta, hubieras preferido a otro/a autor/a para el premio o qué? Cualquiera sean las razones, este blog es de literatura, pensé honestamente que ibas a dedicar un post a la Nóbel 2007.

Anónimo dijo...

Al igual que Vicky, me gustaría un comentario de Gustavo sobre el Nobel. Y también su opinión sobre la supuesta relegación contra Vargas Llosa por ser liberal. Ha habido escritores liberales o de derecha que han ganado el Nobel? Octavio Paz podría entrar en esa lista?

Anónimo dijo...

Gustavo,

Es difícil en un artículo de apenas 500 palabras poder incluir todos los matices necesarios para diferenciar entre dos propuestas de crítica que, de alguna manera, están emparentadas. Bloom y Reich-Ranicki por supuesto que tienen grandes diferencias, como tú lo has marcado y precisado. Yo sólo me encargué de mencionar las coincidencias: sus propuestas en torno a la necesaria existencia de un canon literario que está organizado desde “centros de la ciudad letrada” y, por otro lado, sus comentarios sobre el Premio Nobel a Doris Lessing. Ambos comentarios me dieron la impresión de ser un ninguneo sin excusa, pues Lessing a pesar de silencios, errores y demás, es una gran escritora.

Bloom, por otro lado, ha sido uno de los que ha llamado a la crítica literaria feminista como “escuela del resentimiento” por eso lo acuse de anglocéntrico y femifóbico y de hecho sus propuestas de lectura, a pesar de la vindicación de una “autora mujer” de un libro anterior al Pentateuco (no sé nada sobre exégesis bíblica, pero es cierto que una teología feminista propone algo similar), son bastante polémicas.

Regresando a nuestro entorno periodístico nacional, pues no creo que si hubiera ganado William Gass —extraordinario escritor y polemista— los colegas no hubieran echado mano del primer cable mal redactado y peor traducido. Eso es lo que más me irrita. Pero, esta vez, se ha dado cobertura a la noticia, a partir de los comentarios que le restan importancia a una autora como Lessing. Por eso pregunto: ¿acaso no cumple algún rol en esta mezquindad el hecho de que Lessing es mujer? Me sucedió que dictando clases a un grupo que no necesariamente sabe de literatura, me comentaban: “ah… ganó Lessing, pero dicen que no es tan buena…” Y otras personas, ajenas a la universidad, me decían lo mismo. Entonces me di cuenta que eran los diarios quienes habían informado de esa manera. Y todo se debía a un cable. ¡¡¡Al mismo cable remixeado en toda América Latina!!! Cuando ganó Pamuk o Gao Xingjian, de quien no sabían nada tampoco, no dieron la noticia restando importancia al autor. Esa es la diferencia.

Por supuesto esta situación alarma. Nunca cómo ahora hace tanta falta un buen suplemento cultural con periodistas que tengan un espíritu crítico y capacidad de análisis, que se detengan en los textos lo suficiente, además de que puedan poseer un background bien articulado para opinar sin muchos tropiezos.

Bueno… siempre nos quedan los blogs… pero la opinión pública en en Perú se construye aún de los diarios y no de los blogs, aunque estos sean mucho mejores.

Rocío

Anónimo dijo...

Cuando sumo el término "femifobia" y al alemán Marcel Reich Ranicki, no me salen las cuentas, porque en Alemania acaba de ser elegida como el mejor libro del año "Die Mittagsfrau", "La mujer de medio día" de la autora alemana, Julia Franck. Autora a la que Reich-Ranicki calificó, antes de ser galardonada con ese premio, como la más significante representante de la nueva generación literaria de Alemania.
A raíz del Nobel a Doris Lessing lo que más le sorprendió a Reich Ranicki, es que habiendo autores en lengua inglesa como John Updike o Philip Roth, el premio no haya ido a parar a uno de ellos.
En Alemania se ha leído poco la obra de Doris Lessing, y en Perú, apuesto que mucho menos. A continuación cuelgo una encuesta que hice en Alemania sobre la gente que lee a Doris Lessing:

SOBRE DORIS LESSING, MARCEL REICH-RANICKI, GREGOR GYSI Y LOS POCOS LECTORES DE LA PREMIO NOBEL 2007

Hoy me he atrevido nuevamente a preguntar a mis alumnos si han leído libros de la Premio Nobel de literatura 2007, Doris Lessing.

Resulta extraño, quizás para algunos, que alguien trate de hacer una encuesta informal, y luego la use analíticamente y la de a conocer. Esta pequeña encuesta, más que todo una curiosidad que no tiene ningún valor científico, es, sin embargo importante, ya que te brinda una imagen de lo que conocen los lectores alemanes sobre la literatura de Doris Lessing.

Anoche escribí, que no había encontrado a casi nadie que la había leído. Hoy sí. Casi el 30 por ciento de las personas a las que pregunté, respondieron afirmativamente. Lo curioso fue que una alumna, que al principio había afirmado que no había leído nada de Lessing, se retractó después de que yo mencionara el título de un libro de la escritora británcia: "Das fünfte Kind" (El quinto hijo, y no el quinto niño, como lo traducí ayer) . Ella, al escuchar el nombre de la obra, se dio cuenta que la había leído.

Calificó al tema del libro "Das fünfte Kind", como algo cruel y, nos contó que la llegada del quinto hijo, en la obra, crea un enorme caos en una familia. Habrá que leerla para enterarnos más. Otra alumna menció un libro sobre Africa, yo dije:"Afrikanische tragödie", quizá no sea ese, ya que Lessing ha escrito muchos libros sobre ese continente, que marcó su infancia y posteriormente su vida y su literatura.

La conclusión de estas interrogantes, es que efectivamente se ha leído poco la obra de la autora de Das goldene Notizbuch (El libro de oro), pero se espera que en los próximos meses, caiga sobre las editoriales que publican los más de treinta títulos de esta prolífica autora nacida en Mesopotamia, hoy Irán, en 1919, un enorme número de pedidos. Que todo sea por la literatura y por el amor a la igualdad y el respeto que profesa Doris Lessing.

Por otro lado, el periódico Hamburger Abendblatt ( http://www.abendblatt.de/ ) de la ciudad de hamburgo, Alemania, informa sobre la gran alegría que causó ayer el premio de Lessing a la editorial Hofmann und Campe HOCA, en el marco de la Feria Internacional del Libro de Frankfurt. Esta editorial se ocupa desde hace un buen tiempo en publicar la obra de Lessing en alemán. A continuación copio este fragmento:

Unbeirrbar für Freiheit und Gleichheit

Überraschung und große Freude beim Hamburger Verlag Hoffmann und Campe (HoCa) gestern auf der Frankfurter Buchmesse: Die englische HoCa-Autorin Doris Lessing erhält in diesem Jahr den Literatur-Nobelpreis. Seit 30 Jahren gilt sie als Kandidatin für die wichtigste literarische Auszeichnung. Soeben hat der Verlag die ersten beiden Bände einer 15-teiligen Werkausgabe und den neuen Roman der Autorin, "Die Kluft", vorgelegt.

Para leer más: http://www.abendblatt.de/daten/2007/10/12/803698.html

Y ¿qué dice el guru de la literatura alemana Marcel Reich-Ranicki sobre Lessing. El siguiente artículo pertenece al diario Süddeutsche Zeitung (http://www.suedeutsche.de/)

Kritik von Reich-Ranicki und Löffler

Der Literaturkritiker Marcel Reich-Ranicki nannte die Entscheidung der Nobelpreis-Jury für Doris Lessing dagegen enttäuschend. "Ich finde sie bedauerlich", sagte der 87-Jährige am Donnerstag in Frankfurt. Er sei der Ansicht, dass die angelsächsische Welt, "viele, jedenfalls mehrere bedeutendere, wichtigere Schriftsteller hat“. Er habe erneut erwartet, dass Philip Roth oder John Updike ausgezeichnet werden. "Weder der eine, noch der andere hat den Preis bekommen, na ja.“

Reich-Ranicki sagte, er habe von Lessing "vielleicht drei“ Bücher gelesen. Das sei aber schon lange her. "Nichts hat mich wirklich beeindruckt.“ Er sei aber nicht überrascht über die Entscheidung der Jury. "Wir hatten ja mehrere Autoren, die im Laufe der letzten Jahre den Preis bekommen haben, wo es eigentlich ganz und gar unbegreiflich war.“ Als Beispiele nannte er "Dario Fo mit Sicherheit und auch eine deutschsprachige Autorin“, ohne die Österreicherin Elfriede Jelinek namentlich zu nennen, die 2004 mit dem Nobelpreis ausgezeichnet worden war.


Para leer más: http://www.sueddeutsche.de/kultur/artikel/592/137316/

Un saludo

José Carlos Contreras
(http://literatambo.blogspot.com)

Daniel Salas dijo...

Muchos intelectuales peruanos, incluyendo a Rocío, criticaron muy severamente "Madeinusa", injustamente en mi opinión. Sin embargo, nunca se usó la carta de la misoginia para explicar la reacción en contra de la película, teniendo en cuenta además que algunas opiniones (no me refiero a las de Rocío ni a la de Gonzalo Portocarrero) eran incluso destempladas y estrafalarias (hubo uno que incluso acusaba a Madeinusa de ser parte de una conspiración neoliberal que buscaba "el aniquilamiento de una población"). ¿Cómo así nadie se preguntó entonces (tampoco Rocío) por qué, justamente cuando una mujer peruana realiza una película existosa y tan artísticamente lograda, se lanzaron este tipo de acusaciones?

Anónimo dijo...

mande una observación pero parece que no entró. lo que decía era que la atención de la prensa peruana fue de amplia cobertura cuando toni morrison ganó el nobel, y si uno hace memoria o revisa la prensa de esa época, podrá ver que muchos no teníamos idea de la escritora afroamericana, y creo que muchos críticos tampoco, sin embargo, hicieron un esfuerzo de busqueda y muchos pudimos enterarnos de la línea temática de esta escritora. no recuerdo ningún comentario desfavorable sobre ella, y sin embargo creo que lo que prima con lessing podría ser (sin haberla leído aún, pero sabiendo que existía), la opinión de algunos intelectuales con posicionamiento mediático que intimida dar una opinión contraria, lo cual no debería pasar, pero lastimosamente pasa. no creo percibir en esto un rasgo misógino, sino cierto temor a contradecir o afirmar sobre la que no se tiene una opinión formada, y sobre la que ya se han manifestado dos críticos que pesan de totalizadores en sus opiniones.
mcl

Fernando Velásquez dijo...

una pregunta tonta: por qué "femifobia" y no "misoginia"?

Tanque de Casma dijo...

La verdad que ciertos ataques a la prensa cultural son gratuitos. Somos la piñata habitual para cuando no coincidimos en nuestra cobertura con los gustos de alguien. No entiendo qué tiene de malo si algún colega usa un cable donde se cita a Harold Bloom y a Marcel Reich-Ranicki hablando de la nueva premio Nobel. ¿O sea que como es mujer mejor no informamos de las críticas que recibe?
Rocío se queja que alguna prensa haya optado por levantar la noticia por el lado de la crítica. A mí me parece una opción periodísticamente válida, aunque también se deba pedir algún valor agregado más. Pero, vamos, las secciones de culturales no siempre tienen el espacio que necesitan. Al final hay que optar por levantar la nota por algún lado. La misma Rocío sólo tenía espacio para 500 palabras para explicar su postura, dejando en el tintero varios matices.
Ernesto

Anónimo dijo...

Comparar Madeinusa con Lessing es descabellado, salaz. De que "exito" hablas en caso de MIU? unos cuantos premios de festivales de cine comparables al Nobel? Ya se, tu punto es criticar la distinta reaccion de criticos respecto a dos obras realizadas por mujeres. No creo que haya que ser o no ser feminista para darse cuenta que Madeinusa es un mamarracho pretencioso, racista y una caricatura del feminismo. Version cinematografica en el mismo espiritu que Lituma en los Andes, MIU revela mas de quienes lo produjeron, de su agenda politica, y de sus ayayeros, que sobre el mundo andino, la condicion de la mujer, o el Peru.

Gustavo Faverón Patriau dijo...

El problema que encuentro yo es que se acuse de "femifobia" a alguien porque ese alguien es crítico del feminismo. Eso es como acusar a alguien, sólo por ser enemigo del marxismo, de ser enemigo del pueblo; o como acusar de enemigo de los campesinos a cualquiera que critique el maoísmo.

En algún punto se ha perdido de vista que feminismo y mujer no son lo mismo, que el feminismo es sólo un programa, una postura intelectual, una ideología o un campo de encuentro de varias ideologías, no el pensamiento único y necesario de "la mujer".

Si criticar, aunque sea amargamente como Bloom, al feminismo, justifica que alguien sea calificado de "femifóbico", entonces en la práctica se está diciendo que nadie puede estar en contra del feminismo sin ser censurado o volverse objeto de diatribas y desautorizaciones, incluso cuando, como sucede con Bloom, su obra demuestra que esas diatribas son injustas y carecen de base.

Anónimo dijo...

Es interesante comprobar como todo es del color con el cristal con que se mira, aunque estos post a los aficionados nos dan excelentes ocasiones para enterarnos de aspectos de la literatura vigente muy interesantes además(en mi caso por lo menos) entretenidos.
A propósito de Madeinusa y de las críticas que tuvo en contra, recuerdo una película de Ettore Scola "Brutos, Sucios y Malos" en español (1976), donde se retrata, en tono de comedia, una de las realidades de la Italia de los sesentas, y desde que la vi jamás escuché o leí una critica adversa, incluso creo recordar que el común de las opiniones de nuestros críticos era de "obra maestra", en fin, saludos...

Anónimo dijo...

De Lima le da duro a Cueto:

"Al margen de la validez o invalidez de esta última afirmación, hay que notar que se trata de otra clasificación en sí misma: los que no entienden de literatura, es decir, los que polemizan, y los que sí entienden, o sea, los que tratan de ignorar lo que para muchos es el núcleo del conflicto, que es justamente el acceso a las editoriales y a los medios periodísticos de mayor alcance."

Anónimo dijo...

PARA NANDO:femifobia quiere expresar lo contrario al feminismo y misoginia es contra la mujer en general.Eso de "femifobia" me recuerda el "anglizado" del colombiano Vallejo a propósito del actual idioma castellano.Los dos términos son cacofónicos y atentan contra la eufonía que debería regir la adopción de vocablos Pienso que si se está con ganas de inventar neologismos hay que hacerlo bien o no hacerlo.Personalmente me parece que feminifobia hubiera sido mejor(al menos no tan cacofónico)

Anónimo dijo...

Pues a mí "feminifobia" me suena igual de horrible.

Fernando Velásquez dijo...

(respondiendo al aónimo de las 6:49 pm)

...o directamente "anti-feminista". lo de femifobia me parece un eufemismo inútil. el orden patriarcal está tan enraizado que tenemos entre nosotros muchos que saltaron directo y sin escalas del pre al post-feminismo y que, por eso, siendo reaccionarios se creen recontra progres. lo que contribuiría más a la causa feminista es un lenguaje claro y transparente que sirva para mostrar los abusos implícitos en tantas actitudes que se consideran "normales". hay muchos que consideran "fastidioso" que le llamen racismo a su racismo y misoginia a su misoginia. sigamos siendo fastidiosos señalando su anti-feminismo claramente. por eso también, creo que hay que disparar para dar en el blanco, y la crítica de rocío cayó demasiado lejos como para ser lo contundente que debería haber sido. (pucha, creo que me quedó medio críptico el texto... será el cansancio. en todo caso, quería dejar mis dos luqitas de aporte).

Anónimo dijo...

ese de Lima debería pensar antes de hablar, cómo se va a quejar él de falta de acceso a los medios con los grandes cherrys que se le ha hecho a su amigo mazzotti en Caretas y El Comercio por la publicación de su libro. Conchudo.

Anónimo dijo...

Gustavo,

Has leído a Lessing? te parece bien otorgado el Nobel?

Anónimo dijo...

pucha què ya no se acuerdan de las patinadas de pollarolo cuando decìa que el poema 15 es misògino, por favor!!!!

Anónimo dijo...

Tengo una duda: cuando la vieja,en gesto agradecido por su buena acción,le da como consejo a Zaratustra: "Si vas con una mujer no olvides el látigo", ¿qué es Nietzsche al escribir eso? ¿misógino, femífobo, misofémíco o ginéfóbico).

Anónimo dijo...

PARA EL GASTERÓPODO RAMPANTE: ¿Ginecofobia, te parece? y si no,usa misoginia y punto.Hembrafobia y mujerorrabia son demasiado cacofónicos, además de poco académicos.

Anónimo dijo...

Coincido con Nando, me quedo con "anti-feminista". No es perfecto, pero "anti" refleja bastante bien el lado negativo.

Anónimo dijo...

PARA EL DECÁPODO CHUPETÍSTICAMENTE SABROSO: No has comprendido las reglas del juego: igual podrías decir "refractario a la condición mujeril","contrario a las damas y señoritas","reluctante a los hechos femeniles",etc.De lo que se trata es de inventiva idiomática: "hembrofobia" no me disgusta.

Anónimo dijo...

PAra los lexicomaniacos pérfidos: vayan a practicar el vicio de Onam a otra parte

Anónimo dijo...

Selacio carente de sensibilidad ante la gramática castellana, no seas "onamista".¿De dónde sacaste a Onam? ¿De las oscuras regiones de la mala leche? El asesino bíblico de espermatozoides era ONAN, con N de naturaleza y no con M de miseria informativa.

Anónimo dijo...

Vueno, pero si te fijas, las teclas están cerca.

Anónimo dijo...

El teclado submarino dijo: ¡I'm not guilty! Yo just like cebiche mucho bueno peruviano.

Anónimo dijo...

Aguante Doris
Poe Esther Andradi* | 18.10.2007

La literatura de Doris Lessing es de lo que no hay, aquello que creíamos recluido definitivamente en los sótanos, derivada a las mesas de saldo, en algún desván del pasado irredento. Y sin embargo, ahí vuelve, recuperada por un premio que, dicen, llega tardío, y sin saber qué significa esa categoría -el Tiempo-, me digo que en buena hora, que nunca es tarde para premiar lo excelso. El lujo de una clásica.


«Me estaba desternillando de risa, me reía de las mujeres libres»
Anna Wulf

«Si las jóvenes supieran, si las viejas pudieran...»
Jane Somers

Cómo olvidar la conmoción que me produjo El cuaderno dorado. Ninguna de nosotras, las que lo hayamos leído, volvió a ser la misma después de esa lectura. La protagonista, esa mujer llamada Anna Wulf, encarnaba no una sino las muchas que nos debatíamos por ser. Cuatro cuadernos de escritura, el rojo, el azul, el amarillo y el negro que como un delta venían a dar a la mar del cuaderno dorado, estructuraban una novela fuera de lo convencional. Diferente. El diario de las emociones y el de la vida política, el de las discusiones y las desilusiones y las utopías del siglo XX, el manuscrito de la novela Mujeres libres y los apuntes de posibles temas para futuros emprendimientos literarios. Porque Anna Wulf además de mujer, era escritora. Como si vivir peligrosamente con una de estas condiciones no fuera bastante. «En el momento en que me siento a escribir, alguien entra en la habitación, mira por encima del hombro y hace que me detenga». Las preguntas del para qué, la tartamudez, el desengaño, la fuerza de las cosas, la biblia y el calefón, los hijos y la mar en coche, la producción obsesiva en medio de pañales y las pausas diarias y sobre todo ese dedo grande encima que indica que hay que escribir algo que valga la pena. Y siempre esa autocensura con la subjetividad y sus límites, sobrevolando.

La traducción de El cuaderno dorado tanto en español como en alemán llegó recién en 1978, casi veinte años despues de su publicación, y dudo que en esa oscura época haya arribado a las librerías argentinas. Fue en Lima que tuve en mis manos aquella primera edición española de la Biblioteca Universal Caralt, y que devoré como una biblia transgresora, la subrayé y llevé conmigo a través de los países, un libro que, a pesar de su traducción, dejaba entrever una prosa magnífica y una fuerza narrativa, sostenidas ambas por una estructura exigente, distinta, nueva. Volví a él una y otra vez, y cuando estuve a punto de escribir una tesis de doctorado en literatura releí el prefacio, aquel que Doris Lessing incorporó al Cuaderno casi diez años después de su publicación.

Allí escribe: «Mi mayor aspiración era elaborar un libro que se comentara por sí mismo, que equivaliese a una declaración sin palabras, que diera a entender cómo había sido elaborado (....) El libro está vivo y es poderoso, fructificador y capaz de promover el pensamiento y la discusión solamente cuando su forma, intencionalidad y plan no se comprenden, debido a que el momento de captar la forma, la intencionalidad y el plan coincide con el momento en que no queda ya nada por extraer».

No parece casual que algunos notables de las candilejas literarias se hayan sentido abrumados por la decisión de la Academia sueca. Lessing, a una semana de cumplir 88 y 'eterna candidata' al Nobel, había dejado de aparecer hacía años en las nominaciones, acaso por cansancio o por eso que llaman oportunidad, y que esta vez apuntaba como favoritos al italiano Claudio Magris, al sirio Adonis o al estadounidense Philip Roth. Nada en contra, qué va, si es una suerte que existan siempre por lo menos dos o tres o más aspirantes al Nobel. Que si fue muy tarde, que ya es nonagenaria, que por qué no alguien más joven, que por qué otro escritor inglés, en la Feria Internacional del Libro de Fráncfort, stage del Hollywood de los libros, el Nobel para Lessing levantó elogios varios y alguna polvareda. Cómo puede ser que recién ahora la Academia la premie, se preguntaron, perplejos, algunos. Más doloroso es pensar que los temas que trasuntan muchas de sus más de cuarenta obras, como el sexismo, el racismo y el colonialismo no hayan perdido ni un ápice de actualidad veinte años después de su publicación. Pero además de novela política, Doris Lessing escribe ciencia ficción, ensayos, relatos cortos, teatro y hasta libretos para ópera. Por si fuera poco, cuando ya era la escritora anglosajona más leída, entregó a su agente el manuscrito de su novela, Diario de una buena vecina, con el seudónimo de Jane Somers. Lessing quiso demostrar que la maquinaria de las editoriales y las reseñas periodísticas no se guían por los méritos literarios, sino por el éxito pegado a un nombre. En efecto, le resultó bastante difícil colocar la novela, y cuando fue editada, apenas si unas pocas mujeres periodistas se ocuparon de la desconocida Jane Somers, en quien veían una semejante.

La literatura de Doris Lessing es de lo que no hay, aquello que creíamos recluido definitivamente en los sótanos, derivada a las mesas de saldo, en algún desván del pasado irredento. Y sin embargo, ahí vuelve, recuperada por un premio que, dicen, llega tardío, y sin saber qué significa esa categoría -el Tiempo-, me digo que en buena hora, que nunca es tarde para premiar lo excelso. El lujo de una clásica. Sostiene Doris, habríamos dicho años atrás, aguante Lessing. Sea como fuere, me siento a mirarla, sentada ella misma en el umbral de su casa recibiendo a los periodistas con su tenida azul, su pollera, su trenza en el pelo plateado y su bolsa del mercado. Con esa voz capaz de desgranar la mejor de las ironías y su picardía de sabia. «Cómo voy a brindar si ustedes ni siquiera han traído el champán», le dijo a los periodistas. Y después saludó con su vaso lleno, diciendo que era ginebra. ¿O era agua? ¡Salud Doris!.

Nosotras, sus lectoras, las que decimos con ella, las que soñamos con la utopía como ella y fuimos defraudadas, una y mil veces, las que como ella seguimos sorprendiéndonos, decimos gracias Doris, gracias crisálida, mariposa. Por esta vez la anciana sabia es reconocida. No teman, mírenla, sentada en el umbral de su casa, con la alegría de una quinceañera, la vieja Doris. En vos se escribe la luna nueva. Tarde o temprano, todo llega. Entretanto, hay que salir al mercado a comprar la verdura fresca como si fuera la primera vez.

*Colaboradora de Artemisa Noticias.

Anónimo dijo...

Un beso Esthercita, sin menoscabo de mi admiración por ciertos grandes misóginos. ¡Un abrazo sincero!

Anónimo dijo...

Teclado: don't worry, al mejor escapador se le caza la liebre.