27.2.08

Kertész y Borges

El húngaro como espejo del argentino

Para Jorge Luis Borges: políticas de la literatura --libro editado por Juan Pablo Dabove y que el Instituto Internacional de Literatura Iberoamericana publicará en Pittsburgh en las próximas semanas-- escribí un ensayo relativo a los cuentos en que Borges se aproximó al tema del Holocausto, o de la locura hiperracionalista del nazismo y sus oficiantes.

El tema siempre me ha llamado la atención: la inmediatez, casi simultaneidad con que
Borges abordó esos asuntos en su obra, mucho tiempo antes de que las literaturas europeas asimilaran el fenómeno y se sintieran capaces de transformarlo en ficción.

Para quienes escriben desde la teoría del trauma, por citar solo una inclinación crítica entre tantas-- la prontitud de la reacción borgiana solo se explica en función de la distancia --física, material, y sobre todo psíquica-- entre el autor y el hecho.

Siempre me llamó la atención la significativa polisemia de los textos borgianos ligados al tema ("El milagro secreto", "Deutsches Requiem", un cierto número de prosas breves, para citar solo los casos explícitos): esos textos hablaban directamente sobre el asunto alemán, judío y europeo en general pero eran también advertencias transparentes ante la inminencia del totalitarismo y el exceso de los chauvinismos nacionalistas en Argentina y la región.

Si uno tiene eso en cuenta, descubre que
Borges no escribió sobre el Holocausto (mientras ocurría, antes de que recibiera ese nombre, o apenas concluido y en los meses siguientes al juicio de Nuremberg) porque se sintiera lejano a él y pudiera manipularlo como un especimen de laboratorio: lo hizo precisamente porque se sentía ligado a todo ello y, sin embargo, la situación marginal de su mirada le permitía establecer analogías indiscernibles para quienes observaran el asunto muy de cerca.

Siempre me pregunté si habría un caso similar pero desde la perspectiva opuesta. Ahora quizá esté cerca de responderme la pregunta: acabo de comprar, y apenas hace veinte minutos he empezado a leer una novela de Imre Kertész:
Detective Story, libro publicado en húngaro en 1977 pero apenas traducido al inglés ahora y publicado hace una semana (ignoro si existe ya en español; ojalá que sí).

El texto es la ficcional confesión de un criminal de guerra latinoamericano, un tal
Rojas Martens, torturador que formaba parte de un régimen dictatorial que acaba de colapsar y que un día, en prisión, durante las semanas que dura su jucio, decide escribir de propio puño un texto en el que explicará la lógica de su participación en los crímenes de la dictadura, una lógica que, dice, le resultó clara antes de los hechos y se le ha vuelto clara nuevamente después, pero que se borró de su mente, de alguna forma, durante la comisión de sus crímenes.

Kertész, judío húngaro y sobreviviente de Autzschwitz, célebre por sus novelas sobre el Holocausto, parecería haber escrito la réplica casi perfectamente simétrica, del "Deutsches Requiem" de Borges, asumiendo como objeto literal una dictadura sudamericana para hablar sobre ella y sobre el caso europeo, así como Borges había hecho lo contrario. Hay, claro está, un elemento que perturba la analogía: Kertész sí fue una víctima directa, en un sentido vivencial que va mucho más allá de cualquier relación que Borges haya podido tener con cualquiera de los autoritarismos que estaba criticando. Eso sólo hace la comparación más interesante.

Apenas termine de leer el libro les digo más.
Por ahora:

Capítulos 1 y 2 de la novela, en el New York Times.
Crítica de Richard Rayner en Los Angeles Times.
Crítica de Nathaniel Rich en el New York Times.
Crítica de Elizabeth Bachner en Bookslut.

Foto tomada de aquí.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesante reflexión y cuestionamiento intelectual.

Anónimo dijo...

Es de supooner ademas que Kertesz ya habìa leìdo a Borges en 1977. ¿La novela no dice a què paìs se refiere?

Anónimo dijo...

Interesante tema. Kertész, como Borges, es un marginal de occidente, pero occidental al fin, y ahora un centro del canon. Ser húngaro es ser europeo sin serlo, más o menos como ser argentino.

Anónimo dijo...

Gustavo
estoy buscando un ensayo sobre Funes (tengo el de Nuño). alguna sugerencia.

R