19.2.08

Los "cojudos"

Motivos para creer que el gobierno desprecia al pueblo

"Lo que todo el mundo esperaba era la noticia de la muerte", ha dicho la escritora cubana Zoé Valdés ante el anuncio de que Fidel Castro ha decidido, por fin, dar un paso al costado en la jerarquía del gobierno de la isla.

¿Alguien recuerda los tiempos en que Castro todavía no era una momia pero ya le empezaban a salir las canas, y un movedizo presidente peruano, joven pero que ya andaba por la tercera papada en el buche, aspiraba seriamente a sucederlo en el liderazgo de la región?

A Alan García, en esas épocas, el caricaturista Alfredo lo dibujaba como era: un muchacho gigante de permanente terno azul, al que los músculos de la sonrisa, aún sin atrofiar, no le habían dibujado esa morisqueta grotesca de máscara china que es su gesto de estos días.

Si un visitante se pasea por La Habana, no encontrará con frecuencia retratos de Fidel Castro; no al menos en esa inundación constante con que hallará los retratos del Che Guevara o de José Martí, el muchachón y el viejito eternos que no deberían serlo porque no murieron ni tan joven el primero ni nada viejo el segundo (a los 39 y a los 46).

Si uno pasea por Lima verá la cara de García en todas las esquinas, en todos los periódicos. Pero solo si abre La República y llega hasta la columna del caricaturista Alfredo descubrirá que Alan sigue siendo un niño angelical, que ninguna arruga le cruza las mejillas ni la frente, que su sonrisa es un ejemplo de felicidad.

Quienes hayan leído la novela más celebrada de Oscar Wilde notarán de inmediato que la relación entre Alan y Alfredo evoca la relación de Dorian Gray y Basi Hallward, solo que con el vínculo perfectamente invertido: en La República Alan vive inocente y limpio mientras su doppelganger carnudo, que va ya por el buche de siete bolsas, circula por las calles del país convertido en un despojo del Alan que fue.

Si eso --el alanismo de propaganda, el alanismo de ministerio de información-- fuera el peor pecado de Alfredo en estos tiempos, no estaría hablando de él. El problema es que no se puede ser propagandista de un tipo como García y no representar, tarde o temprano, su lado oscuro, el lado que Dorian Gray confinaba a los dos metros cuadrados de su lienzo maldito.

Consideren la caricatura del avión y de los indios que muestro en este mismo post. Y consideren que esa es la forma en que Alfredo representa el conflicto desatado a raíz de las protestas en el Cusco en contra de las recientes leyes de promoción del turismo aprobadas por el Congreso de la República.

Los indios y el avión, entonces, son los cusqueños y el gobierno central; los regionalistas y el Estado; los primitivistas y el desarrollo; los indígenas y el Perú moderno; el pasado y el futuro; etc. También, lamentablemente, son la imagen de la turba estúpida que cree que es posible derribar un avión tirando lanzas y flechas. La idea es clara: solo los indios ignorantes son capaces de oponerse al inexorable plan de García.

No se trata, entonces, solamente de una señal de desprecio: también es una representación de la inevitabilidad del poder y de los motivos por los cuales es enteramente natural que Lima gobierne a las provincias: porque, para Alfredo, para Alan, las provincias son incapaces de gobernarse a sí mismas.

Eso explica por qué Alan, así como encarga a su caricaturista dibujitos idiotas que no son chistes sino logotipos del racismo, así también le pide a su juglar de cabecera, Aldo Mariátegui, que escriba, con su estilo de gamonal que ya se ha vuelto uno solo con su caballo, artículos como el de ayer en Correo, en el que decía:
"Indignante y preocupante como han reaccionado varias regiones al promulgar ordenanzas contra la decisión del Ministerio de Educación de establecer la pertenencia al tercio superior como requisito para postular a ser profesor contratado. Igual de mal reaccionan los cusqueños, que creen que nos pueden imponer su parecer al resto del país si es que a ellos no les agrada una norma determinada, como la concesión de zonas adyacentes a ruinas.
"¿Es que Simon y Guillén se creen que estamos en los Balcanes, que Lima es Serbia y ellos son Kosovo, Croacia y Macedonia? ¿Ese Gonzales Sayán de Cusco se cree un reyecito, el Inca del Perú? ¿No saben que esta es una república unitaria? Ni siquiera en un sistema federal, de estados asociados por contrato constitucional, los gobernadores desconocen que existe una sola política educativa nacional.
"¿Mañana qué sigue entonces? ¿Arequipa con pasaporte propio? ¿Simon con ejército propio? ¿Cusco reemplazando definitivamente la bicolor por esa huachafada gay-andina? ¿Moquegua quedándose con toda el agua? Oigan, esto es un país y no un lenocinio donde cada uno hace lo que le da la gana. ¿Estos se creen curacas, caciques, señores feudales, duques, marqueses, barones, que pueden hacer lo que quieran en sus dominios? ¿Están cojudos o qué?".

Dejemos de lado otra vez la homofobia y el evidente desprecio biliar de Mariátegui por cualquier cosa que no sean él mismo y el aprista que lo gobierna como un domador de circo gobierna a sus poodles. La noción clave del artículo es esta: si los provincianos ("el inca del Perú", "curacas, caciques") se sienten con derecho a gobernarse a sí mismos, a protestar por una medida que los afecta directamente, a adoptar los símbolos que les parezca pertinentes, etc., entonces son "huachafos" y "cojudos".

Uno quisiera decir que ese menosprecio patente por los peruanos del interior es sólo cosa del alanismo. Pero no. Ojo. La idea de que si los cusqueños creen tener una respuesta mejor que la del gobierno central en el tema de la promoción turística, entonces los cusqueños son "cojudos", tiene exactamente el mismo transfondo de aquella otra noción genial, la de
Jaime Bayly y Pedro Pablo Kuczynski cuando señalaban que ciertas opciones políticas defendidas en los Andes eran producto de la falta de oxigenación del cerebro de los serranos.

Ahí lo tienen: los indios lanceros de
Alfredo, los "cojudos" de Mariátegui, los descerebrados de Bayly: Lima (lo peor de Lima) piensa que su poder sobre las provincias se justifica en la tendencia al atraso y la estupidez de "los indios". Exactamente igual que hace doscientos años. Exactamente igual que hace quinientos años. Y curiosamente, cuando eso pasa, son los autoproclamados "neoliberales" los que defienden el centralismo, la mano dura, la imposición de las ideas de la capital, la implementación de legislaciones unitarias, etc.

A
Mariátegui las protestas le parecen "indignantes"... "Ay, estos indios levantiscos", debe de pensar, como habrían pensado nuestras tatarabuelas. "Habrá que mandarles una expedición"...

12 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Qué dirá Tongo Sifuentes?

José Talavera dijo...

En un término genial según Aldo, "electarado".

Carlos Vargas Salgado dijo...

Muy buen post acerca de esta "larga historia peruana"... Nos ignoramos entre todos, nos asumimos sin escucharnos y nos insultamos porque no conocemos nuestros verdaderos nombres.
Estoy de acuerdo en que hay que darle duro a esta prensa basura, a estos caricaturistas ("caricaturitas" de los de verdad). Yo supongo que tú ves claro, y mal que les pese a ciertos lobotomizados, la trampa que significa el centralismo peruano. Ese es el verdadero obstáculo contra el desarrollo.
Cusco para mi gusto es la ciudad que mejor se está modernizando en el Perú, muy por encima de Lima que lo hace perdiendo identidad, achilenándose de la peor manera. Ellos, los cusqueños, saben mejor qué les conviene con el turismo, porque ELLOS REALMENTE VIVEN DE ESO, sin roches, y saben de esa movida mejor que Lima. Lima solo quiere aprovecharse del gran auge turístico, los cusqueños en cambio no quieren perder A LARGO PLAZO su potencial económico, nada más, porque ellos ya han entendido que si pierden esta oportunidad de desarrollo, perdieron el tren de la historia. Lima no lo entiende, obsesionada en ser una Miami chiquita que vive de imitar. Aunque, corregiré, no todas las Limas, las de los Conos son otro cantar, por supuesto.

Anónimo dijo...

"Ser racista es culturalmente incorrecto y sobre la Literatura de Aldo Mariategui desea ser obcena y coincide mucho con el pensamiento omniprepotente de vuestro presidente"

Anónimo dijo...

Aprovecho para comentar que están dando una versión teatral del "El retrato de Dorian Gray" (de Christian Dior, como decía un amigo) en La Plaza (Larcomar). Dirige Roberto Ángeles.
El cometario político de la puesta es fino pero contundente.

RODOLFO YBARRA dijo...

COJUDOS Y PENDEJOS:

I.-Creo que los verdaderos cojudos (y te has olvidado de mencionar) son los que creen que el “desarrollo” viene en “avión” rápido y seguro (es así -más bien- y con pequeños movimiento del mouse cómo se van los capitales y la plusvalía de un pueblo explotado y reprimido, arrinconado a las dádivas del capitalismo). Los verdaderos cojudos –aparte del pueblo ofendido que lo paran cojudeando- obviamente son la izquierda almíbar y la izquierda pantalla, la izquierda burocrática y sus líderes de guiñol que tanto daño ha causado al pueblo desviando las verdaderas luchas políticas y reivindicativas.
Los otros “cojudos” que se la quieren dar de “pendejos” son los reaccionarios de siempre, la derecha azufre con lengua de trapo, los entornillados en el poder sin darse cuenta jamás que todo es efímero, incluido el poder. También en este conjunto de cojudos están los señoritos burgueses que necesitan de dos empleadas para ir al baño y poco falta para que salgan cargados en unas urnas con un séquito de esclavos; pero eso sí, les apestan las huelgas, los reclamos salariales, los bloqueos de carretera, los gritos de las amas de casa. Claro, ellos son los que piensan que las leyes sólo están hechos para los indios y para el pueblo en general, porque ellos no pueden “ofenderse” con éstas nimiedades, están más allá del bien y del mal en los erebos de Zarathustra donde de seguro Nietzsche les arrojaría un gargajo.

El “anti-indio” se devela en su expresión más pura en estos señores que, de cierta forma, manejan un poder, unos más que otros, algunos cargos dados por herencia, otros por lo que llaman “democracia”; no obstante son esos mismos indios a quienes se recurre para rogar por votos y si eso no es suficiente entonces pues se recurre a la clásica estafa que aunque no lo contemple el sistema electoral (ELECTARADOS son ellos), siempre es un último recurso –cuando no el primero- para enseñar quien es “el pendejo” y quien “el cojudo”.

II.-Un capítulo aparte, creo yo, merece nuestro verdugo mayor y ventrílocuo de alto talento, que puede lograr que sus ministros y seguidores aprosos digan lo que él piensa; éste es “el pendejo” por excelencia: destruyó un país, perpetruó uno de los genocidios más vergonzantes, devaluó nuestra moneda hasta el punto que se le tuvo que cambiar de nombre (ahora parece que nadie se acuerda) y se fue a vacacionar a las europas mientras que su consorte “ojitos lindos” Vásquez Bazán aún se encuentra de vacaciones eternas disfrutando de los dólares MUC. La disculpa de Alan viejo es que eran jóvenes y vehementes. Entonces todos los jóvenes y vehementes del mundo tienen licencia para destruir el mundo y mandar todo al carajo.

El neo Alan García, aparte de prometer últimamente -como en campaña- hasta por los codos, incluido el chorreo que ni llega a goteo o lagrimeo, volvió -hace poco- con las bufaladas, codazos y patadas partidarias (recordar la patadita atrabiliaria), manifestándose a favor de un tercer gobierno (tercer reich alanista) inviable inconstitucionalmente, pero que deja lugar a dudas porque aquí la constitución es sólo una letra floja –por no decir muerta- en la que cualquier antojadizo puede dejar su sentencia y su rúbrica, y listo: hecha la ley, hecha la trampa sin necesidad de referendums. Y “Alan, para rato” como dicen los “compañeros” carnetizados y los dirigentes cegados y embriagados por el poder transitorio, como el bien llamado “perro de presa” Mulder o el viejo “gorgojo” del Castillo (apelativo que se ganó a punta de llevar leche podrida con estos lindos animalitos a los comedores populares) que nunca han visto más allá de su satisfacción personal, los verdaderos problemas estructurales (hambre, miseria, explotación, desempleo, etc.) de este país llamado Perú. Ojalá puedan entender –algún día- que no sólo hay diferencias semánticas entre “partido” y “pueblo” y que su dogma -como un anatema- nos sumió una vez en el caos y la desesperación, obligando a huir, con ello, a muchos compatriotas. Ahora dicen que Alan ha cambiado y en efecto: está más viejo y más gordo y escucha reggaeton, y su oratoria todoterreno está más perfilada y cercana a lo que llaman la “perfección”; pero el camaleón aunque cambie de color siempre será camaleón, las pruebas saltan a la vista. Ya vemos para qué y por qué se van a mejorar las condiciones de los policías (50 millones de soles para empezar). A mayores reclamos mayor represión: ecuación conocida. No se dude que esta vez el pueblo se encontrará organizado. Los cojudos algún día dejarán de ser cojudos.

Anónimo dijo...

Lo de Mariátegui es indignante. ¿La Prensa Peruana no se puede pronunciar contra tanta majadería de este señor?

Anónimo dijo...

Hace buen tiempo que La República provoca arcadas. Convertida en el chulillo de El Comercio, La República juega desembozadamente las mismas cartas de la impostura que el decano de la prostitución nacional (ver avisaje para adultos los domingos). Alfredo Marcos, sí, el mismo de Las viejas pitucas y Los Calatos, el mismo que integró (o integra aún) el llamado Grupo del Deber (con los inefables Cotler, Otero, Fuenzalida y García Salvatecci), hace mucho que dejó la honestidad en el inodoro y es hoy un propagandista del genocida que gobierna nuestra colon… perdón, nación. ¿Quién con algo de sesera puede tragarse, por más caricatura que se alegue, un García chibolón como el que destrozó el país hace veinte años?¿Acaso Alfredo no puede caricaturizar a ese García embotado de miasma que cada día se parece más a Tongo? Cuando vi esa caricatura de los “indios” atacando al avión del “desarrollo” sentí vergüenza ajena por el señor Marcos, ex obrero textil y de extracción popular neta. En todo caso no debería sorprendernos el cambio: los apristas, apristones, apristoides o amigos de apristas han sido a través de la historia del país, expertos en el arte de las mutaciones. Respecto a Aldo M., amigos que lo recuerdan de la época secundaria refieren que se incomodaba cada vez que el sabihondo de la clase le endilgaba el apellido materno de su abuelo, el sonoro y cien por ciento tallán, La Chira. Tal vez por eso el encono y la rabia contra todo lo que “huela a indio”. Porque oponer argumentos a un borderline resentido y arribista como Aldo M. siempre resultará inútil.

Quiero terminar diciendo que nadie puede escapar de la larga sombra que, con el apoyo de parte del mismo pueblo, desangró nuestro país: Fujimori sentado en un escritorio de lujo, burlándose del dolor de los deudos y el pelele juez San Martín haciéndose el cojudo, y Alan García insultando a los profesores, los agricultores, los médicos y las enfermeras, son simplemente actores complementándose, mientras el gas se va para Chile, las mineras siguen sin pagar lo que debieran, los impuestos siguen asfixiándonos, se subasta la selva y sus recursos y el mar y sus riquezas siguen en manos de unos cuantos pendejos ladrones. Antes de esa farsa llamada elecciones, me daba risa y bronca escuchar decir a los incautos que preferían no oír a García porque tenían miedo de ser encantados por su floro. Imbéciles, pensaba, doblemente imbéciles, floro de cómico ambulante capaz sólo de convencer a un pueblo envilecido primero con el pan popular de García y luego con los comedores populares y los talk shows del japonés asesino. Mailer alguna vez refirió que cada vez que vemos un espectáculo grotesco por la televisión estamos contemplando a la nación que apoyará el retorno de heliogábalo porque se trata de arte prostituido. Y cada vez que el pueblo se envilece colectivamente, el remedio va siendo más y más violento. Y un empacho bravo exige un purgante violento y de largo alcance.

Rafael Inocente

Anónimo dijo...

no, pues, con un Ibarra era demasiado, ahora con Inocente sálvese quien pueda!!!

Anónimo dijo...

felicitaciones por el excelente post!
lo que aún no terminan de entender tantos "defensores" de la democracia y el progreso es que para la gran mayoría de peruanos no existe ni lo uno ni lo otro. Ante el serio problema de distribución existente y la marcada concentración de poder en pocas manos, lo único que va a fomentarse es el conflicto social.
Hombres Nuevos

Anónimo dijo...

Yo leo La República, y si bien me da vergüenza ver las tiradas de Alfredo, me divierto con las Carlincaturas, donde se ve con frecuencia a Alan García tal cual es.

Luis Vargas

Alfredo P. dijo...

la caricatura es muy buena, pues muestra a un sector de los cusqueños tal como son: acomplejados, resentidos e ignorantes.
Cada de dìa de paralización le ha costado al Cusco unos 20 millones de soles en pérdidas, por supuestos que los revoltosos no pierden nada, pues la mayoría de ellos provienen del aparato regional y municipal (que siguen cobrando mientras paran como lo anuncia el periodista inglès Ashenshov en la revista Caretas) o son estudiantes ideologizados (que no trabajan), pero la población que trabaja en el rubro turístico sí sufre las consecuencias de esta irracional medida.
Es falso que se vayan a privatizar las ruinas como sostienen algunos ideologizados, lo único que permite es otorgar en concesión una zona próxima a ellas para así darles a estas un valor agregado y -según la última modificatoria- cada región decide si la aplica o no, así que si los agitadores que fungen de autoridades regionales en el Cusco no quieren, esa ley no se aplica en su región, entonces ¿por qué tanto problema?.
El Cusco necesita de masiva inversión privada en el turismo, hasta el momento lo que predomina es la suciedad, la informalidad y el desorden; los cusqueños dicen que ellos son los verdaderos propietarios de las ruinas y eso se nota, porque votan basura y orinan en ellas. Ese desastre ecológico de Aguuascalientes es un buen indicador de lo que ocurre cuando se deja el manejo del turismo en manos de la informalidad.
Al ver este tipo de hechos -una paralización no va resolver los problemas de los cusqueños, al contrario, sólo los agravará- entiendo porqué los izquierdistas se oponen a cualquier reforma en la educación pública: necesitan de masas ignorantes para sus fines.