31.3.09

Club de lecturas, 2

¿Por qué no darle una mirada a Henry James?

Desde hace un tiempo (lo dije en alguno de los primeros posts de Puente Aéreo, hace tres años), tengo la impresión de que, entre muchos lectores jóvenes, la afición por los libros de Bolaño es tan excluyente que pocas veces se arriesgan a ir más allá de su bibliografía, o de la bibliografía de sus filiaciones más evidentes.

A esos lectores les he recomendado más de una vez que pongan un pie en los antecedentes más remotos de Bolaño: otros escritores para escritores, otros libros poblados de novelistas, artistas y críticos; novelas escritas en clave y con un guiño afable, especialmente, para escritores en ciernes interesados en esa suerte de autorreferencialidad libresca que habita las ficciones del chileno.

Suelo comenzar la lista con Perec, Auster, Mulisch, Roth, pero también con latinoamericanos como el argentino José Bianco. Me refiero a su novela
La pérdida del reino, escrita tres décadas después de las nouvelles a las que debe su fama, Las ratas y Sombras suele vestir.

Se me ocurre que una forma de conciliar esas recomendaciones con el proyecto en marcha del Club de Lecturas de Puente Aéreo, que se puso en camino semanas atrás con un cuento de Alan Pauls, es proponer como segunda estación una novela breve de Henry James --nadie es más moderno que Henry James--:
me refiero a The Aspern Papers, o Los papeles de Aspern.

Los elementos claves de
Los papeles de Aspern podrían perfectamente ser una de las fuentes básicas de las dos novelas mayores de Bolaño (Los detectives salvajes y 2666). Hay un escritor muerto; sus papeles íntimos están abandonados en una mansión europea, al cuidado de una mujer que fue crucial en su pasado remoto; un crítico literario se coloca en la posición de investigador secreto para recobrar los documentos y reconstruir los vacíos de la vida del autor.

Se dice que James imaginó la historia a partir de una anécdota que le fue referida por un amigo. La historia original aludía a un estudioso de la obra de Percy Shelley y a sus intentos por apoderarse de los originales de su correspondencia. En la novela, publicada inicialmente en 1888), el poeta muerto se llama Jeffrey Aspern, y la anciana que tres cuartos de siglo atrás fue su amante es Juliana Bordereau.

Siguiendo con las claves bolañescas, el relato es también un agudo estudio de carácter sobre un puñado de personas aisladas de sus raíces, migradas a otro continente, aisladas en la soledad y el exilio, y que han ido deponiendo o modificando los rasgos de su idiosincrasia debido a las décadas de alienación con respecto a su sitio de origen.

Quienes quieran y puedan leer el libro en inglés, lo encontrarán en este enlace a Project Gutenberg. A quienes prefieran leerlo en español la divina provindencia les ha dejado este otro enlace, donde podrán imprimir o leer en pantalla una traducción completa de la novela (son poco más de cien páginas).

Agradecería que los interesados en discutir el libro dejen en este post sus comentarios señalando su intención, para hacernos una idea mejor de nuestro futuro éxito, o de nuestro fracaso, claro está.

25 comentarios:

Miguel Rodríguez Mondoñedo dijo...

Me encantaría participar de esta lectura.

LuchinG dijo...

Me apunto.

Y es una buena idea tener los dos textos a la mano. Así si uno no está seguro de lo que dice en inglés puede recurrir a la versión en castellano; y si está lelyendo la traducción al castellano y algo le parece raro, puede acudir a la versión en inglés.

Daniel Flores Bueno dijo...

Si no recuerdo mal ese libro es el tema de una tesis de Alonso Cueto y de una conferencia que dictó en el ICPNA. Acabo de descargarlo en castellano y me mata la curiosidad leerlo. Sobre todo porque acabo de terminar de leer 2666 y después de tu comentario me va a resultar inevitable comparar ambos libros. Gracias por el link.

Maldoror dijo...

Listo y presto para participar

Cynthia dijo...

Apuntada..

Anónimo dijo...

Una obra maestra, de veras. La traducción que ofrece Tusquets (serie "Cuadernos marginales") es bastante buena. Aunque claro, lo ideal sería leer a James en su idioma original.

Alonso dijo...

Apuntado.

¿De cuánto tiempo disponemos para leera?

Perucho dijo...

Me encantaría participar.

Gustavo Faverón Patriau dijo...

La discusión podría ser en un par de semanas, calculo. Para que todos tengan tiempo de leer la nouvelle.

Luis Eduardo dijo...

Hola Gustavo. No pude participar en el anterior ejercicio con el cuento de Pauls, pero esta vez sí tengo tiempo y la suerte de haber leido ya la obra; me anoto!

Anónimo dijo...

Bravo, señor Faverón, ahora que un latinoamericano es universal hay que empezar a quitarle su genio.
como es un latinoamericano,sudaca,hay que decir, bueno si es así es porque tiene los siguientes ingredientes: algo de Henry James, literatura inglesa + literatura europea + literatura norteamericana = Bolaño.

Bravo, usted ha ganado el premio mayor, "el oso de oro" a la mezquindad.

"A esos lectores les he recomendado más de una vez que pongan un pie en los antecedentes más remotos de Bolaño"
palabras sabias de su autoria,
¿ hubiera dicho lo mismo de Litell de James Joyce? de Dante Aligheri?
es solo una pregunta.

Lucio Suárez dijo...

Me apunto también. Dale gustavo. Ya con esta cantidad funciona bien un taller. Y si hay má, también.

Gustavo Faverón Patriau dijo...

Al último anónimo: yo he coeditado con Edmundo Paz Soldán un libro entero sobre Bolaño, y he escrito sobre él media docena de veces. Decir que la literatura de Bolaño no tiene vinculaciones evidentes con otras tradiciones sólo es empobrecer su obra.

A los demás: gracias por la respuesta, ojalá el grupo siga creciendo.

Coco Lucho dijo...

Anónimo: chequea esto:

El escritor argentino y la tradición

No es exactamente el tema, pero tiene varios ejemplos de tradiciones que toman elementos que están fuera de ellas.

Anónimo dijo...

Seria interesante que postees un comentario a este insolito post del llamado "Peruanista"

"Fascista Vargas Llosa preside Comisión del Museo de la Memoria en Perú: una burla a las víctimas de la violencia"

caritelove dijo...

Aprovecho que están hablando de Henry James para preguntar si alguien cuenta con su correspondencia en formato electrónico. Estaría agradecidícima si alguien podría acercarla por mail.

Ana Lorenzo dijo...

Me apunto, en la versión traducida :-)
No me dio tiempo a participar en el del cuento de Alan Pauls, aunque sí lo leí y leí luego toda la charla.
Un beso.

El moqueguano dijo...

Empece a leer la novela un poco de mala gana y despues ya no pude parar. Asi que me paunto para la discusion. Gracias por la eleccion Gustavo

Ratón de Biblioteca dijo...

Sería interesante que algunos de los ochentaypico que la vez pasada pidieron el cuento de Alan Pauls nos digan por qué prefieren no participar en esta ocasión.

Rata de Alcantarilla dijo...

Para que se animen: partes picantes de The Aspern Papers:


"Certainly, and I see only one way to parry that."

"And what may that be?"

I hesitated a moment. "To make love to the niece."

----

"There was a moment
when I stood convinced that the only way to make up for this latter
fault was to take myself away altogether on the instant; to sacrifice
my hopes and relieve the two poor women forever of the oppression of
my intercourse."

Vampiro de Semana Santa dijo...

Qué se me hace que por el feriado largo y la novela corta, muy pocos se van a apuntar esta vez.

Anónimo dijo...

Hola Gustavo, mira, me llamo Jhonatan y soy de Lambayeque, junto a unos amigos queremos organizar un pequeño taller de cuento y sobretodo conocer nuevos autores, los que lamentablemente por acá no llegan, no encasillarnos sólo en el boom; por eso quería pedirte un favor, hace un tiempo escuche sobre un cuento llamado "La mujer de Gogol" de Tomasso Landolfi, pero no he podido conseguirlo, no sé si tú tendras el cuento y me lo puedas enviar o al menos un link, aunque sea en inglés para traducirlo, de donde descargarlo. De antemano gracias, mi correo es jesus_gs22@hotmail.com
Y me olvidaba, me parece excelente tu idea del club de lecturas, yo propongo "Reflejos en un ojo dorado" de Carson Mccullers, extraordinaria, nada más.

Liz dijo...

Hola Gustavo,
me llamo Liz y me gustaria participar en el club de lecturas. Objetivo no tengo, simplemente entender de que se trata un club de lecturas.
Abrazo,
Liz

lil dijo...

Tal vez llegué tarde a este post, pero amí también me gustaría participar!!!! Ya voy a leer la novela!

Estela Canto (Borges a Contraluz) dijo...

Le conté que un curioso personaje, un francés que de¬cía haber estado en la Resistencia, había intentado robar¬me el manuscrito de El Aleph. El francés, Jean de Milleret, se había presentado en casa de mi hermano una tarde, diciendo que quería hablar conmigo de Borges, pues estaba preparando un libro sobre él. Era un hombre corpulento, de unos cincuenta y tantos años, rubio, de an¬teojos. Trajo unos bombones y nunca terminaba de des¬pedirse. Había en su persistencia una especie de pregunta que no se formulaba, una oscura insinuación sexual, como la de esos hombres que siguen a una mujer en la calle, a cierta distancia, y empiezan a inquietar.
Jean de Milleret volvió una segunda vez, me tomó unas fotos y trajo de nuevo bombones (que no me gustan). Quería que le contara cosas sobre Borges. Creo que suponía que me había acostado con Georgie y esto le exci¬taba. Imprudentemente, cometí el error de decirle que guardaba el original de El Aleph en un cajón del escrito¬rio. Milleret solicitó verlo y me preguntó si podía tenerlo dos o tres días: deseaba analizar la extraña letra de Bor¬ges. Le entregué el manuscrito.
Milleret no tenía teléfono. Pero me había dejado su di¬rección la primera vez que vino. Pasaron unas semanas sin que diera señales de vida. Finalmente le conté a mi marido lo que había pasado. Él se las arregló para reco¬brar el manuscrito, y hasta el día de hoy no sé cómo lo hizo.
También Borges tenía algo que contarme sobre Mille¬ret. Éste, que pretendía haber sido herido en la guerra en una pierna, usaba un bastón. Borges me contó que Mille¬ret había extraído un estoque o una daga de ese bastón (no pudo ver qué era) y, como en broma, lo había apun¬tado e incluso pinchado. Esto le había parecido bastante raro a Georgie.
Jean de Milleret publicó un año después un libro de conversaciones con él -Entretiens avec J. L. Borges- que pasó sin pena ni gloria.
No terminaron aquí las desventuras con El Aleph.
Un crítico uruguayo, que iba a escribir un libro mal informado y farragoso sobre Borges, vino a verme y me pidió que le prestara el manuscrito de El Aleph, según él, para ver la «escritura» de Borges. Escarmentada por lo que me había ocurrido con Milleret, le di unas foto¬copias del principio y del fin del cuento. Esas fotocopias fueron publicadas en revistas universitarias de Estados Unidos.
Le conté todo esto a Georgie y le dije: «Pienso vender el manuscrito cuando estés muerto, Georgie». Él lanzó una carcajada y dijo: «Caramba, ¡si yo fuera un perfecto caballero iría ahora mismo al cuarto de caballeros y, al cabo de unos segundos, se oiría un disparo!». El Aleph lo vendí de todos modos, pero cuando él estaba en vida.
El incidente de Milleret nos llevó a hablar de The Aspern Papers, la novela breve de Henry James que descri¬be el interés de un joven, admirador del escritor Aspern, al enterarse de la existencia de una solterona vieja que ha guardado cartas inéditas del escritor. El joven está dis¬puesto a hacer cualquier cosa por conseguirlas: incluso hace la corte a la anciana dama. En broma le dije: «Algún día yo voy a ser como esa anciana dama».
(Como se ve, cumplo con lo anunciado.)