6.8.06

Una grave acusación de Ruiz-Ortega

Hace varios días recibí una serie de emails del novelista Gabriel Ruiz-Ortega (izquierda). En ellos, el autor me explicaba su teoría acerca de quién es el responsable del blog Puerto El Hueco, que, como algunos lectores saben, es un sitio web anónimo dedicado a denigrar las honras de decenas de intelectuales y artistas peruanos.

No tengo ninguna relación personal con Ruiz-Ortega, ni tampoco tengo ninguna relación personal con aquél de quien él, singular y seriamente, sospecha: el crítico, novelista y poeta Víctor Coral (abajo).

Tanto a
Ruiz-Ortega como a Coral los conozco a través de lo que escriben, y con ambos he intercambiado media docena de emails en los últimos meses, siempre amables y siempre puntuales, referidos a temas literarios.

Ellos, en cambio, Coral y Ruiz-Ortega, sí han tenido una amistad que es pública y notoria, y que se ha manifestado, por ejemplo, en colaboraciones del segundo en el blog del primero.

Hoy, Ruiz-Ortega ha publicado en su blog un texto en el que deja en claro que esa amistad se ha terminado, pero también deja en claro, además, algo muy delicado: que Ruiz-Ortega piensa que Coral es responsable del conocido blog basura.

El texto de Ruiz-Ortega aclara que él no tiene ninguna prueba tangible de lo que dice. Las suyas son las observaciones de alguien que ha sido muy cercano a Coral en los meses recientes.

En vista de que
Ruiz-Ortega escribe esto sin ocultarse, firmando con su nombre, y diferenciándose con ello del hábito del ataque anónimo que los blogs basura han puesto de moda, pienso que vale la pena seguir de cerca lo que ocurra con su acusación.

Puente Aéreo queda abierto para que Ruiz-Ortega exponga aquí los pormenores de su denuncia y, por supuesto, tampoco me abstendré de reproducir cualquier respuesta que quiera ofrecer Víctor Coral.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Estimado Gustavo: la relación (nunca llegó a amistad) con Ruiz Ortega había ya terminado de mi parte hace unas semanas, por una entrevista echada que este joven le hiciera a un blogger basura y por el incumplimiento de compromisos con la Revista de Libros.

Con respecto a la "teoría" de este señor sobre quién maneja Puerto el hueco, me parece ridícula, y creo que solo puede tener sentido en la necesidad de publicitar su blog, que anda muy caído de audiencia.

En cuanto a la supuesta conversación reproducida al final del post de GRO, la niego rotundamente: las dos personas de quien he sospechado en algún momento que manejaban el estercolero que tú bien conoces, han sido debidamente posteadas en mi blog: Leonardo Aguirre es una de ellas.

Por supuesto, no daré más pabilo a un conocido delincuente virtual en Lima como Ruiz Ortega, que tiene varias quejas encima por acoso virtual, hackeo y crakeo de correos electrónicos. Esto es algo de lo que recién me he enterado en las últimas semanas.

Hace 15 días él mismo me contó que Miguel Ildefonso y otro ofendido habían ido a patearle la puerta de la casa por hackear el correo de una chica y acosarla. Luego me enteré que el poeta Ildefonso no había tenido nada que ver.

En fin. Ese es el modus operandi de este intrigante.

Podría, además, correr una lista de afectados por la enfermedad virtual de Ruiz Ortega. No me interesa.
El no tiene pruebas de sus "sospechas" (nadie puede tener pruebas de lo que no es cierto); pero yo sí tengo testimonios directos de personas que han sido acosadas y hackeadas por este señor, pruebas que no presentaré aquí porque este no es un tribunal ni tú eres un juez.

Más allá de las tonterías de un insidioso, ya que el tema está planteado, tal vez podríamos conversar un poco de los blogs basura y quién los maneja.
Estoy seguro de que saldrían cosas más interesantes que las babosadas de un escritor inmaduro ávido de reconocimiento a cualquier precio. Saludos.

Anónimo dijo...

"Cuadra Quince", el blog de este señor "Yépez", no existe, es un blogger apócrifo y no me molestaré más en contestar a patrañas de apócrifos.
Me sorprende que Gustavo dé pie a estas acusaciones cobardes.
Si alguien quiere, con su nombre y apellido y DNI, acusarme de la tontería endilgada, que escriba a mi blog y yo lo publicaré.
Enemigos políticos tengo, y con razón, pero no responderé a fantasmas que buscan levantar lo que no tiene vuelo, ni literario ni de investigación periodística. Así de simple.

Gabriel Ruiz-Ortega dijo...

¿ que nuestra amistad terminó por tu parte?,¿una entrevista echada que le hice a un blogger basura?, ¿incumplimiento de compromiso con revista de libros?, ¿ que tengo quejas por acoso virtual, hackeo y crakeo de correos? Has tratado de irte por la tangente, atacando a mi persona de la manera más vil. Has destilado tu furia de la manera más patética pero no has dado razones a NINGUNO DE LOS DETALLES QUE TE SINDICAN. Yo no voy a caer en tu juego, no esperes recibir de mi persona ningún ataque como tú sí lo has hecho. La mejor manera de defenderse es aclarando con ARGUMENTOS.
Gabriel.

Gustavo Faverón Patriau dijo...

Debido a que en este blog no se publican anónimos, le pido a Javier Yépez que pruebe su identidad.

Anónimo dijo...

Esto es lamentable, digno de una función circense; y el culpable no es otro que usted, señor Faverón, que incita con ánimo inexplicable estas mezquindades. Qué un escritor mediocre, impute a otro (que en antaño fue su amigo), valiéndose de un medio dudoso, como el correo electrónico, sin pruebas suficientes que legitimen su acusación, es la demostración inequívoca de su barroquismo moral. Empero, que una persona que proclama su seriedad a todas voces, que apela al compromiso ético diario, atribuya validez a un balbuceo insensato, con la responsabilidad de saberse leído por miles de personas, es incomprensible. Claro, imagino su respuesta. Hay que develar la identidad de la jauría de “Resentidos Social Club” que inundan con sus imprecaciones e insultos, la blogósfera; no importan los medios, el fin lo justifica todo (ya lo dijo en prosa inefable, vomitiva, el señor Ruiz- Ortega). Ser el guachimán oficial de la cultura, lo sé, Gustavo, es un deseo irremediable, una pulsación existencial, un proyecto de vida.
Y no es que defienda al señor Coral, con el que no me une amistad y filiación alguna (felizmente), pero me indignan esas inconsecuencias éticas. Hablar de la democracia, de las libertades individuales hasta el dolor de muelas, y pisar las honras ajenas porque quiero, porque me da la gana, porque esa es la libertad que defiendo. He ahí que su crítica a la neutralidad ética de algunos, a la impasibilidad, a la ligereza de otros, no sea un discurso coherente. Usted reproduce lo mismo, ataviado claro, de su prestigio y el número de lectores que posee (recuérdese el texto de La Vaca Profana, recuerde su silencio en torno a la respuesta de Carlos Gallardo)
Por último, deploro esta comidilla propia del submundo letrado, de las que el señor Coral, el señor Ruiz, no son ajenos, y que dibuja el rostro hediondo de nuestra realidad.

Gustavo Faverón Patriau dijo...

Curiosamente, el señor Calvo paso por alto una cosa y resbala en otra. Lo que pasa por alto es que yo sólo he enlazado un texto escrito y suscrito por otra persona; no he opinado al respecto y he invitado a Víctor Coral a responder, como lo ha hecho. Aquello en que resbala es en ese "felizmente" con que celebra el no estar ligado a Víctor Coral: da la impresión de que en esa sola palabra se esconde todo un juicio moral, de aquellos que el señor Calvo me atribuye.

Por otra parte, hay que notar las palabras finales del primer comment de Vìctor Coral: "tal vez podríamos conversar un poco de los blogs basura y quién los maneja". Si Víctor propone esa conversación, no veo por qué al mismo tiempo habría que lapidar a quien la ha iniciado, que es Ruiz Ortega.

Gabriel Ruiz-Ortega dijo...

Bueno, no es fácil decir esto. No me afectaría para nada si se me llega a calificar de soplón. La soplonería proviene de feudos y ambientes delictivos. Así es que me resbala.

Me reafirmo, yo sí consideré a Coral mi amigo.

Imagino que muchos de los antagonistas de Coral están celebrando por las cosas que están ocurriendo. Lo que Coral hizo a través del seudónimo Gaspar de la Nuit es tan execrable como aquellos que justifican a Sendero Luminoso y el MRTA.

Recuerdo una ocasión en la que fui señalado en el bar Superba por un inefable poeta de la generación del 80 (por si acaso, no diré su nombre), este personaje, con brazo firme y espuma en los labios me dijo: “tú eres amigo de Coral, te vi entrando a una librería con él, eres de lo peor, eres amigo de Coral”. Le pedí que se calme, pero este personaje seguía con su cantaleta. “Soy senderista y qué, soy senderista y qué”, fue lo último que dijo antes de que le alcanzara una botella de cerveza y así pueda beber su antídoto. Se calmó.

Situaciones como esta las he vivido muchas veces, y siempre defendía a Coral. Con varios de estos antagonistas me he juergueado, y con varias he bailado. Y sé que muchas de sus posturas yacen en el terreno del interés. Estos intereses se cuelan a través de aspiraciones académicas, a estar a como de lugar en antología alguna, a favores, y siempre, eso sí, con harta chela, pero harta chela.

Bueno fuera que por más discutida que pueda ser una inclinación ideológica se tuviera una pequeña cuota de consecuencia. Sólo se salva una de las que conocí.

Lo que diré no es para Uds., amigos discutidos. Pero igual celebrarán, ya que en las buenas y en las malas, siempre hay que tomar. Lo que diré es para aquellos que han sido directamente ofendidos a través de la persona que se escondía tras Gaspar de la Nuit, y así mi aseveración quede completa.

De la boca del mismo Coral escuché pedirle a Max Palacios que no dijera que él era Gaspar. Y esto se lo dijo a Max ya que él le contó los pormenores de la primera conversa que se realizó entre jóvenes narradores, conversa organizada con mucha irresponsabilidad y falta de respeto mínimo por los narradores convocados.

Entre lo que se habló se tocó el dime y direte entre Gaspar y un anónimo (Palacios) que se dio en Puente Aéreo. Me di cuenta el por qué entonces Coral sabía quien dijo A y quien dijo B. Reconozco que debí tomar distancia de él desde ese momento. Sin embargo, tengo que declarar que Coral era una persona con quien me sentía muy unido por la pasión libresca. Eso es evidente.

No creo que sea difícil que vuelva a ser amigo de Coral. Es prácticamente imposible. No le guardo rencor, como tampoco le guardo rencor a esa persona a quien consideré mi amigo, aún más que a Coral. A ambos les deseo toda la suerte del mundo en sus proyectos literarios, talento tienen. Sencillamente, en mi vida no hay espacio para sentimientos menores.

Y quiero dejar constancia de mi lástima pública por un sujeto que obedece al nombre de Luis Rodríguez Castro, a quien Coral se refiere en su primer comment del post Grave acusación de Ruiz-Ortega como “otro ofendido”. Me fastidia que Coral haya tergiversado a sabiendas que ese tal Rodríguez fue quien hackeó mis cuentas electrónicas y mi PC. Este sujeto amenazó con golpear a mi padre si es que no me encontraba en casa. Me pareció raro que Coral dijera eso, y no voy a perder mi tiempo en pensar que entre Ildefonso- Coral-Rodríguez hubo o hay algo, no tengo tiempo para ver lo que existe en una extraña mezcla de ignorancia, resentimiento y estupidez que se junta cada vez que se necesitan.

Digo esto porque en mis correos y en mi PC tenía mis textos literarios, tenía información que sólo pertenece a mi vida privada.

Este trío ya no existe en mi vida. Cuando leí ese comment creí estar leyendo el texto de un caserito de Puerto el Hueco. Es evidente que mi vida privada no le interesa a nadie pero si esta sale en ese estercolero virtual, la sospecha terminará por ser certeza. Esto ocurre por el simple hecho de que Coral haya mencionado a dos sujetos que no tienen, aparentemente, nada que ver con el texto Coincidencias insultantes.

Admiro a Ezra Pound y Louis Ferdinand Celine, ambos con una postura ideológica y personal que es para llorar, pero los admiro por sus obras, por todo lo que me han dado a través de mi experiencia como lector. Así es que a Coral e Ildefonso los seguiré leyendo con expectativa, pese a que en el libro virtual de Ildefonso figure como diagramador el ya denunciado Luis Rodríguez Castro. Denunciado no por hackearme, sino por amenazar con pegar a una persona que es mucho mayor que él.

Si hay una persona a quien sí le quiero pedir disculpas, es Luis Hernán Castañeda. Cometí la ingenuidad y taradez de hablarle bien de Coral.

Lo importante para mí en estos momentos es vivir hacia dentro, en abocarme a lo que realmente vale la pena, en encontrar la soledad y el espacio para escribir. Lógicamente, la idea de este párrafo no me pertenece, me lo dijo una persona sumamente decente y a quien aprecio infinitamente.

Con esto termino mi participación en Puente Aéreo. No me gustó nada escribir este comment, pero creo que era necesario.
Gabriel.

PD: Coral, si no fuera porque tú lo dices en tu comment con tufillo puerto el hueco, no me entero de que ya no estoy en Revista de Libros. ¿Qué hice para que me echaras de manera tan vergonzosa? Me siento muy afectado, no puedo dormir.