28.5.07

¿Peruano o norteamericano?

Sobre el asunto de Daniel Alarcón y las literaturas nacionales

Los libros (y la biografía) de Daniel Alarcón siguen dando tema de conversación en la esfera literaria peruana: aunque aún falta bastante para que nuestra crítica genere una lectura compleja de sus dos primeros libros y comience a explicar la mecánica de la relación entre Alarcón y sus dos tradiciones (la peruana y la norteamericana), el tema, a nivel de discusión inicial, reaparece cada cierto tiempo.

Las posturas que se escuchan (por ejemplo, entre los comentarios a una encuesta sobre el tema que Iván Thays viene proponiendo en su blog) suelen ir en tres direcciones:

(a) Alarcón es peruano como las combis asesinas y los cigarrillos sueltos, y al que diga que no, lo mismo le digo yo.

(b) Alarcón es gringo como ponerse un terno con zapatillas y al que diga que no, likewise.

(c) No es relevante que Alarcón sea peruano o gringo, porque la literatura trasciende todas las fronteras y quien se preocupa por discutir el asunto es probablemente un nacionalista primitivo.

Si es relevante para el caso, diré que yo sí recuerdo declaraciones de Alarcón que dejan bastante en claro que él se siente parte de ambos mundos (las declaraciones me las dio en una entrevista publicada en Caretas).

Y no es poco importante señalar que, cuando Alarcón escribe sobre el Perú, cosa que ha hecho en sus dos libros publicados, tal ejercicio no es el producto de una investigación mayoritariamente libresca (Vargas Llosa en La guerra del fin del mundo), sino la consecuencia de un conocimiento heredado, familiarmente transmitido, reaprendido en la convivencia y en el regreso a la tierra en que nació.

A quienes responden (a) o (b) cabe decirles que, en efecto, la nacionalidad no es un fenómeno excluyente, que dos pertenencias nacionales no se anulan una a la otra en términos simples. El caso más obvio en la historia es el de la nación judía, cuyos miembros suelen sentirse (e incluso ser legalmente) parte de dos filiaciones nacionales diversas, sin que una atente contra la otra.

De hecho, con la globalización y la multiplicación de las migraciones y los éxodos, se ha definido mucho más el espacio crítico de lo que en literatura y en otros campos se llama "border studies", los estudios de frontera, que atienden a las producciones culturales ejecutadas en el tránsito interétnico, internacional, o referidas a él, o que lo problematizan. Uno de los casos más frecuentes es el de los autores de frontera, repartidos en dos universos, como Daniel Alarcón, Federico Campbell, William Carlos Williams, Rodolfo Wilcock, César Moro y un infinito etcétera.

Pero quienes piensan que la existencia misma de esos autores (o Beckett, Ionesco, Nabokov, Conrad) demuestra que la línea de las nacionalidades es irrelevante para la recepción o el estudio de la literatura, están, creo yo, en un gran error: la existencia de los autores de frontera demuestra, más bien, la existencia de los terrenos a ambos lados de la frontera: los puentes demuestran las riberas del río.

Decir, como se ha dicho, que para comprender a Alarcón es irrelevante preguntarse por su pertenencia a la tradición y la nación norteaméricanas y a la tradición y la nación peruanas, recurrir para ello al argumento de la universalidad de la literatura, implica privar a la obra de Alarcón de una de sus puertas de entrada más interesantes: ¿cómo es que Alarcón integra ambas tradiciones, cómo es que conjuga ambas miradas? ¿Qué hay de Wells en Lost City Radio y qué de Lituma en los Andes o de El hablador?

Quienes simplemente descartan la existencia misma de las literaturas nacionales (y por tanto consideran que la discusión es inútil) lo hacen o bien a nombre del principio idealista de que la literatura es una sola, o bien arguyendo que las literaturas nacionales son un invento demasiado reciente, acaso no anterior al romanticismo, y por lo tanto artificial y descartable. Yo les diría lo siguiente: también los estados-nación son un invento reciente, tanto como sus literaturas, y nadie dirá por ello que no existen, y nadie creerá que se puede entender el mundo contemporáneo sin entender los discursos asociados con ellos. Decir que las literaturas nacionales no existen es negar doscientos cincuenta años de historia literaria.

Ciertamente, no es en función de su enorme calidad artística que todos nosotros hemos leído a Segura o a Pardo y Aliaga; no es por su renovación de la poesía occidental que hemos leído todos a Chocano. Si fuera un asunto de calidad literaria, no los habríamos leído jamás. (Y quien no entienda eso, ése sí que es un nacionalista).Los leemos porque nuestro concepto de literatura funciona dentro de los parámetros de las historias nacionales, y ello incluye el hecho de comprender a la literatura no sólo como estética y como ejecutoria privada y personal, sino también como política y como construcción colectiva.

¿Voy yo a leer a Daniel Alarcón como escritor norteamericano? Sí. ¿Y como escritor peruano? Obviamente, sí. Si no lo hiciera perdería de vista una porción gigantesca de su visión del mundo.

Habrá quienes juzguen provinciana mi opción: es todo lo contrario. No me cabe duda de que la mejor crítica de la obra de Alarcón la harán críticos peruanos, o muy familiarizados con la tradición peruana. Los críticos norteamericanos, lamentablemente, tendrán un ojo vendado porque no sabrán ver lo peruano en la obra de Alarcón. Y eso sí que es ser provinciano y limitado: es el provincianismo que sufren los que se sienten el centro del mundo.

En la práctica, para hablar de literatura, no basta con creer que las fronteras no existen, ni sirve desconocer lo que hay más allá de la propia frontera: sirve detectar las fronteras y saber cruzarlas, en toda dirección, cada vez que sea necesario.

Fotomontaje gfp.

19 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Si Alarcón fuera malo a alguien le interesaría si es peruano o yanqui?

Jorge Frisancho dijo...

Me pregunto si en en el ejercicio de dilucidar la nacionalidad de Alarcón (una, otra, ambas a la vez) debemos prestarle atención no sólo a su biografía o a los temas de su literatura, sino también a la forma en que su trabajo (y él mismo, como figura pública) se integra a un sistema literario que sí está determinado por fronteras nacionales específicas, aunque porosas y flexibles. Es decir, al hecho de que Alarcón escribe desde y para el sistema literario norteamericano, no sólo en términos de cuál es su mercado sino también, por ejemplo, en términos de a qué tradición responde y con cuál se comunica de manera más orgánica. Me lo pregunto, pero no me lo respondo.

Anónimo dijo...

obviamente no

LuchinG dijo...

¿El estado peruano es un estado-nación? No podría afirmar categoricamente algo que no he estudiado, pero al ojo diría que no. Lo que sí percibo es una necesidad de agarrarse a una nacionalidad, a un equipo de futbol, a una tradición literaria que uno pueda mostrar como si los logros de otros fueran también propios. Esto del asunto de las nacionalidades no me parece criticable en principio, pero sí creo hay que tener presente que una vez que empiezan a definirse pertenencias, sin-querer-queriendo también se excluyen personas. Empezamos pensando que existen nuestras bromas, nuestros amigos, nuestra forma de interactuar, nuestra comida, nuestro idioma y así hasta el infinito, y de inmediato del otro lado de esa frontera hay un montón de gente. Los Miraflorinos sean honestos y digan (ojo: yo viví un tiempo en San Antonio y fui a un colegio de Miraflores): ¿qué tienen ustedes en común con un pata de una comunidad campesina en Puno, que habla sólo su lengua materna, aparte del hecho de que viven dentro del territorio del estado peruano? Por más que nos esforcemos en decir que "el perú es multicultural", "todos somos peruanos", etc, será una salida artificial. De ahí a decir cosas como "Ojalá que ahora que el terrorismo esta rebrotando nuestros militares vuelvan a tener el coraje de dar sus vidas por nosotros, para que podamos seguir teniendo energía eléctrica, podamos salir a las calles, no nos vuelen los vidrios de nuestras casas u oficinas, etc", sólo hay un paso. Eso lo estoy copiando de un mensaje que un excompañero del colegio mandó cuando salió el informe de la CVR. Mejor dejemos de pensar que existe un "nosotros", esa facilidad para cruzar fronteras que mencionas no es común.

Tengo una prueba mejor: traigamos a Alarcón y dejémoslo una semanita en territorio peruano. Si al octavo día empieza a decir que unos son unos mafiosos y otros son unos envidiosos, entonces no hay duda: ¡bienvenido a casa, hermano!

Martín Palma Melena dijo...

Hace algún tiempo escribí en Letralia un artículo que sobre las nacionalidades complementa lo que dices.

Saludos

Miguel Rivera dijo...

Tal vez sería bueno echar un ojo a tradiciones en las que la experiencia de la emigración es muy importante desde hace varias décadas. Tengo la impresión de que en el Perú lo ha sido desde los años 80.
Una amiga dominicana me contó que en su país nadie considera estadounidenses los textos escritos, en inglés, por los dominicanos que emigraron a Nueva York.

José Antonio Galloso dijo...

Hola Gustavo:

Acabo de publicar un post sobre el viaje de Alarcón Medio Oriente. En realidad es un correo que él me ha mandado con sus impresiones. Y, con respecto al tema de la nacionalidad literaria, le acabo de escribir haciéndole la pregunta directa. Apenas tenga una respuesta la colgaré en mi blog.

Saludos

Anónimo dijo...

¿Y cuando cuelgas algo nuevo en QUIPU? o será cierto que está desactivado por falta de calidad y compromiso de los amigos que harían las veces de filtro, como alguien dijo por ahi.

Anónimo dijo...

rYo soy miraflorino. Nací alli y he vivido mi vida entera en ese distrito(que para algunos parece se considera como un baldón), salvo un pequeño intervalo de un par de años en Paris haciendo mi doctorado, y me siento muy peruano a pesar de que llevo nombres y apellidos italianos, con el respectivo pasaporte de la UE, y orgulloso de serlo lamentando que no clasifiquemos al mundial, que nuestra economía solo "chorree" y que no alcance para todos y la mala suerte de la folclórica "muñequita Sally"(bien peruano el nombre, ¿no?). Pero eso es el PERÚ. No un crisol de razas, como lo han dicho hasta el cansancio, sino la unión de mucha gente nacida dentro de su territorio y que sin tener mucho en común unos con otros,como dice Luching, amamos hasta dar la vida por nuestro país. O sea que ser peruano, del centro, del norte o del sur, es SER PERUANO, sin importar que tu nombre sea autóctono o foráneo, pienso que si naciste acá y/o te criaste acá, eres peruano, aprendiste a amar al Perú. Posiblemente Alarcón no sienta mucho la "peruanidad"pues tengo entendido que no vivió mucho acá, así que no habría razones para criticar que se sienta más norteamericano que peruano. Como ya dije antes, la literatura es universal, pero me siento orgulloso de ser peruano, a pesar de nuestras autoridades, nuestras taras y complejos.
He dicho
Toohyded

Anónimo dijo...

Para mi el problema radica en el lenguaje literario. Yo tambien soy limeño de ascendencia italiana y por si fuera poco naci en los EEUU. Pero soy tan o mas peruano que el olluquito con charki. No quiero desviarme en esta breve reflexion, decia que el problema que veo en Alarcon es el del lenguaje literario y desde esa perspectiva -que es casi la unica por ser la mas importante, la de la expresion escrita en un lenguaje que no es precisamente el castellano- Alarcon es un escritor norteamericano y personalmente no deberiamos de plantear esta discusion en sentido valorativo sino mas bien en un sentido estrictamente literario. Mucho mas interesante, me parece Gustavo, el tema de la universalidad literaria entendida desde la optica de la trascendencia literaria (todo el mundo literario conoce en los paises de habla inglesa la importancia y valoracion de las obras de Cervantes, de Borges, de Vallejo -ver como simple ejemplo las referencias del sudafricano Coetzee a la obra poetica de Cesar Vallejo- solo por mencionar a unos pocos "grandes" de la literatura castellana)
Mas me interesa la trascendencia o la universalidad del joven Alarcon, por quien de alguna manera debemos sentirnos identificados -por su origen latino y peruano- claro que hubiera sido para mi mucho mejor leerlo no en el idioma que escribe, el ingles, sino en el nuestro.
¿Alguien considera acaso que el escritor Jozef K. Nalecz Korzeiniowski de origen ucraniano y nacido en un territorio polaco pero en aquella epoca (1857) anexado al Imperio Ruso y de nacimiento, infancia y juventud rusa-ucraniana, como un escritor ruso o polaco o ucraniano??? En el caso de Korzeiniowski -mas conocido como Joseph Conrad- lo que ha quedado para la posterioridad es su obra literaria escrita en ingles y por tanto se identifica a este escritor como de nacionalidad britanica. Pero hasta aqui, yo considero intrascendente cualquier reflexion (si fue polaco o frances, o ingles) ya que Conrad fue un escritor cuya obra ha podido romper fronteras y se lee en muchisimos idiomas. La nacionalidad quedo en un segundo plano mas no el lenguaje que utilizo para escribir su obra literariay por eso Conrad es considerado dentro del canon de escritores de habla inglesa.
Tal vez en relacion a Alarcon nos falten algunos datos, como por ejemplo que tambien puede escribir en castellano y en ese supuesto no veo cual sea el problema de considerarlo un escritor bilingue como el poeta Cesar Moro y tantos otros.
Y luching, otro es el tema de las nacionalidades y de si el Peru es una nacion con identidad o aun estamos trabajando en ello. A mi no me cabe ninguna duda que despues de la guerra de Sendero contra el estado peruano y luego de los 70,000 muertos, nada de toda esta tragedia debe considerarse en vano: yo creo que el Peru tiene mas identidad luego de la guerra que antes. Que la guerra no haya terminado, que estemos viviendo un rebrote, prefiero mantener una actitud mas de observador que soltar en este momento una opinion definitiva... pero que somos un pais con mucho mas identidad que antes, no me cabe la menor duda.
Yo pase mi infancia escuchando hablar a mis abuelos ni siquiera en italiano sino en genoves (esa variante afrancesada del italiano) y luego caminaba por los mercados de abastos de la mano de mis padres que en perfecto castellano compraban los viveres a las caseritas que les respondian y hablaban entre ellas en quechua. Entonces, tenemos todo a nuetro favor, una extraordinaria riqueza idiomatica y mucha vida para contar.
Bien por Alarcon, por mi que escriba en zwagili si quiere, pero que escriba para que al final de su carrera obtenga el premio de la trascendencia.

Capisco o non capisco???

slds.

Anónimo dijo...

Es comentarista "genovés" con italiano bamba ¿no será más bien de la familia de Los Soprano?

Gustavo Faverón Patriau dijo...

Benigno Niebla ahora se alucina italiano y ya no pone su firma. Es su tendencia a pasar de la voz solista a la voz coral.

En fin. Celebro que su abuelito le haya enseñado italiano, pero lamento decirle que se lo enseñó mal: la pregunta es "capisce o non capisce?". La respuesta, en primera persona, es "capisco".

Salvo que se esté preguntando a sí mismo si entiende o no entiende lo que él mismo escribe. Es una posibilidad.

LuchinG dijo...

Si seguimos la defición de Faverón cuando dice "(...) comprender a la literatura no sólo como estética y como ejecutoria privada y personal, sino también como política y como construcción colectiva." es algo que yo puedo comprender, pero dentro de una nación. Probablemente haya más interacción entre un puneño y un paceño y entre un limeño y bonarense que entre un puneño y un limeño. Los 250 años de historia de los estado-nación talvez no se produjeron por estos lados, de la misma forma como la edad media no terminó en 1450 en toda Europa. Talvez esta forma de ver las cosas me haga leer a Alarcon con un ojo menos; mi opinión es que los demás probablemente lean a Alarcón viendo cosas donde no las hay, porque, ¿nación peruana? Tal vez "nación costeña", "nación aymara", "naciones de la selva", etc. En cuanto a mí, cuando leí a Arguedas, Ciro Alegría y la Nausea, me quedé dormido; cuando lei 100 años, la ciudad y los perros, y la conspiración de los necios, me quedé pegado.

Saludos desde la Luchinglandia.

Anónimo dijo...

Sin ningun animo de conflicto ni nada por el estilo, creo estimado Gustavo, que a veces comentarios como el que le escribes al anonimo de las 4:45 (el supuesto italiano Benigno Niebla) y que es el mismo anonimo que escribe estas lineas, contribuye de alguna manera a que le des la razon a don Alonso Alegria cuando hace no mucho escribia en actitud conservadora e intolerante en Peru21 sobre los blogs literarios, esto:

"Pues, la verdad, la verdad comprobada es que un blog literario típico peruano lo leen su autor, sus amigos, su enamorada y sus patas de la universidad."

Al menos en ese comentario mio (anonimo de las 4 y 45) creo que existio un interes honesto y legitimo en escribir esas reflexiones que tuviste a bien postear. Sin embargo, tu respuesta fue bastante intolerante y confrontacional (si cabe esta ultima expresion), mas aun si luego decidiste -con todo tu derecho, porq es a fin de cuentas tu blog- no postear mi breve respuesta a tu comentario.
En todo caso: 1) reitero mi aclaracion de que mi abuelito nunca me enseño italiano (el hablaba en genoves), ni tampoco genoves (nunca he sido bueno para aprender idiomas y menos de solo escuchar hablar a otra persona). Donde leiste eso en mi comentario? Lo dije?
y 2) gracias una vez mas, por la correccion de capisco por capisce.

Saludos,
anonimo de las 4 y 45

PD: no te preocupes en postear este comentario.

Anónimo dijo...

O sea que el italiano de mentira era Benigno Niebla, el estudiante de licenciatura de Texas. ¿Quién tiene tiempo de hacerse pasar por gringo un día y por italiano al día siguiente y encima dar lecciones sobre lo que se puede y no se puede hacer en un blog?

Anónimo dijo...

Aca les dejo la respuesta del mismo Alarcon con respecto al tema en una entrevista que le hizo Alberto Fuguet:

Me imagino que esta es la pregunta cliché. He mirado algunas entrevistas y muchas parten así, casi como si el periodista fuera un funcionario de migraciones, ¿de dónde (puta) eres? Where are you fucking from? Que es lo mismo decir QUE ERES, ¿no? Gringo, peruano, sureño, ¿qué?

La mejor definición llegó de la boca de un amigo del barrio en San Juan de Lurigancho, un distrito limeño marginal donde viví por casi un año: me decía el norteamerincaico. Claro, supongo que podría intelectualizarlo, mirarme el ombligo y preguntarme sin cesar quien soy, pero dudo que una respuesta más perfecta existe. Un peruano que escribe en inglés, un escritor gringo de origen peruano—is it that strange? No lo creo. Muchos de mis amigos de chico eran gringos cuyos padres venían de otra parte. Uno hablaba en hindú con sus viejos, otro en chino con los suyos, yo en español con los míos—y cuando nos juntabamos en las tardes a escuchar rap y hablar de chicas, lo haciamos en un inglés con tanta jerga que nuestros padres no hubieran podido comprender.

Sin duda que Perú te obsesiona. Buena parte de tu primer libro transcurre en el Perú. La primera novela, que saldrá el prox año, es sobre Lima. ¿Por que tan poco USA?

Muy simple: en el mundo globalizado, hablar de Lima es hablar de Londres o Nueva York o Birmingham o Karachi. Es decir, al retratar la ciudad donde nací, también me estoy preocupando de la ciudad donde pasé mi infancia. Inevitably.

Te lo pregunto xq el mundo de tu primer libro y, por lo que intuyo, de tu nueva novela, no es precisamente “tu mundo”.
Entiendo, and of course you’re right, pero eso es reducir la definición del mundo que me pertenece a una serie de cifras de ingreso mensual, dirección, educación, etc. Es mi mundo por que me importa entenderlo, ser partícipe de su desarrollo, y porque tengo grandes amigos ahí cuyo bienestar me preocupa.

La ultima respuesta lo dice todo...

Jorge Frisancho dijo...

Alguien decía más temprano que Conrad, por ejemplo, "ha trascendido" las fronteras de lo nacional y que se le lee en muchos idiomas. OK. Pero, ¿se le leería igual si únicamente hubiera escrito en polaco o ucraniano? Es decir, si no hubiera escrito en inglés, y si su trabajo no hubiera terminado por inscribirse en el sistema literario británico, y si no hubiera pasado a formar parte del canon anglosajón moderno, ¿se le leería igual? Yo creo que no. La literatura y la lengua polacas, como la literatura y la lengua ucranianas, son relativamente marginales a los mecanismos de prestigio europeos, y en buena parte por ello hay muchos menos polacos y ucranianos en el canon "universal"; esta es una realidad política tanto como es una realidad literaria. Imagínense un Conrad que escribiera en Uzbeki, o en alguna otra lengua de las estepas centroasiáticas. ¿Cómo podría "trascender"? ¿Cómo se hubiera hecho "universal"? En el fondo esta es la misma pregunta que me hacía hace un rato, sobre la participación de un escritor en un sistema literario específico, y la relación que esto tiene con su nacionalidad.

Otra cosa que me parece significativa es la declaración de Alarcón (la ha hecho antes) donde dice que hablar de Lima es hablar de Nueva York o de Karachi. Alarcón tiene todo el derecho del mundo a pensar así, y obviamente esa idea no hace su literatura "mala" o inválida (de hecho, su libro de cuentos y su novela son de primera línea). Pero creo que sí dice algo sobre su relación con Lima y con el Perú, sobre la especificidad de lo limeño y lo peruano en su trabajo. Y, en esa medida, creo que también dice algo sobre su pertenencia nacional. O "nacional", si se quiere.

Gustavo Faverón Patriau dijo...

Hay varias cosas que me gustaría comentar y no tengo tiempo ahora mismo, pero las menciono:

-- Eso de llamar "universal" (por oposición a "local" o "nacional") a cualquier cosa que es apreciada más allá de su lugar de origen. No lo entiendo. Mejor dicho, no entiendo la oposición. El jazz de Miles Davis, digamos, o el de Max Roach, son "universales" en el sentido que se le quiere dar aquí. Pero, ¿acaso vamos a olvidarnos por eso de que el jazz es el fruto de una historia específica, entre cuyos elementos clave está la opresión esclavista y la resistencia negra en Estados Unidos?

-- Conrad: Joseph Conrad escribió las grandes novelas del tardío imperio británico, son novelas históricamente marcadas y específicamente referidas a una coyuntura particular. Son novelas sobre la experiencia colonial imperial desde el lado del opresor. No importa cuán "universales" se las quiera considerar, aún son las novelas más privativamente británicas que quepa imaginar. Novelas que no hubieran podido escribirse a partir de la experiencia peruana o chilena o japonesa o polaca. Por eso es que Conrad es un escritor británico, no simplemente porque un día haya decidido escribir en inglés (un idioma, dicho sea de paso, en el que apenas era capaz de comunicarse oralmente, debido a su terrible acento, según dicen).

-- "Universal" vs ¿qué?: Yo siempre me he sentido un poco desconcertado de escuchar que cuando un libro es "verdaderamente bueno" trasciende una frontera y se vuelve "universal". No entiendo eso. ¿Quiere decir eso que los libros verdaderamente malos no son capaces de hacerlo? De hecho, ¿no es la globalización inmediata el destino patente de obras como las de Isabel Allende, Paulo Coelho o Dan Brown? (¿O es que "ser universal" y triunfar en todo el universo no significan lo mismo? Y si es así, ¿alguien me quiere aclarar la metafísica detrás de este concepto de "universalidad"?

LuchinG dijo...

Si "universal" es todo lo que es capaz de tocar al ser humano (en el sentido de conmoverlo, hablarle sobre sus sentimientos, sus angustias, etc) sin importar el origen del tema ni el del lector, entonces ¿qué no es "universal", aparte de los chistes de Melcochita o las lisuras de Cipriani? (Doy estos ejemplos porque las lisuras y los chistes por lo general no ofenden ni hacen reir -respectivamente- a los que están fuera de la comunidad de quien los dice.)