23.9.07

El tamaño de la conchudez

¿Y quién juzgará al pastor espiritual? ¿Una corte de querubines?

Escuchar a Juan Luis Cipriani es como enfrentarse a un personaje-fantoche de novelón anticlerical: la caricatura del cura malvado, el sacerdote de caninos puntiagudos y perpetua caradura que vive o para el complot o para borrar las huellas del complot.

El cura malo de las novelas: el sacerdote exaltado que abusa del pobre Martín Romaña frente al altar de su propia iglesia; el ciego dos caras Jorge de Burgos que rocía de cianuro las páginas del libro prohibido de la comedia en El nombre de la rosa, y luego se sienta a escuchar los estertores de sus víctimas con gesto de santidad.

El cura que lanza maldiciones estrafalarias desde el púlpito, en medio de una hambruna general, en El matadero de Echevarría (tan parecido al de "El terremoto en Chile" de Von Kleist); el sacerdote hipócrita que predica la indolencia para asegurar la servidumbre ajena en El mundo es ancho y ajeno; el cura que pacifica a las mujeres para perpetuar su esclavitud en Los ríos profundos; el que desea de todo corazón, sólo por soberbia, que su rival arda en la hoguera, en "Los teólogos" de Borges.

El cura malo de la realidad: el que toma las ideas de la Iglesia sobre solidaridad, perdón y caridad para --trabalenguas de por medio, retorcimiento de por medio-- proponer la exculpación de los mafiosos, la reivindicación de los criminales, el borrón y cuenta nueva de la antigua dictadura.

Vean cómo lo explica el cable de RPP (radio de la cual el cura malo de la realidad, es decir, Juan Luis Cipriani, es colaborador), para que no piensen que yo lo estoy inventando:
"Al referirse a la extradición del ex presidente Alberto Fujimori, el cardenal Juan Luis Cipriani hizo un llamado a los peruanos a dejar de lado los odios, los enconamientos y las venganzas. “Es difícil, pero el país requiere de una mayor madurez”, sostuvo.


"El Arzobispo de Lima dijo que sólo nos debe interesar conocer la verdad. “Comprendo que es una tarea casi imposible, pero la verdad es lo único que beneficia y sana a la gente. Todo lo demás alborota los espíritus”, anotó.

"De otro lado, el Cardenal Cipriani citando a San Agustín animó a todos los fieles a que miren bien su corazón, porque ahí donde está nuestro tesoro está nuestro corazón. Señaló también que debemos pedir a Dios que nos dé un corazón que sepa amar y perdonar; pues la purificación del alma es una tarea de toda la vida".

Es decir, por enésima vez en su patética historia pública, Cipriani repite la fórmula de la pacificación espiritual tal como la entiende el perfecto cómplice de los mafiosos: la paz consiste en perdonar a los delincuentes siempre y cuando esos delincuentes sean nuestros aliados (y con más razón si esos delincuentes saben nuestros pecados como si ellos fueran nuestros confesores, y no al revés).

Recordemos las cosas que escribía Cipriani en los años 90, y quiero que noten qué distinta canción era la que cantaba esta persona en aquella época (pero qué parecida, en el fondo):
"Mientras no afirmemos con claridad que los derechos humanos no son unos valores absolutos intocables, sino que están permanentemente sometidos a los límites que les señalen unos ‘deberes humanos’, es imposible afrontar con eficiencia los males que padecemos, especialmente la inmoralidad en las funciones públicas y el terrorismo. Digámoslo de forma sintética: la mayoría de instituciones llamadas de ‘Defensa de los Derechos Humanos’ son tapaderas de rabo de movimientos políticos, casi siempre de tipo marxista y maoísta".
En esa época, Juan Luis Cipriani, el abogado del perdón universal, era el principal promotor de la implantación de la pena de muerte en el Perú. ¿Lo recuerdan?
"No podemos permitir que por el miedo, temor y cobardía de unos cuantos el país no apruebe la pena de muerte (...). No podemos temblar de miedo. El mundo cambia día a día y no a favor de los cobardes. Nos encontramos en una época de firmeza, claridad y hombría".
¿Y qué decía Cipriani sobre los estudiantes de La Cantuta asesinados?
"El caso La Cantuta está siendo utilizado políticamente y bajo el pretexto de la defensa de los derechos humanos se está dando el último intento de atropellar la libertad del pueblo peruano. Esa libertad que ya la hemos consolidado todavía encuentra pequeñas voces de peruanos que no tienen cariño a su pueblo y siguen creando dudas acerca de la integridad moral del ejército y las autoridades que gobiernan el país. Y esas dudas son una traición a la patria, por lo tanto no debemos permitir que se siga discutiendo, bajo pretexto de los derechos humanos lo que no es otra cosa que un último intento de atropellar lo que la mayoría de los peruanos gozamos en este momento: la libertad"
En efecto: decía que el solo plantear que el caso fuera discutido y juzgado era "traición a la patria". Obviamente tenía que decirlo: Cipriani fue siempre un socio de Fujimori. Y ahora sigue siéndolo. No está de más recordar la cercanía de esa relación, quizá revisando pasajes del Informe fInal de la CVR, como este que sigue:
"Monseñor Cipriani aparecía muy cercano a los militares en Ayacucho, se desplazaba por el departamento junto con ellos en sus helicópteros, o acompañando al presidente Fujimori, el cual, en sus frecuentes visitas a Huamanga, a quien primero visitaba era a monseñor Cipriani, en cuya compañía realizó recorridos en helicóptero a diversos lugares del interior del departamento, en algunas ocasiones acompañados de representantes de la Cooperación Internacional y de organismos oficiales de diversos países, en explícito aval del Arzobispado de Huamanga al gobierno de Alberto Fujimori (Anexo 7). Las tomas de posición de Mons. Cipriani se fueron acercando al gobierno de Fujimori. Monseñor Cipriani manifestaba su apoyo a diversas decisiones del Gobierno en sus declaraciones y acompañaba a Fujimori en sus viajes por Ayacucho; lo invitó a encabezar con él la procesión de Semana Santa (LR. 11.4.93). Estas acciones aumentaron cuando fue nombrado arzobispo, en mayo de 1995. En otra oportunidad se vistió con un poncho igual al del presidente y lo acompañó a inspeccionar obras, ocasión en que Fujimori afirmó que él lucha por los derechos humanos de los campesinos y no de los terroristas, en presencia del representante de la Cruz Roja Internacional (EM 20.10.95)".
Del mismo Informe final de la CVR proceden las citas anteriores de este post.


Fotomontaje gfp.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

El informe de la CVR no tiene ninguna validez.

Los únicos que le dan importancia bíblica son los estudiantes de La Católica, que lo citan hasta para explicar las lluvias.

Fernando Velásquez dijo...

Cipriani no hace sino ser consistente con la línea política de su orden, el Opus Dei. Basta con pensar en el apoyo sin restricciones de esta organización al régimen franquista. Fujimori tiene un aliado de su condición. Qué pena que no se le abra un juicio a Cipriani también.

Anónimo dijo...

Gustavo, me recuerdas mucho a Clemente Palma.

Anónimo dijo...

Eso es lo alucinante de la blogósfera: que alguien como Tibor pueda entrar y decir "El informe de la CVR no tiene ninguna validez." Probemos con otras variantes: "La Constitución del Perú no tiene ninguna validez", o qué tal, "La ley de la gravedad no tiene ninguna validez."
Para que tus palabras tengan alguna validez, sería bueno que argumentaras tus opiniones. De lo contrario te expones a que el administrador de este blog proceda a D-I-S-O-L-V-E-R tus estúpidos comentarios.

schatz67 dijo...

El popular Yuca acaba de agitarse tan fuerte ante la llegada de su ex-jefe que se le acaba de ver el fustán a un par de kilómetros de distancia.Un sinverguenza consumado que goza ahora del conveniente compadrazgo de Alan Garcia.

En cuanto a los que sostienen que el informe de la CVR no tiene ninguna validez creo que deberían ser incluídos en la categoría de inimputables.Usualmente creen en Fujimori,se aupan al gobierno de turno y viven absolutamente de espaldas a la realidad.

Saludos

Jorge

Anónimo dijo...

Discrepo con Tibor, porque creo que el informe cvr tiene muchas cosas válidas, exceptuando sobre todo su cálculo hipotético de víctimas, pero creo que Tibor tiene todo el derecho del mundo a decir que el informe de la cvr no tiene ninguna validez. Se supone que la libertad de expresión es un derecho constitucional. Así que estos polemistas que le niegan a Tibor este derecho son tan fascistas como ellos pintan a Cipriani. El juicio a Fujimori ha de ser por actos cometidos, no por pensamientos, palabras o dichos. El título que has puesto a tu entrada "El tamaño de la conchudez" no tiene nada que envidiar a la prensa chicha que incentivó Fujimori. O sea la corrupción que en sus años se fomentó es más profunda de lo que pensamos y no simplemente una cantidad de dinero que se agarraron él o sus secuaces. Pero por supuesto eres libre de escribir lo que quieras. Y uno es libre de leerlo como quiera tal como demuestra el caso de Di Paolo a quien los comisarios de la palabra han querido ajusticiar por haber deslizado sus bonitos poemas en una antología tan gore.

Anónimo dijo...

Al anónimo de las 6:09:00 AM

Así como la constitución le garantiza a Tibor el respeto a su libertad de expresión, también nos garantiza nuestro derecho de responder a la imbecilidad.


La afirmación categórica "El informe de la CVR no tiene ninguna validez" es imbécil por donde la mires. No porque uno tenga que estar de acuerdo con todo lo que diga el informe sino porque es imbécil pretender que tamaña investigación en la que se ha acumulado la montaña de documentación que se acumuló y en la que participaron tantas personas de tan diversas procedencias no pueda ser, aunque sea, una fuente más a considerar.

Y hablando del cálculo hipotético de víctimas, sería bueno que te des una vuelta por http://cifrascvr.wikidot.com. Si uno quiere sostener que algo es inválido, al menos debe saber por qué lo dice.

Anónimo dijo...

La afirmación de Tibor no tiene ninguna validez.

El Informe de la CVR, nos guste o no, no es producto de una investigación promovida de manera particular por alguna ONG o un espontáneo grupo de personas.

La CVR se creó a través de mecanismos oficiales y algunas de sus recomendaciones tienen que ser cumplidas, para lo cual el gobierno ha creado una entidad especializada en ver el tema de las reparaciones.

Anónimo dijo...

¿Por qué, según tú, Fujimori es culpable de las muertes de la Cantuta y Barrios Altos y en cambio Belaúnde y García Pérez no son culpables de las masacres (cuantitativamente más numerosas) producidas en sus gobiernos?

Por qué lo "nice", lo "progre", es hablar mierda de Fujimori, eso te da caché.

Gustavo Faverón Patriau dijo...

¿Alguna vez yo he dicho que Belaunde o Alan García no fueran culpables de los crímenes que todos les conocemos?

Te recomiendo que leas estos posts míos y me digas en dónde encubro a cualquiera de ellos:

http://puenteareo1.blogspot.com/search?q=%22alan+garc%C3%ADa%22+%2B+giampietri

http://puenteareo1.blogspot.com/search?q=giampietri

http://puenteareo1.blogspot.com/2007/09/digno-de-l.html

http://puenteareo1.blogspot.com/2007/05/violencia-quimera.html

Anónimo dijo...

Nos tiene q dar un calambre en la corteza pre-frontal para afirmar q el informe d la CVR no tiene validez alguna, y mas si se pretende desconocer las huellas del terrorismo en los peruanos.

Y a todas las presiciones q hizo Gustavo en este apartado, me gustaría traer a la memoria unos videos en los que cipriani, frente a un grupo de soldados, afirmaba que los derechos humanos son una "mi#%&*", haciendo todo tipo de mofas acerca de la condición humana. Imágenes en las que, particularmente, encontré el verdadero perfil de este religioso.

Porqué alan lo condecora?, qué bien le ha traida al Peru este individuo?, el bendito opus dei?, aun no comprendo hasta cuando la hipocresía tendrá comiendo a nuestro pueblo de sus manos.

Saludos..