26.10.06

En octubre no hay milagros

La editorial Matalamanga viene preparando el proyecto de un par de mesas redondas en las que intelectuales destacados discutan la relación entre narración y violencia política, esto a raíz de la publicación de la antología Toda la sangre.

Pero no ha sido necesario esperar a las mesas redondas para que empiece el debate: parece que la segunda presentación de Toda la sangre, ayer en Crisol de San Isidro, trajo polémica, y que la polémica llegó de la mano del novelista Oswaldo Reynoso.

Reynoso se refirió a mi prólogo del libro como "tendencioso y parcializado". Por cierto, no le pareció necesario explicar en qué sentido era tendencioso o parcializado (es decir, hacia dónde tendía y con quién se parcializaba).

Pero, a juzgar por su idea de que yo hacía mal en llamar "violencia política" a lo que había sido una "guerra popular", y en vista de que
Reynoso inisistió en llamar "presos políticos" a los senderistas encarcelados hoy en día, no es difícil imaginar por qué me ve como "tendencioso y parcializado".

Un libro que recoge cuentos de
Reynoso, Pérez Huarancca, Miguel Gutiérrez y Dante Castro, los reúne con cuentos de Fernando Ampuero, Alonso Cueto, Julio Ortega, Rodolfo Hinostroza, Carlos Thorne, y con otros de Sergio Galarza, Zein Zorrilla, Luis Nieto Degregori, Carlos Eduardo Zavaleta, etc... ¿con quién se parcializa y hacia dónde tiende?

Difícil responder eso. Tengo la impresión de que para Reynoso es parcial quien no está de su lado y tendencioso quien no comparte su tendencia. Pero no se puede acusar a nadie por algo así, ¿no?

En todo caso, me queda la conciencia tranquila de haber incluido a
Reynoso en el libro y haber escrito lo que pienso de su ficción, y mi tranquilidad de conciencia se ensancha al comprobar que Reynoso mismo está incómodo en la compañía de algunos de quienes lo rodean en ese índice: no es que yo sea tendencioso; es que yo tengo la voluntad y la capacidad de escuchar voces que disientan con la mía, mientras que para otros la discrepancia es insoportable y las ideas ajenas son siempre deformes y recusables.

De alguna manera, una intención de la antología es poner en la encrucijada del diálogo a quienes normalmente se muestran poco adeptos a él. Pensé que la presencia de Reynoso podía ser un buen augurio. Pero no. En octubre no hay milagros.

Una brevísima crónica de
lo dicho por Reynoso, incluyendo la respuesta que obtuvo de parte de otro miembro de la mesa --el novelista Carlos Thorne (en la foto)--, aparece en el blog del narrador Max Palacios (a quien agradezco haber asistido a las dos primeras presentaciones del libro).

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