31.8.08
¿Pérez Huarancca en París?
Uno de los grandes misterios de la literatura peruana contemporánea y de la historia de la violencia política de los años ochentas es cuál fue el destino de Hildebrando Pérez Huarancca, escritor que formara parte del grupo Narración en los años setentas y que en abril de 1983, según numerosos testimonios recogidos por la CVR, comandó la atroz masacre de Lucanamarca, donde sesenta y nueve campesinos fueron asesinados a manos de Sendero Luminoso.
En junio del año 2006 escribí en este blog un texto en el que recogía diversas versiones acerca de su posible muerte, en especial una narrada por el escritor chalaco Dante Castro, según el cual Pérez Huarancca habría fallecido como producto de "una emboscada" del Ejército, no mucho después de los hechos de Lucanamarca.
Vía Lapicero Digital, el nuevo blog de Silvio Rendón, me encuentro con un hallazgo hecho por Silvio: en 1995, la revista americana Executive Intelligence Review, de Lyndon Larouche, publicó un informe en el cual se consignaba el dato de que diez años antes, en 1985 (es decir, dos años después de la masacre de Lucanamarca), Hildebrando Pérez Huarancca había formado parte de la comisión que Sendero Luminoso envió a París para negociar el ingreso del grupo maoísta en el Movimiento Revolucionario Internacionalista (fundado en Europa en 1984).
En otro artículo publicado en el mismo número de Executive Intelligence Review, se menciona a Pérez Huarancca como el coordinador en París de las campañas de "agitación y propaganda" de la cúpula de Sendero Luminoso en el exilio, a través de la organización de grupos de música folclórica y representaciones teatrales, y bajo las órdenes directas de Maximiliano Durand Araujo.
Hay que anotar, eso sí, que Lyndon Larouche es una de las figuras más discutidas de la política norteamericana, acusado más de una vez de antisemitismo, fascismo encubierto y tendencia a las teorías conspirativas. Al mismo tiempo, sin embargo, la Executive Intelligence Review es vista como la rama más seria de su organización y ha sido descrita alguna vez, por un miembro del Consejo Nacional de Seguridad de los Estados Unidos, como "una de las mejores agencias privadas de inteligencia en el mundo".
Quien lea completos los artículos notará el macartismo de algunas acusaciones (se habla del IEP, de Amnistía Internacional y hasta de Pablo Macera como mentores o defensores de Sendero Luminoso), pero también verá que los datos fácticos sobre la organización y su accionar a nivel internacional están bastante ajustados a lo que se ha podido comprobar posteriormente.
Siendo esto así, cabe preguntarse: si es verdad que Hildebrando Pérez Huarancca emigró a París en 1985, y permaneció allí como agitador en los cuadros internacionales de Sendero Luminoso,¿estará todavía en Francia o en algún lugar de Europa?
Trabalenguas 11
"Ellos actuaron y actúan como el brazo legal de los terroristas".
(Francisco Diez Canseco Távara, del fantasmal Consejo por la Paz, refiriéndose a los ex miembros de la Comisión de la Verdad. Diez Canseco es la prueba de que en el Perú la desvergüenza sigue de moda).
"No, compadre, eso es de todos los peruanos y no de unas cuantas tribus errantes que andan calatas dando vueltas por allí cazando animales y recolectando frutos".
(El siempre risible Aldo Mariátegui, demostrando la profundidad y la lucidez con que comprende la peruanidad).
"Y ya los lauers y los oquendos y los oviedos y los ortegas, deben estar preparando los atuendos para un festival de trans o de travestis: porque ésos son los padrinos de esa morralla que ahora te ha atacado a ti".
(Winston Orrillo, el peor poeta del Perú, haciendo gala de profundos resentimientos (y de una inexplicable retórica homofóbica), le dirige un mensaje a su heredero Rodolfo Ybarra).
"Mi rechazo a la infamia de la lucidez estúpida".
(Bernardo Rafael Álvarez, quienquiera que sea: cuando la lucidez parece estúpida, la bruma se confunde con inteligencia. También aparece en el blog de Ybarra).
30.8.08
10 que faltan
No digo que los libros que enumero a continuación sean desconocidos: digo que se les conoce mucho menos de lo que se debería. Son libros subvalorados o que han merecido reconocimiento local pero no han trascendido las fronteras de sus países. Tampoco es ésta una lista de grandes descubrimientos: cada una de estas obras es de un autor más o menos consagrado, aunque estos libros en particular no hayan logrado el relieve que, creo yo, merecen. (Van en orden alfabético).
1. Feliz nuevo siglo Doktor Freud, de Sabina Berman. Es una estupenda obra teatral, que he podido leer y ver en dvd, aunque nunca haya asistido a una representación (se estrenó en México, con el primer actor peruano Ricardo Blume en el rol protagónico). La pieza lidia con el asunto del psicoanálisis y, sobre todo, con la marca misógina del pensamiento freudiano y su influencia ideológica sobre occidente hasta nuestros días.
2. Cuentos, de Andrés Caicedo. Cualquier buena selección de relatos del colombiano Caicedo debería ser lectura indispensable a estas alturas en cursos sobre narrativa contemporánea de América Latina. Caicedo tiene cuentos patológicos y desequilibrados, hondos como heridas y siempre inquietantes. Sus fantasmas están a flor de piel: la esquizofrenia pendiente de la sociedad moderna, el escape cinéfilo, la voracidad del mundo urbano, la locura del amor.
3. Los mundos reales, de Abelardo Castillo. En una promoción en la que los reflectores iluminaron siempre a Ricardo Piglia y Juan José Saer, la obra de Abelardo Castillo ha quedado relegada a un segundo plano. Castillo es, sin embargo, el más sólido cuentista de los tres, un maestro del texto breve, un heredero de Borges que no teme recolocar la estética borgeana en el contexto de las últimas décadas, y decantarla hasta hacerla eminentemente contemporánea.
4. Rosa cuchillo, de Óscar Colchado Lucio. Si un autor peruano tendría derecho a quejarse de que los circuitos comerciales centralistas y la lógica del capital han empujado su obra a una posición marginal, privándola de ser recibida por un público mayor e internacional, ése autor es sin duda Óscar Colchado, un narrador sutil y valiente, que escribe con la tensión de quien quiere liberar el discurso ideológico de las amarras que amenacen con estropear su estética. Rosa cuchillo es una de las mejores novelas peruanas de décadas recientes.
5. Las máscaras del héroe, de Juan Manuel de Prada. Si De Prada no coqueteara descaradamente con discursos que de tan reaccionarios a veces suenan incluso fascistoides, buena parte de su obra sería considerada ya canónica en España, incluso pese a la juventud de su autor. Las máscaras del héroe es su mejor novela, absolutamente indispensable para cualquiera que quiera ver cómo se puede estar perfectamente dentro de la tradición de la narrativa cómica española y ser a la vez totalmente contemporáneo e innovador.
6. Zama, de Antonio Di Benedetto. Si la moda y la simplicidad no se hubieran impuesto al mérito literario, Zama sería la novela existencialista por excelencia en América Latina, en lugar de El túnel de Ernesto Sabato. Zama es un libro fascinante y excéntrico en más de un sentido: por su tema, relacionado con el descolocamiento de un criollo en el circuito colonial español (la historia transcurre en el Paraguay del siglo XVIII), y porque su tendencia introspectiva, al contrario de lo que ocurre con los grandes clásicos existencialistas, no se dedica a auscultar el alma de un ser enfermo, excepcional o enloquecido, sino el espíritu de un hombrecomún y corriente.
7. París, de Mario Levrero. No tengo que decirlo una vez más pero aquí voy: París, de Levrero debería ser pieza ineludible del canon latinoamericano. Así de original y diferente, así de interesante y bien resuelta, así de compleja y sugerente es esta novela del uruguayo.
8. El coloquio, de Alan Pauls. Mucho antes de los libros que le dieron la fama, Alan Pauls escribió esta breve novela hecha con aliento expresionista, lujo lingüístico y exuberancia de voces y perspectivas. Una suerte de policial que se olvida del misterio para centrarse en lo absurdo del intento de descubrir una verdad.
9. La fiesta vigilada, de Antonio José Ponte. La antinovela de Ponte es uno de los mejores libros en español publicados en el último par de años, si no el mejor. Su historia se va disolviendo paulatinamente, o acaso asomando entre los pliegues de una larga reflexión sobre la soledad y la nostalgia en una Habana ruinosa, enferma de melancolía y, por supuesto, vigilada.
10. El caos, de Rodolfo Wilcock. El hecho de haber escrito parte de su obra en español y parte en italiano ha ocasionado que Wilcock, lejos de ser canonizado en ambas tradiciones, sea parcialmente relegado en las dos: en Argentina el error se ha empezado a reparar en la última década, con reediciones frecuentes y la traducción de su obra italiana. Wilcock tiene novelas notables, pero lo mejor de su rtabajo son los cuentos, simultáneamente bárbaros y sofisticados, sangrientos y cultistas, reunidos en libros como su paradigmático El caos.
Gorki liberado
La escritora cubano-americana Achy Obejas (autora de la excelente novela Days of Awe), me hizo llegar, a través del Facebook, la invitación para formar parte de un grupo de personas que querían unirse al reclamo contra el arresto de Gorki Águila.
A través de ese grupo me entero de la noticia de que, en efecto, Gorki, cantante de la banda Porno para Ricardo, ha quedado en libertad.
Debo decir que la liberación de Luis "Gorki" Águila se ha debido, antes que nada, a la presión de esos millares de firmas recolectadas en todo el mundo a través del Facebook y de una enorme cadena de blogs (cadena de la que, claro está, se mantuvieron minuciosamente ajenos los blogs de la izquierda cavernaria de la blogósfera peruana, que tanto se atemoriza de criticar a los jurásicos hermanos Castro).
La primera entrevista al cantante liberado aparece en el blog Black Sheep of Exile, y es de Charlie Bravo.
29.8.08
¿Vos estás de acuerdo?
En su blog, Gonzalo Portocarrero publicó hace pocos días un artículo sobre "la lengua de los argentinos", en el que trataba de vincular el voseo y el acento porteño con una suerte de afán protagónico producto de la arrogancia o el exceso de autoconfianza, lo que Portocarrero llama "un reclamo de protagonismo".
Al leerlo se notan dos cosas: que Portocarrero es un ensayista divertido y que no sabe nada de lingüística. Obvia el hecho de que el voseo exista no sólo en Argentina sino también en Uruguay, Paraguay, Colombia, Bolivia, ciertas zonas de los Andes peruanos y ecuatorianos, y varios países de América Central. Si considerara ese dato, todas sus especulaciones sobre el habla de los argentinos se vendrían abajo.
Daniel Salas le envió un comentario que el blogger no tuvo tiempo de responder. Lo copio aquí porque resulta interesante:
"Creo que en este post y en los comentarios hay muchos prejuicios lingüísticos insostenibles. Un ejemplo: el voseo no es exclusivo de los porteños: cruza los Andes y llega hasta Centroamérica; por eso lo leemos en los personajes de Asturias y Alegría. El uso de la forma “tenés” es una derivación de “tenéis” y no tiene nada que ver con alargar la última sílaba para extender la participación del hablante. Por otra parte, no hay ninguna evidencia científica de que la lengua sea evidencia de la cultura de los hablantes (por cierto, la performance lingüística sí lo es pero esto es totalmente distinto; ya Saussurre distinguió entre Lengua y Habla y Chomsky entre Competencia y Actuación. No se puede pasar por alto estas categorías fundamentales si se quiere analizar las performances de los hablantes). También es cuestionable, por no decir científicamente injustificable, la idea de que el hablante “trasgrede” la lengua o la norma oficial. Es al contrario: más bien la normativa es un conjunto artificial de reglas que impone arbitrariamente definiciones de correcto vs. incorrecto sin que medie para ello ninguna justificación científica; de esta manera, la normativa transgrede el modo natural de formación de las gramáticas particulares.
"Por cierto, las ideologías lingüísticas existen y han sido extensamente estudiadas. Los peruanos calificamos ciertas maneras de hablar como superiores y otras como inferiores, de la misma manera que tenemos el prejuicio de que el acento argentino es pedante e impositivo. Lo curioso es que este mismo ensayo (y los comentaristas, especialmente “eva”) no se haya podido librar de los prejuicios que nos impulsan a juzgar y calificar el lenguaje de los otros. Para una explicación de cómo el lenguaje no tiene nada que ver con la cultura, léase el excelente y explicativo libro de Steven Pinker “The Language Instinct: How Mind Creates Language”".
En efecto, es difícil construir una especulación desde la mirada de las ciencias sociales basándose en un conocimiento defectuoso del tema que da origen a la especulación, en este caso un tema lingüístico. ¿Será ese el mismo vacío de conocimiento que lleva a Portocarrero a considerar al blog basura Puerto el Hueco como un sitio de "crítica literaria" y a enlazarlo como tal desde su blog?
28.8.08
Las cárceles de Fidel
El poeta cubano Néstor Díaz de Villegas me hizo llegar hace poco un enlace al famoso blog Penúltimos Días, a través del cual supe del arresto, en La Habana, del rockero Gorki Águila, compositor, guitarrista y primera voz de la banda Porno para Ricardo.
¿De qué se le acusa? Literalmente, de "peligrosidad". ¿Qué delito es ese? Uno inventado por Fidel Castro hace varias décadas: es el delito que cometen todos aquellos de quienes se sospecha que pueden ser problemáticos para el régimen en pequeña o gran escala. En este caso, Gorki Águila, un músico que no hace sino cantar sobre su descontento por el infierno que es vivir en la Cuba de Fidel Castro.
La acusación de peligrosidad, por la que a lo largo de los años ha ido a dar con sus huesos en la cárcel todo tipo de ciudadano común y corriente (pelucones y punks, hippies y religiosos, sospechosos de liberalismo o de alienación procapitalista, etc.), es suficiente para condenar a un individuo a una pena de uno a cuatro años de prisión. Es un delito que no existe en ninguna sociedad libre del planeta. Pero existe en Cuba. La misma Cuba que algunos indolentes autoproclamados revolucionarios consideran un paraíso socialista.
¿Dónde están los reclamos de Eduardo Galeano, de Mario Benedetti, de Gabriel García Márquez, de Ernesto Cardenal? No se han producido. No se les mueve un pelo por la carcelería de un colega artista que nunca ha hecho nada más que componer canciones y cantarlas. Siguen tratando a Castro como el penúltimo arcángel de la revolución.
(De hecho, en Nicaragua, ayer, un juez ha encontrado a Cardenal culpable de difamacion y, ahí sí, Galeano y Skármeta, entre otros, han protestado, porque dicen que se trata de una revancha de Daniel Ortega; pero no protestan por el arresto arbitrario y prepotente de Gorki Águila en las cárceles de sus amigos los hermanos Castro).
Si quieren informarse sobre este atropello, pueden leer el post (y las 32 postdatas) del blog Penúltimos Días acerca de este asunto. Allí hallarán enlaces a la cobertura que del caso se viene ofreciendo en medios de todo el mundo, como The Guardian, ABC, Libération, AP, El País, y un largo etcétera.
También pueden leer la carta abierta a Pablo Milanés y otros músicos cubanos, firmada por centenares de artistas e intelectuales cubanos y de otros países, con la esperanza de que gente como Milanés, que ha hecho una carrera de cantar a la revolución castrista, tengan el coraje, ahora, de salir en defensa de un miembro de su gremio de quien no existe ni siquiera la lejana sospecha de que haya participado en ningún tipo de actividad ilegal.
Otros dos blogs de mucho prestigio han tocado el tema: el blog de Jean-Francois Fogel, en El Boomeran(g) y el celebérrimo Generación Y, de Yoani Sánchez, en cuyo post hay ya más de 2300 comentarios al respecto.
Y si quieren escuchar a Gorki Águila y Porno para Ricardo, aquí tienen algunos videos:
Lectoescritura
Hace unos días escribí esto sobre un blogger llamado Rodolfo Ybarra:
"Rodolfo Ybarra es un escritor peruano adicto a la verborrea y afecto a conjugar la retórica senderista con el balbuceo underground (se llama a sí mismo el "brazo armado de la poesía"; habla de "tomar por la fuerza" el establishment, dice que "es el momento de pasar a la clandestinidad").
Es decir, repitiendo: dije que la verborrea de Ybarra mezclaba referentes underground con retórica senderista. Y puse tres ejemplos concretos y literales: se llama a sí mismo el "brazo armado de la poesía", habla de "tomar por la fuerza" el establishment, dice que "es el momento de pasar a la clandestinidad".
Creo que cualquera con dos dedos de frente se da cuenta de que esas frases corresponden, literalmente, a la retórica senderista y que Ybarra juega con esa retórica de manera irresponsable. Por cierto, si Ybarra tiene derecho a juguetear con la retórica de Sendero Luminoso, yo y todos los demás tenemos derecho de señalarlo y decir en voz alta qué es lo que está haciendo.
Y tenemos derecho a ser entendidos con precisión: no he dicho que Ybarra sea adherente a posiciones senderistas o terroristas; he dicho que usa una retórica senderista y he dado ejemplos evidentes.
Sin embargo, una insittución llamada Gremio de Escritores del Perú (no tengo ni la más remota idea de quiénes la forman, aunque lo sospecho), ha publicado un comunicado que dice lo siguente:
"El Consejo Directivo Nacional del Gremio de Escritores del Perú rechaza con firmeza las acusaciones vertidas por los señores Gustavo Faverón e Iván Thays contra el poeta Rodolfo Ybarra, pretendiendo identificarlo como adherente a posiciones "terroristas" y "senderistas", y expresa su respaldo y solidaridad al compañero Ybarra".
Así pues, los miembros del Gremio de Escritores del Perú deberían contactar urgentemente a los miembros del Gremio de Lectores del Perú para que les den unas cuantas clases de lectoescritura que les permitan entender un párrafo transparente sin desbarrar en el ridículo de una interpretación sin pies ni cabeza.
Ah, pero la cosa no acaba allí. El mismo comunicado dice algo más sintomático: dice "el ataque contra Rodolfo Ybarra no es el primero ni será el último contra los intelectuales identificados con el pueblo", y de inmediato cita como ejemplo el hecho de que "hace solo unas semanas los internos ganadores del Concurso de Cuento "Arte y Esperanza" organizado por Solidaridad Humana y Dignidad, fieron impedidos de presentarse en la Feria Internacional del Libro".
Sería interesante que el Gremio de Escritores del Perú nos informara desde cuándo los presidiarios que purgan condenas por terrorismo son ejemplos de "intelectuales identificados con el pueblo". Una cosa es que la actitud del Jockey Plaza en el caso mencionado haya sido decepcionante, y otra muy diversa que empecemos a tratar a los terroristas como próceres de la causa popular, cuando sus agrupaciones no hicieron otra cosa que aniquilar, hundir y enterrar inocentes.
27.8.08
El sabático
Se acabaron los viajes, al menos por un tiempo. Luego de pasar varios meses fuera de casa, en Palo Alto, en San Francisco, en Lima, en Middlebury y en Ithaca (y después de celebrar el doctorado de mi esposa, Carolyn Wolfenzon), estoy de vuelta en Maine.
Lo que me espera por delante es un año sabático en el que espero corregir el manuscrito de un libro de estudios literarios sobre narrativa latinoamericana del siglo diecinueve y, si es posible, escribir mi segunda novela.
Pero eso además significa otra cosa: que tengo en las manos el tiempo suficiente para volver a preocuparme con mayor frecuencia de este descuidado Puente Aéreo. De aquí en adelante espero renovar el blog con posts diarios, y regresar al ritmo de años atrás. Ojalá eso de pie a nuevas discusiones productivas y a renovados intercambios.
25.8.08
Reencuentros
Andamos de visita en Ithaca, New York, hasta mitad de semana, reencontrando amigos y recorriendo los viejos lugares. Lastimosamente, el mejor sitio para comprar libros de segunda mano ha cerrado, y mi coffee shop favorito ya no existe. Pero otras cosas quedan y, por supuesto, sigue la biblioteca de Cornell, desde donde coloco este post. Nos vemos pronto.
22.8.08
Perutz
Dada la índole del género que los apasiona, los seguidores de la novela policial tienen un trabajo cada vez más difícil: con cada lectura se vuelven más suspicaces, más atentos, más difíciles de sorprender y menos inocentes ante las trampas y los escondrijos de la ficción. Por eso, cuando encuentro una novela del género que tenga una dimensión adicional que ofrecer, una perspectiva diferente, no puedo evitar las ganas de recomendarla.
Y en este caso, no se trata de una novedad editorial, sino de un libro escrito hace más de ochenta años: El maestro del juicio final, de Leo Perutz (1885-1957), autor judío de Praga, matemático de profesión, miembro de una familia de origen español, y que escribió toda su obra en alemán. Perutz estuvo entre los judíos afortunados que, viviendo en Viena, pudieron migrar a Palestina en 1938, en los días de la anexión de Austria a Alemania, y debido a ello pudo salvar la vida.
En El maestro del juicio final confluyen muchas vertientes genéricas distintas: es un policial, sí, pero uno de estirpe fantástica, metafísica incluso (la metafísica, después de todo, decían los habitantes de Tlön, es una rama de la literatura fantástica). Es también una novela de horror (el célebre escritor americano de ciencia ficción Karl Edward Wagner la citaba como una de las mejores trece novelas de horror no sobrenatural de cualquier época). Y además es una ficción autorrefleja, es decir, una que se vuelve sobre sí misma para cuestionar el estatus de veracidad y verosimilitud de su propia trama.
Como en "El sur" de Borges, o en "La noche boca arriba" de Cortázar, en El maestro del juicio final se cuestiona la frontera entre vigilia y sueño, entre realidad y ficción, y se empuja al lector a reformular continuamente su manera de entender las muchas bifurcaciones argumentales, hasta convertir la novela en una fuente inagotable de hipótesis no sólo referidas a la solución del enigma, sino a muchos temas paralelos: la naturaleza de la creación artística, el estigma de la culpa y la represión de la conciencia, etc.
(La traducción española de esta novela es de Jordi Ibáñez, y fue publicada por primera vez en 1988, por Tusquets).
21.8.08
In Memoriam
Como muchos de mi generación y de otras, leí por primera vez a Manuel Morales en la antología Estos trece, de José Miguel Oviedo, hace ya dos décadas. Ahora, viendo Perú 21, me entero de que el poeta murió casi un año atrás, en Porto Alegre, Brasil, y su deceso permaneció todo este tiempo desconocido para los medios nacionales.
Aquella vez, hace veinte años, este es el poema suyo que leí:
SI TIENES UN AMIGO QUE TOCA TAMBOR
Si tienes un amigo que toca tambor
Cuídalo, es más que un consejo, cuídalo.
Porque ahora ya nadie toca tambor,
Más aún, ya nadie tiene un amigo.
Cuídalo, entonces,
Que ese amigo guardará tu casa.
Pero no lo dejes con tu mujer, recuerda
Que es tu mujer y no la de tu amigo.
Si sigues este consejo, vivirás
Mucho tiempo. Y tendrás tu mujer
Y un amigo que toca tambor.
20.8.08
¿Imprescindibles?
Como escribí hace algunos días, un libro de historia literaria no es una repartición de premios: no caben en él necesariamente los favoritos del historiador, ni es la antipatía una razón para desestimar la obra de unos u otros escritores. Una historia literaria es un intento de entender el devenir de una tradición, y son en ella imprescindibles sólo los autores que han influido, modificado o alcanzado un relieve preponderante en esa tradición.
Dicho esto, se entenderá mejor por qué pienso que el debate acerca de la no inclusión de escritores como Oswaldo Reynoso y Miguel Gutiérrez en la Historia de la literatura hispanoamericana de José Miguel Oviedo (discusión que puede parecer extemporánea tratándose de un libro del año 2001) sólo puede partir de una discusión sobre la mayor o menor importancia de tales autores en la tradición narrativa regional.
Así pues, lo que debería considerarse no es simplemente si Reynoso o Gutiérrez son autores de talento considerable, de aspiraciones importantes o de logros reconocibles: debería discutirse, más bien, si su obra ha sido determinante en el decurso de la narrativa latinoamericana de su tiempo, y en la posterior, es decir, si sus obras son callejones sin salida, anacrónicas y pasatistas, como considera más de un observador, o si son una puerta abierta a nuevas y ajenas intervenciones: ¿son Reynoso y Gutiérrez influyentes, o lo fueron? ¿Hay líneas apreciables de la narrativa peruana y regional que se construyan a partir del trabajo de ellos?
Mi propia opinión es que sí: de Reynoso viene cierta narrativa urbana, cierto realismo sucio, cierta aproximación compleja a la narrativa de temas adolescentes y juveniles, y también está en Reynoso un eslabón nada despreciable de la narrativa de temática homosocial, que las últimas dos generaciones han extendido y diversificado. Y las novelas y los cuentos de Gutiérrez ofrecen una visión políticamente radical (no por ello desatendible) de las relaciones sociales en el Perú, sobre todo en el Perú provinciano, una mirada aguda sobre temas relativos al mestizaje cultural, sobre cuya huella han elaborado su obra otros autores, como José de Piérola, Víctor Andrés Ponce, Zein Zorrilla,etc.
¿Alcanza eso para hacerlos imprescindibles en un canon latinoamericano? Esa pregunta la podríamos responder, ojalá, con las intervenciones de los comentaristas (y previamente habrá que prenderle una vela al patrono de los comentarios alturados).
19.8.08
El horror silencioso
En España, en los años sesenta, seguramente debido a la censura franquista, Seix Barral publicó la novela Pornografía, del polaco Witold Gombrowicz, con el título La seducción. Leí esa versión la semana pasada; el libro es notable en general, pero hay un pasaje que me llamó la atención especialmente.
Es el año 1943, en la Polonia ocupada por los nazis. El protagonista, Witold, y sus amigos, la mayoría escritores y artistas plásticos, han dejado Varsovia temporalmente y una tarde entran en la populosa Cracovia, ciudad por la que no han pasado en varios años. El personaje describe lo que ve: la ciudad está perfectamente normal, es la misma de siempre, tiene la misma vitalidad y está atravesada por el mismo ajetreo de costumbre.
Algo falta, sin embargo; algo le da a las calles un no sé qué inefable que atraviesa de angustia al personaje, pero que el personaje no sabe reconocer. No en un principio, al menos. Pero luego se da cuenta: todo está igual pero en las calles no hay judíos. Ninguno; ni uno solo.
En ese pasaje de la novela, el horror no es mencionado: se abre como un agujero de silencio y pánico trascendente, como un vacío y una precariedad que ahueca las apariencias y expresa la fragilidad del mundo bajo la opresión fascista y el oprobio del genocidio. Es otra forma de hablar sobre la violencia.
Que levante la mano...
Rodolfo Ybarra --les cuento a mis lectores-- es un escritor peruano adicto a la verborrea y afecto a conjugar la retórica senderista con el balbuceo underground (se llama a sí mismo el "brazo armado de la poesía"; habla de "tomar por la fuerza" el establishment, dice que "es el momento de pasar a la clandestinidad").
Tiene un blog dedicado a la acumulación de insultos y que sirve de tribuna a los más arbitrarios comentarios anónimos (no bajan de cien los ataques que yo mismo he recibido en esas páginas). Su técnica es sencilla: postea manifiestos biliosos pero no menciona al atacado por su nombre, de forma que los anónimos se sienten libres de arremeter contra quien deseen.
Iván Thays, uno de los blancos favoritos de dicho blog, se refirió a Ybarra en un post reciente. Y ahora Ybarra se considera ofendido y me pide a mí que publique su carta de respuesta. A mí, la carta me parece un buen ejemplo del palabreo insulso que Ybarra quiere hacer pasar por argumentación, pero la publico a continuación para que los lectores juzguen por sí mismos, y para que descubran la existencia de este colorido personaje del folclor peruano.
Carta de Ybarra
EL "TERROR" DE IVÁN THAYS
Debido al último comentario (bastante lamentable por lo demás y en donde se me acusa de tener "nostalgias terroristas") proferido por el escritor Iván Thays, debo decir lo siguiente:
El hecho de que en mi blog no se "moderen" los comentarios y deje en libertad (como debería de ser) para que el lector vierta su opinión sin mayores inconvenientes o premisas, no me convierte en cómplice de opiniones contrarias, mucho menos en el "asesor" o el "provocador" de los insultos, creo que esa observación (en lenguaje emocional) es más un prejuicio que una verdad creíble. Si usted no quiere "enlazar" el link respectivo "porque "Moleskine" no avala blogs sin moderación" es su problema. Si usted cree que la "seriedad" de un blog depende de los comentarios que dejan los lectores es su problema. Si usted cree que el repudio de los lectores se traduce sólo en los comentarios (furibundos, racionalistas, adjetivistas, etc.), es, también, su problema. Considero que la cultura está por encima de las opiniones, mucho más si estas son subjetivas o alejadas de lo concreto, por eso usted encontrará en esta página el link respectivo a su famoso weblog (¿cuándo se acabará eso de las regencias con vestigios coloniales? ¿No hay acaso en algunos el gen de la esclavitud, el gen del libertador, y, en otros, el gen del despotismo?). No reclamo reciprocidad, quizás por eso no entiendo eso de "atrabiliario" que usted hábilmente pretende endosarme; qué "maldad" puede haber en alguien que busca la verdad de los conceptos o en alguien que discrepa abiertamente, salvo que usted considere el hecho de discrepar como una "maldad" en sí misma; entonces no me equivoco cuando considero que sus críticas con respecto a "Un Mundo Dividido" son de un "individualismo dogmático". Usted no entiende razones sino ideas prefijadas que le van a dar conclusiones prefijadas. Razones que no provienen de la lectura rigurosa del libro (ni de la necesaria "arborescencia") en cuestión, sino de prejuicios y de ideas fuerza donde confunde la "libertad del individuo" con la libertad para denostar sobre una obra literaria a su libre albedrío y con la venia de un círculo literario cada vez más desacreditado (no, no se preocupe, no voy a hablar de eso). Lástima que usted sólo vea la punta del iceberg, se sorprendería si leyera con detenimiento y sin subjetivismos lo que en mi anterior artículo he tratado de decirle (y que muchos han entendido, lamentablemente usted no). Por eso usted no entiende que "mi defensa" (esto ya parece un juicio) del libro de Gutiérrez pasa menos por —como dice usted— "la falacia" de que fue marginado por el establishment y que sus parientes murieron en la cárcel" (qué visión tan recortada y epidérmica, me sorprende su reduccionismo académico) que por el mismo análisis del libro, análisis que por cierto usted haciendo alarde de ese minimalismo post-industrial quiere reducir a una comparación por demás peyorativa y ridícula como son los accesorios o baratijas de guerras pasadas, "artefacto anacrónico" lo llama usted intentando ironizar con poca suerte.
Así, usted apunta: "Si el blogger hubiera leído la reseña objetivamente, sabría que lo que sostengo es que lo que hace anacrónico al libro no es el contexto que lo produjo sino el dogma que defiende". En este silogismo condicionante encuentro que —por si acaso, usted no se ha dado cuenta— los contextos son los que producen los dogmas y no al revés (aunque en cierta forma podríamos hablar de que precipitan ciertas situaciones) y hasta el "mejor" de los libros escritos con el "mejor" de los dogmas no escapa a su tiempo, aquí es donde sirve para enjuiciar o para ser condenado, por pecado expreso u omisión que es como usted quiere —o quisiera— que se resuelva esta segunda edición de "Un Mundo Dividido". Lástima que usted piense que alguien le quiere imponer algún tipo de dogma (¿no hay ahí un prejuicio bastante patológico?) o que —peor aún— alguien quiere coactar su libertad individual o frustrar su obra creativa. Eso no sólo es exagerado sino que demuestra una paranoia, un delirio por la "pérdida de la libertad" en cuyo caso usted no necesita una observación a un artículo errático, sino un médico frenópata.
No, no se preocupe usted: NO SOY TERRORISTA. No quiero volar su casa, mucho menos dinamitar su obra literaria. Eso sería una cobardía. Tampoco guardo relación alguna con ningún miembro del grupo "Narración" (a quienes debo mi admiración por la lectura de sus obras y no por el conocimiento de sus personas) o con algún "blogger exiliado que pulula por ahí". En todo caso es el tiempo y los lectores quienes acusarán recibo de sus palabras y quienes harán lo que se tiene que hacer con una literatura acomodaticia o de salón cuya mirada estrábica insiste en negar una realidad evidente.
Finalmente, apunta usted: "Si buscar comparaciones es un nivel bajo de argumentación (en relación a lo vertido por Javier Ágreda, esta precisión es mía), defender a un autor por datos biográficos y solidaridad política es el grado cero de cualquier discusión". Ergo, motejar e incriminar a alguien, sin ninguna prueba, de anidar "nostalgias terroristas" es el non plus ultra de que la discusión ha descendido a zonas batipelágicas, quizás en el terreno de lo abisal tenebroso. No sabía que a usted le interesaban los bajos fondos y las altas presiones (cuando quiera le recomiendo la mejor escuela de buceo del país), en algún momento creí percibir que a usted le interesaban más las luces, los flashes y las lentejuelas literarias.
Usted ha degradado el debate más allá de lo audible. Desde aquí puedo escuchar sus ecos.
Amable, pero firmemente,
Rodolfo Ybarra
DNI 09441432
12.8.08
Indultados
Kapanga es un grupo argentino de rock no muy conocido fuera de su tierra. Yo supe de él por una amiga bonaerense, que le hizo escuchar a mi esposa la canción cuyo video posteo aquí debajo. Se titula "Indultados". Escúchenla: es como un grito visceral contra la dictadura rioplatense y sus líderes rescatados de la cárcel. (¿La habrán escrito en la misma época en que, en el Perú, roqueritos sin talento como Raúl Romero se alquilaban al poder de Montesinos y Fujimori?). Una canción para tener en mente ahora que a nosotros nos toca juzgar a nuestros asesinos.
10.8.08
Muere Darwish
En gran parte como un hecho ajeno a la prensa hispana, sobrevino hace dos días la muerte de un poeta extraordinario, el palestino Mahmoud Darwish, largamente considerado por muchos uno de los más importantes escritores contemporáneos del mundo árabe.
Darwish, nacido en 1942 en un pueblo de Galilea (que desapareció seis años más tarde, al ser arrasado por el ejército israelí) fue desde su juventud un activista de izquierda, miembro del Partido Comunista de Israel, primero, y luego líder secundario de la Organización para la Liberación de Palestina. En 1971 había perdido su ciudadanía israelí, debido a lo radical de sus posturas y a un largo viaje de carácter político a la Unión Soviética.
Exiliado en París por muchos años, regresó a vivir en la Franja de Gaza a mediados de los noventas, época en la que gozaba ya de una extensísima popularidad entre el pueblo palestino, no sólo debido a su poesía, mayoritariamente política, sino también al éxito masivo de un manifiesto suyo conocido comúnmente como la "declaración de independencia" de su pueblo.
Darwish fue uno de esos intelectuales limítrofes y difíciles de encasillar en el mundo del conflicto árabe-israelí: fue un duro crítico de los sucesivos gobiernos de Israel, pero también de los líderes políticos palestinos. Pese a que siempre sostuvo que confiaba en la posibilidad de la paz entre los dos enemigos, fue especialmente crítico de los gobernantes palestinos cada vez que estuvieron dispuestos a ceder en aras de la conciliación: Darwish esperaba la paz, pero pensaba que ésta dependía más de un "cambio de mentalidad" en los gobiernos israelíes.
Al menos dos veces poemas suyos fueron leídos públicamente en el Congreso de Israel: una vez para demostrar que los intelectuales palestinos estaban dispuestos a pactar con miras a una paz sostenida, y otra vez para probar precisamente lo contrario. Lo cierto es que Darwish también es muy leído en la patria de sus rivales históricos, y no poco admirado, además de haber recibido innumerables reconocimientos por el idealismo pacificador de su poesía y su interés en rescatar la dignidad del pueblo palestino. Hace no mucho, una ministra de Educación de Israel propuso que la poesía de Darwish fuera estudiada en las escuelas de ese país: el escándalo no demoró, pero la sola propuesta fue síntoma de una apertura saludable.
Ideólogo nacional, poeta político y político nacionalista, Darwish solía repetir una frase: "hace años que mi nación es solo lenguaje". Curiosamente, es un concepto que fácilmente podría aplicarse a los dos mil años previos de historia del pueblo hebreo. Paradójico, y no por ello menos triste.
En este enlace pueden ver la página web más completa con información sobre Darwish, en árabe y en inglés. Y en este otro un interesante artículo sobre él.
7.8.08
Las afinidades electivas
Esta semana leí, por recomendación de una amiga argentina, la nouvelle La casa de papel, de su compatriota Carlos María Domínguez. Libro libresco si los hay, y si la redundancia se me disculpa: libro hecho de libros y de bibliofilia desenfrenada, poblado de lectores y lecturas, al centro de los cuales se yergue un enigmático protagonista cuya morada está construida, literalmente, con libros en lugar de ladrillos.
La novela tiene dos ejes temáticos: el primero es la noción de que la literatura es terreno peligroso y que la influencia de los libros en la vida es palpable y tangible además de decisiva e inmediata (vital a veces, o mortal). El segundo es la idea de que no hay lector que no diseñe, a lo largo de su vida, un canon personal, y que cada uno de esos cánones se elabora a partir de criterios únicos, diferentes, no necesariamente comprensibles ni justificables para otros lectores.
También elabora un canon, pero en un plano público y de gran influencia (y, por lo tanto, con criterios que sí merecen explicarse), quien, como hizo hace varios años el crítico peruano José Miguel Oviedo, confecciona una historia literaria. Me refiero, claro, a los cuatro tomos de su Historia de la literatura hispanoamericana, que en estos días ha sido objeto de discusión en diversas columnas de prensa (comenzando por dos del crítico Abelardo Oquendo).
En contra de lo que algún desinformado parece suponer, proponer un canon latinoamericano no implica hacer una sumatoria de dos decenas de selecciones nacionales: un autor puede ser relevante en una tradición nacional y no ser crucial en una que se construya de modo internacional o transnacional. Escribir una historia es articular las líneas maestras de una serie de procesos intelectuales y estéticos, sus interrelaciones, sus comunicaciones y sus influencias; no se hace una historia literaria con la lógica de una repartición de premios.
No es cuestión, entonces, de preguntarse por qué no aparecen en el registro de Oviedo un infumable Salaverry o un cuasi ilegible Lora y Lora. Sí es válido, en cambio, interrogarse, como lo ha hecho Juan Morrillo, sobre la ausencia en la Historia de Oviedo de los miembros más conspicuos del influyente grupo Narración: ¿no son Miguel Gutiérrez y Oswaldo Reynoso dos autores con una obra determinante en el curso de las letras peruanas recientes y con una impronta clara en cierta narrativa posterior? Pero más aun: ¿no es el grupo Narración, en sí mismo, una línea poderosa en la historia del realismo social peruano, atendible a nivel regional, y parte, a su vez, de un fenómeno que tiene ecos y orígenes en diversos lugares de América Latina?
Foto de J.M. Oviedo tomada de Caretas.
4.8.08
Emma Zunz
¿Cómo describir al narrador de "Emma Zunz", el célebre cuento de Jorge Luis Borges? Si uno le da una mirada rápida al relato, la primera impresión es que se trata de un clásico narrador omnisciente, capaz de ingresar incluso en la conciencia de la protagonista y transformar sus sensaciones, deseos y desvaríos en un discurso finamente articulado.
Leyendo con más cuidado, se descubre que son no pocos los pasajes en que el narrador apenas acierta a conjeturar acerca de los hechos del relato, y a proponer hipótesis sobre las ideas y pensamientos de Emma. En algún momento se declara casi incapaz de penetrar el tejido mental del personaje, impotente ante la tarea de narrar la historia.
Aquí una propuesta para explicar la calidad indecisa y cambiante de ese narrador: su omnisciencia tiene un límite; no puede trasponer la barrera del trauma de Emma y sus memorias aún no elaboradas: la muerte del padre, la clandestina desfloración con el marinero desconocido, la razón más íntima de su venganza. Un narrador omnisciente con amnesia parcial, valga la paradoja: una mirada capaz de verlo todo excepto las zonas opacas de represión en la mente de Emma.
3.8.08
Adiós a Solzhenitsyn
Demasiado conservador para mi gusto y lejos de ser uno de mis autores preferidos, Alexandr Solzhenitsyn, sin embargo, se ganó con su vida el respeto de todos los que creemos en las libertades del individuo, en la democracia y el derecho a disentir. Apenas hace dos años el Estado ruso inició, con la publicación de su obra completa en treinta tomos, la reivindicación oficial de este autor que hace unas horas ha fallecido y que estuvo en actividad hasta hace muy poco.
Quizá una mirada a esta breve y parcial autobiografía suya sea un buen homenaje. Pero si quieren pasar un rato placentero evocando la figura de este disidente ejemplar, denle una mirada a este divertido artículo en el que Stig Fredrikson cuenta cómo hizo para sacar del cerco fronterizo de la URSS el discurso de aceptación del Premio Nobel de Solzhenitsyn en 1970 (las autoridades soviéticas le prohibieron viajar para recogerlo). Y para completar el círculo, pueden leer aquí el controversial discurso.
Imagen: Solzhenitsyn a la salida del gulag en 1953, tras el más largo de sus varios encarcelamientos.